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MIRADA AL PASADO Egipto, el origen de la civilización

Es conocida la tradicional colaboración española, en la puesta en valor y conservación del patrimonio histórico de Egipto. En el campo de la protección de templos y museos, es una empresa pública española la encargada de la instalación de los sistemas de seguridad. Granada Costa tiene la suerte de contar con la jefa del equipo, Arantza Alkorta que es buena amiga del Proyecto Cultural, hasta el punto que en este y otros artículos futuros, nos brinda su colaboración desinteresada como reportera grafica. En esta ocasión su trabajo se ha desarrollado en el templo de Luxor y el Valle de las Reinas, consiguiendo fotografías en horas nocturnas en las cuales, el público en general no tenía acceso.

Cuando hablamos de las culturas clásicas, solemos caer en la tentación de considerar solo a griegos y romanos como los autores de estas, sin embargo, al igual que en más de una ocasión hemos comentado, que el Renacimiento no hubiese sido posible sin la herencia del Al-Ándalus. Las culturas tanto griega como romana, bebieron de las fuentes del Egipto clásico. El Nilo, ese gran río de la vida, en cuyas orillas y sobre todo en su delta surgió el desarrollo que hoy presentan las sociedades humanas en todo el orbe, un ejemplo lo tenemos con la agricultura, sufriendo una evolución de desarrollo casi familiar a la producción a gran escala, para el abastecimiento de grandes poblaciones. Pero también en el plano cultural, desarrollaron tanto ideas técnicas como artísticas hasta entonces no conocidas, en el plano espiritual, lo que más tarde se dio en llamar las religiones, los egipcios pusieron en orden su panteón, situando a sus divinidades en los diversos aspectos de la vida, lo que fue la base en la cual se apoyaron las religiones futuras.

Dentro de nuestra sección de Mirada al Pasado, tenemos una deuda con la historia de Egipto, que con el capítulo de hoy empezamos a saldar. Es tan rica su historia, su patrimonio y sobre todo como decía con anterioridad la influencia que ejerció en las sociedades sucesivas que debemos profundizar con más atención.

Arantza Alkorta, nuestra reportera gráfica

Antecedentes:

El origen de la constitución como potencia en ciernes, se alcanza con la unificación de dos grandes territorios, el Alto y el Bajo Egipto, según el historiador egipcio Manetón siglo III a.c., fue Narmer también conocido como Menes, el primer faraón del antiguo Egipto y fundador de la Primera Dinastía.

Menfis fue la primera residencia oficial del faraón, estableciéndose en Saqqara, la necrópolis de los reyes, 3050-3007 a.c. A Narmer le sucedió en el trono Aha, este faraón se volcó en la ciencia de la medicina, alcanzando unos niveles no solo en la farmacopea si no también en la cirugía, especialidades antes no conocidas. También se le recuerda por sus dotes como estratega, guerreando en Nubia y Libia. A su fallecimiento tenemos la curiosa anécdota, de ser la primera vez que se tiene constancia que una mujer (Neithotep), tomase las riendas del país convirtiéndose en regente de su hijo Dyer (2980 a.c.) y que más tarde sería el faraón Dyer. Este faraón ocupó el trono entre 2980 y 2941, a.c., durante su periodo se puso en marcha una red de comercio con Líbano, en el plano militar, conquistó varios territorios, entre los que cabe destacar la tierra de Sejat, parte del Sinaí y Canaán, pero sin duda su mayor éxito como estratega estuvo en las batallas que llevó a cabo tanto en Buto y Dep, alcanzando la reunificación de Egipto. A la muerte de Dyer toma su relevo Dyet, periodo 2941-2930 a.c., su mandato estuvo marcado por un periodo de sequías constantes, ocasionando una gran hambruna, viéndose obligado a realizar varias expediciones fuera de Egipto de infructuosos resultados, a su muerte la reina Merytneit, se convierte en reina regente de Den (2930 a.c.). Precisamente al periodo de Den se desarrolla entre 2930-2910 a.c., un tiempo que destaca por su belicismo en el Sinaí, en el plano administrativo es la primera vez que se tiene constancia de la puesta en marcha de un padrón general de la población de todo el país. El siguiente faraón en la Primera Dinastía fue Adyib 2930-2910 a.c., considerado como ilegitimo su ascenso al trono, pero fue un faraón que puso en marcha una serie de artimañas, alcanzando consideración de mágico, convirtiendo su mandato en un periodo de grandes prodigios, los cuales propiciaron su consideración de ser sobrenatural.

