MALOS TIEMPOS
Hoy quiero expresar mi inconformismo por estos tiempos que estamos atravesando, me pongo a pensar y me digo ¿qué futuro nos espera? y más a los jóvenes.
Antes vivíamos bastante bien, nos quejábamos de vicio, pero en dos años se nos truncó la vida con esta maldita pandemia que ya no sabemos dónde va a llegar. Hoy las grandes potencias son capaces de cambiar este mundo no pensando nada más que en sus intereses económicos, porque la mayoría de lo que nos está pasando es un puro negocio, lo que hay hecho lo destruyen y así crean cosas nuevas para sacar dinero. Ya pronto nos darán píldoras alimenticias para no tener que comer, ya que esta destrucción del planeta es masiva tanto crear virus como en el clima que nos hemos cargado la Naturaleza Divina.
Lo mismo vienen catástrofes que están arrasando el Mundo o por fuego o por agua o por tierra. Si nos fijamos todo ha cambiado, el Mundo se va destruyendo poco a poco y lo malo es que todos los que crean calamidades ellos no van a ser eternos, son también humanos y no se van a quedar en este mundo, conque no sé qué pretenden todo por la avaricia del dinero.
Pongo un ejemplo, antes las guerras eran con bombas y armas y hoy crean un simple virus que destruye en menos tiempo al género humano y encima no se destruye lo material, las cosas quedan intactas.
Este virus malicioso lo han fabricado con mucha inteligencia para sacar negocio entre las mascarillas, los geles, las vacunas, etc. Eso favorece a las grandes potencias y los políticos también se aprovechan de todo ello.
Las fórmulas de las vacunas no son nada fiables, pero casi te obligan a ponértelas y crear más vacunas para las derivaciones del covid, que así se seguirán fabricando una detrás de otra. Ya se habla de la tercera dosis del covid y lo que viene detrás, el DELTA, supongo que necesitará otro tipo de vacuna porque no le sirve la del covid, y así nos van bombardeando el cuerpo humano, que con todo lo que se le mete a la vuelta de dos años todos vamos por el mismo camino, hacia los Cielos.
De todo esto no se habla casi, del futuro que nos espera, porque crearía un terror atroz y somos personas resignadas a soportar lo que venga, nos vemos impotentes ante toda esta pantomima que se nos ha creado en el Mundo.
Yo no me explico cómo ha podido atacar al mismo tiempo al Mundo entero y en tan poco tiempo. Veo raro que haya tanto descontrol, los Gobiernos se lavan las manos como Pilatos, echándole las responsabilidades a las Autonomías en sus decisiones y como cada uno opina de una manera esto es la “Torre de Babel”, uno no sabe a qué atenerse ni quién lleva la mejor razón.
Es una pena que las empresas estén en quiebra, la mayoría sobre todo la pequeña y mediana empresa, que como nos dicen “quédate en casa” de cuando en cuando si no hay gente no hay negocio. Ahora dan un respiro en el verano con el personal turístico que nos visita, fletando aviones desde Inglaterra a España y sin embargo España no puede viajar a Inglaterra y pienso vamos que allí no vayan virus, pero aquí que nos los traigan todos. Esto es por poner un ejemplo, ya que habrá otros países con las mismas características.
Llega un momento que el ser humano es sensible y muchos se quedan en casa por miedo al contagio, terminando metiéndose en sí y cogiendo una depresión porque el cuerpo necesita moverse, salir, divertirse, seguir su vida y esto no hay quien lo aguante.
Veremos el invierno que nos espera, pues no sabemos todavía qué clase de vacuna nos pondrán, si la de la gripe, la del covid, la del DELTA o la de otras cepas que se creen nuevas o nos ponen todas de una vez y eso sí es una bomba humana para explotar, sabiendo todo lo que encierran las vacunas y que son un gran peligro para el organismo.
Ya han liquidado a medio mundo casi, no nos confirman a ciencia cierta los fallecidos, pero me temo que los años venideros van a ser peores y ¿ese es el futuro que nos espera?
Nos cambió la vida, se acabó el cariño, no hay besos ni abrazos solo codazos, ni hay contacto humano, ¿qué somos autómatas o personas?
Pues bien, que Dios nos coja confesados y si es que hay “curas”.
Soledad Durnes Casañal