NO PERMITAS QUE NADIE TE PISE
Estimados lectores, un mes más escribo con gran respeto hacia el lector un artículo que no dejará indiferente a nadie.
Ya que en algún momento de la vida cada uno de nosotros nos hemos sentido identificados en determinado momento con alguna de estas circunstancias.
Mirando a mi alrededor durante muchos años he podido comprobar lo poco que valoramos todo cuanto nos rodea sin olvidar a nuestros seres queridos.
Me he hecho mil preguntas, muchas de ellas aún sin respuesta.
Llego a la conclusión de que el ser humano no es perfecto como lo definen en determinadas cuestiones.
Somos tan imperfectos como una lumbre mal prendida.
Tan egoístas como la tierra que engulle todo a su paso… con una diferencia, dicha tierra no roba, no engaña o infravalora.
Los humanos, homo sapiens o como desee el lector definir, es quien se apropia de lo que no es suyo.
Más adelante comprenderéis esta extensa reflexión.
La vida es compleja, nacemos, crecemos convirtiéndonos en adultos. En definitiva, la rueda vuelve a girar dando nueva vida.
En ese trascurso es cuando aprendemos valores.
Pasamos tanto tiempo acicalándonos frente a un espejo día tras día, meses, años, y todo para enamorar a esa persona especial. Qué bonito cuando se cruzan dos miradas, surge la complicidad. Esos chicos con esa inocencia, esa mirada limpia donde ven el cielo como si contemplaran el azul del mar.
Gozan de él como si el mundo les perteneciera solo a ellos. Qué bonito leer tanto romanticismo. Llegando a una edad deciden unir lazos de unión formando un vínculo que, según qué ideología, les unen para siempre. No es de extrañar que la vida es la mejor escuela. La cuestión es la siguiente ¿siguen viendo en esa mirada la pureza que una vez les conquistó? O sencillamente la rutina, la costumbre, los problemas llegan a formar parte de la vida diaria como un ritual.
puede ser que el conformismo y ese amor que un día comenzó se convirtió en una cárcel.
En un ancla donde hay que aferrarse por miedo a perderse en el olvido. Eso nunca debería ser así… Nadie es propiedad de nadie…
Todos somos libres de elegir. Exigir respeto empezando por uno mismo. queriéndose a sí mismo para poder amar a los demás.
Observando he podido comprobar que cada persona es tan frágil como el cristal. No se puede abusar y lo escribo textualmente. El respeto, la convivencia, la tolerancia, son los pilares de un amor bien forjado. Si una de esas frases falla todo se va al traste. Quiénes somos para pisar la autoestima de otra persona. ¡Eso no es amor!
Eso se llama egoísmo, o lo que es lo mismo… Arrasar con la tierra que se pisa. Haciendo referencia a la reflexión anterior, bueno… por ahí van los tiros.
Cuántas lágrimas, cuántas vidas, cuántas personas tienen que perecer por ser pacientes, comprensivas o bien por querer intentar dar lo mejor de sí, mirando impasibles como todo cae en saco roto como si fuera basura.
Nunca se debería llegar a ese extremo. En la vida hay miles de salidas. Una sola respuesta contundente «Respeto para ambas partes».
Admiro a las personas mayores que aún siguen mirándose con amor.
Esa mirada, esas manos enlazadas hasta el final de sus días.
Ellos sí encontraron el amor de verdad. Lucharon contra viento y marea, pasaron muchas adversidades, supieron entenderse, ante todo respetarse, no
utilizaron el insulto como arma arrojadiza
No levantaron una mano como armadura pensando que la valentía se basaba en demostrar esa repugnante acción.
Este artículo lo dedico tanto a mujeres como a hombres ya que todos somos humanos. Nacemos de una madre. Aprendemos a caminar de mano de ambos. El ser humano no puede coexistir el uno sin el otro.
Debemos valorar que enamorarse es el primer paso para ver florecer rosas y claveles… Nunca olvidar que el amor tiene fecha de caducidad, unas veces con más infortunio que otras.
A esas personas les diría que nunca cierren las puertas al amor.
A veces sin pretenderlo llega esa persona que hace que el mundo vuelva a girar. No rendirse es la mejor elección. El ser humano también posee grandes y poderosas herramientas.
La voluntad
La comprensión
El amor incondicional.
Sean de un sexo u otro… poseen virtudes que los engrandecen. Entonces porqué poseer a uno de ellos si no consiguen sus objetivos.
El amor es el gesto más grande sin entrar en clasificar. Una flor germina esparciendo el polen haciendo partícipe de ello a otras… Evidentemente en eso consiste coexistir, puede resultar egoísta, pero no…
Lo mismo sucede con la fauna marina o salvaje, cada uno busca el mismo fin: “vivir”. Entonces, ¿por qué hay personas que piensan que la vida se basa en pisar al más débil conquistando, finalizando por marchitar lo que debería ser sagrado?
Mis palabras van dirigidas a todas las personas que perdieron el rumbo deseándoles lo mejor.
En esta vida todos somos válidos, llegamos al mundo con un mensaje. No permitamos que nadie rompa ese legado que venimos a trasmitir.
Vive y sé feliz, nada perdura eternamente. Bueno, pensándolo bien, sí… Lo material que dejamos al despojarnos de la piel cuando partimos.
Estimado lector, ama y sé amado. Quien te valore te querrá por ser único/a, con tus defectos y virtudes.
María Manrique Pérez
Vocal de la Academia de las Ciencias, Bellas Artes
y Buenas Letras Granada Costa