Qaa este faraón último de la Dinastía Primera, su corto mandato 2895-2890 a.c., sin embargo, estuvo centrado en construir un templo funerario, siendo el primero en la historia egipcia, que conforma un complejo fúnebre en Saqqara.

Luxor nocturno

El origen del pueblo egipcio:

Según los sucesivos estudios realizados sobre el origen y la conformación del pueblo egipcio, todos ellos lo sitúan entorno a la etapa ágrafa. Siendo muy probable que los primeros contingentes de pobladores, fueran procedentes del valle del Nilo, cuya actividad era el pastoreo, en las zonas de Libia y Númida, aproximadamente 6000 a.c., más tarde se agregaron mediante diferentes flujos inmigratorios, tribus cainitas, procedentes de la actual Etiopia. La adhesión de diversas tribus semitas procedentes de Arabia logró conformar una fusión enriquecedora entre las diferentes etnias que fueron lo que hizo posible la potencia que más tarde se mostró como pionera del mundo civilizado. Aquellos primeros habitantes de Egipto tuvieron un carácter nómada, que aprovechaban las crecidas del Nilo que propiciaba alimento para ellos y sus ganados. El sistema de gobierno por aquel entonces discurría entorno a clanes de carácter patriarcal, siendo la persona de mayor prestigio la encargada de tomar decisiones, como impartir justicia.

Los propios recursos aportados por el Nilo, propició una serie de principados con una jerarquía hereditaria, principados conocidos como “nomos”, con el tiempo se fueron fusionando a modo de confederación, estableciendo las bases de los grandes reinos, el Alto y el Bajo Egipto. Con la unión de estos dos grandes reinos, se produce el inicio de la gran historia de Egipto. El origen cultural egipcio, se divide en varios periodos destacando la conocida como Merimdense, la cual se desarrolló en el Bajo Egipto, en el periodo Neolítico a finales de VI milenio a.c., estando considerado como el primer punto donde surgió la agricultura, diversos hallazgos arqueológicos, han descubierto recipientes con cereales, lo que demuestran los cultivos durante este periodo. Otro periodo cultural es el Badariense, encuadrado también en el Neolítico que surge en el Alto Egipto, en torno al 4400 a.c., prolongándose hasta el año 3800 a.c., de este periodo existen varios elementos artísticos como generadores de vida cultural.

La cultura Nagada con sus diferentes etapas I,II y III, la primera se puede considerar como el inicio de la cultura predinástica de Egipto, conocida también como Amratiense, esta cultura esta datada entre el 4000 y el 3500 a.c., la Nagada II, es la cultura del periodo predinástico egipcio, conocida como Gerzeense o Gerzense, teniendo su desarrollo entre el 3500 y el 3400 a.c., en este periodo se produce una cerámica de gran estilo artístico, que siglos más tarde aparecería en la península ibérica en los pueblos íberos. Y por último la Ganada III, esta cultura conocida con anterioridad como Sematense, se trata de la cultura que cierra el periodo predinástico y que sienta las bases, en cuanto a rituales y símbolos a lo que más tarde sería el periodo faraónico, periodo que se desarrolla entre el 3300 y 3050 a.c., finalizando lo que hemos conocido como cultura Nagadiana.

El Nilo, El río de la vida

Influencias transmitidas:

Una de las influencias más destacadas, sin duda que aun podemos contrastar en las actuales sociedades es el de la religión, fueron los primeros en establecer un panteón, también en la zoolatría considerando animales puros e impuros, pero el animismo y sobre todo en la divinización de los seres humanos. En la católica el santoral es una clara influencia, sin olvidar la relación en la citada zoolatría.

Otro de los rasgos religiosos lo encontramos en el funerario, para los egipcios el culto a los muertos se plantea como un tema transcendental. El ritual de la puerta que se presenta de forma reiterada en la amplia escenografía egipcia, fue capaz de traspasar fronteras mediante los intercambios comerciales, el caso de la península ibérica es un claro ejemplo, (entre los más conocidos tenemos el del interior de la tumba de Mereruka en Saqqarah). Ejemplos de rituales funerarios de la puerta, lo encontramos en diferentes motivos arqueológicos, en las proximidades de Pamplona e Irún, por otro lado, la toponimia también no los recuerda, todos aquellos que contienen la palabra “ata y ate”, rituales arribados a la península, posiblemente por los fenicios.

El paisaje de un pasado

Las necrópolis reales y los grandes templos:

Con la constitución de las primeras dinastías, el primer objetivo fue el de rendir homenaje a los muertos, a través de las necrópolis y de los templos funerarios, cerrando así un ciclo de culto y reconocimiento a la herencia recibida de sus antepasados durante su vida, reconociendo de esta forma que gran parte de lo que somos, es gracias a nuestros antepasados. Estos complejos funerarios se encuentran en diferentes lugares, los más conocidos son los del Valle de los reyes y de las reinas, en la primera fue donde se localizo la tumba de Tutankhmón y la de Ramsés VI, entre las más llamativas y deslumbrantes hasta el momento. En lo referente a los grandes templos, es muy importante el patrimonio existente, la pirámide escalonada de Saqqaráh, construida por Imhotep para el último faraón de la III dinastía, Zóser el que fuera iniciador de las pirámides. Esta pirámide tiene a sus pies una serie de palacios y templos que conforman el complejo arquitectónico. El templo funerario de Hatshepsut edificado en Deir el –Bahari por el arquitecto y favorito de la reina. Otro de los grandes templos, es el de Horus en Edfú, cerca de Asuán, este tiene una particularidad respecto a sus hermanos, siendo el único que conserva su construcción original. En la avenida de las Esfinges del templo de Amón, en Karnak, sin duda el más castigado por las sucesivas invasiones, pero a pesar de los diversos ataques y expolios sufridos, permanece majestuoso como testigo fiel de un pasado de orgullo. Con motivo de la construcción de la presa de Asuán, muchos de los templos funerarios de este entorno, fueron desplazados y algunos fueron regalados a los países que participaron en la recuperación y protección de estas joyas de la historia egipcia, un ejemplo fue el templo de Debot, enclavado en la capital madrileña. Entre los templos más relevantes se hallan los de Isis, trasladado de su emplazamiento original en File, a la isla de Agilka, por cierto este templo fue el último baluarte de la religión egipcia, antes de la expansión del cristianismo. Una de las joyas más deslumbrante en la actualidad es el templo de Luxor, construido durante la XVIII dinastía en tiempos del faraón Amenofis III, este es uno de los templos más espectaculares con los que el visitante, puede quedar deslumbrado ante tanta belleza, sus columnas como toda su arquitectura, la podemos apreciar en alguna de las fotos que acompaña a nuestro articulo.

El Templo

Conclusiones:

Con este primer artículo sobre Egipto, abrimos una serie de trabajos encaminados a dar a conocer entre nuestros lectores habituales, algunos de los detalles de esta cultura tan relevante y trascendental para el futuro de las sociedades modernas y actuales, una cultura enigmática hasta el gran descubrimiento de la “Piedra Roseta”, hallada en esta población egipcia. Afortunadamente la egiptología como ciencia, en estos momentos se encuentra bastante desarrollada, y con la gran ayuda de los órganos internacionales, permitiendo la colaboración de los diversos países a favor de la protección del patrimonio cultural de consideración mundial.

La cultura egipcia es una de las consideradas troncales, con una cronología que surge en el paleolítico, dando sus primeros pasos en el Neolítico y todo gracias a un río generador de la vida y llamado Nilo, el verdadero protagonista del asentamiento de toda una civilización, que propició grandes revoluciones, gracias a sus fértiles tierras dando lugar a los dos grandes sustentos de la humanidad, agricultura y ganadería.

Sin embargo, lo más destacado fue el desarrollo de la actividad cultural y artística, sentando las bases actuales en todos los pueblos actuales. Esto fue posible a la conformación de diferentes etnias, que aportaron cada una de ellas todo lo mejor que acumularan de forma heredada, por eso nunca la emigración es un peligro, todos aprendemos de todos y al mismo tiempo compartimos nuestras vivencias, surgiendo de ellas toda evolución para la sociedad. Culturas clásicas como la griega y romana no hubiesen sido posibles, sin la aportación de la egipcia, al igual que tampoco el Renacimiento hubiese surgido sin el gran aporte de Al-Ándalus.

Alejandría fue un vivo ejemplo de todo lo comentado, considerado por los estudiosos, como el broche final a la cultura faraónica. En nuestra península como hemos comentado con anterioridad, culturas como las de la Edad del Hierro, los rasgos artísticos en cerámica y escultura, son rasgos orientales que sin duda nos recuerdan la herencia de esta cultura madre de todas las posteriores. Por esta y otras muchas razones, no estamos exagerando cuando decimos “Egipto el origen de la civilización”.

Autor: José María Escribano Muñoz

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