Granada Costa junio 2024

Han empezado las vacaciones escolares. Como cada verano, los niños, al terminar las clases tienen todo el tiempo libre y esto puede generar un cúmulo de problemas para los padres y madres que trabajan y no tienen tres meses de vacaciones como sus hijos. Las personas de mi generación solíamos pasar los veranos en casa, porque por lo general nuestras madres no trabajaban, y las vacaciones era un lujo que estaba al alcance de muy pocos trabajadores. Normalmente jugábamos en la calle o nos turnábamos para pasar las tardes en casa de vecinos después de hacer la siesta. En esos años las calles eran amables con los niños y niñas y normalmente los niños y niñas podían jugar sin problemas con los amigos. Por supuesto, hacíamos el cuadernillo de deberes de vacaciones y ayudábamos a nuestras madres en las tareas domésticas. El ir de colonias o pertenecer a alguna entidad juvenil era poco frecuente. En algunos barrios había alguna piscina municipal, pero era un lujo bastante extraordinario. Si era una ciudad que tenía mar, podíamos pasar los fines de semana a su orilla bañándonos y comiendo un bocadillo o una tortilla de patatas que nos sabían a gloria. También podíamos ir al pueblo de los abuelos. Pero los niños de ciudad como Barcelona o Madrid, solíamos quedarnos en nuestros barrios con nuestros amigos. Como no había prácticamente televisiones solíamos oír la radio y leer, leer muchos tebeos. Y la verdad eran veranos muy divertidos de los que guardo un buen recuerdo.

Actualmente, estamos en una situación totalmente diferente y mucho más problemática, tanto para los padres y madres como para sus hijos. Una forma de que nuestros hijos e hijas puedan hacer actividades durante las vacaciones de verano son las colonias. Podemos acceder a muchos programas de actividades organizadas por ayuntamientos y diferentes entidades públicas y privadas. Mientras los padres trabajan, el recurso de las colonias para niños, niñas y adolescentes es una buena salida para solucionar las vacaciones escolares, tanto desde el punto de vista pedagógico como deportivo. Las colonias se han especializado para diferentes colectivos: enfermedades crónicas (diabetes, asma, psoriasis, etc..), formativas (matemáticas, artísticas, de teatro, etc.…) de idiomas, deportivas, de intercambio con otras culturas, campos de trabajo, etc….. Las actividades de verano son espacios lúdicos y de convivencia. Por eso es importante que los padres y madres no desarrollen un exceso de expectativas por el hecho de que si sus hijos e hijas participan en determinadas colonias, no necesariamente va a obtener, como resultado de esta participación, el que sus hijos e hijas vayan a triunfar como cantantes famosos, ser chefs de cocina cinco estrellas Michelin o nuevos Messi o Aitan Bonmati. No olvidemos que el tiempo de colonias es una forma creativa para disfrutar de un tiempo con amigos, no para formar nuevas estrellas mediáticas.

¿Pero qué pasa cuando estos niños y niñas han tenido un resultado escolar desastroso? ¿También deben de gozar de vacaciones sin responsabilizarse de sus resultados académicos? El fracaso escolar de los niños y niñas españoles ha quedado patente en el último informe PISA. Teniendo en cuenta que, en España, la enseñanza es obligatoria y gratuita de 6 a 16 años, sorprende observar el nivel de las personas que participan en algunos programas de televisión o cuando se les entrevista en la calle. Pueden mostrar un nivel de ignorancia importante al ser incapaces de responder a preguntas de un nivel de cultura general muy básico. Resulta muy preocupante no solo el nivel de incultura que muestran, sino su falta de incomodidad o vergüenza por mostrar su ignorancia frente a temas muy sencillos de cultura general. Como el tema del fracaso escolar es suficientemente complejo, lo desarrollaremos en otro artículo.

Hay diferentes formas en como las familias se hacen cargo del fracaso escolar durante el periodo de vacaciones. Hay que tener en cuenta que las actitudes que los niños y niñas van a desarrollar durante las vacaciones van a ser el reflejo y resumen de lo ocurrido durante el año escolar. El problema no es el resultado académico obtenido a final de curso, sino qué elementos han influido durante todo el año escolar para obtener esos resultados. Estos elementos tanto se refieren a su actitud frente a los aprendizajes como hacía los maestros o las reglas seguidas o no en la escuela o en casa. Los niños y niñas, que durante el curso no han seguido los programas académicos y han fracasado a final del curso, van a tener diferentes salidas para recuperar este fracaso escolar, durante

las vacaciones de verano. Estas van a depender de las posibilidades económicas de sus familias. Algunos irán internados a recuperar el curso, a escuelas privadas o a clases de repaso. Si no tienen posibilidades económicas, repasarán en casa ayudados por sus padres o algún amigo. Otros, independientemente de los factores económicos, continuarán con la misma actitud que tuvieron durante el año escolar, perdiendo el tiempo, sin hacer nada productivo. En el peor de los casos, pueden irse de vacaciones como si hubieran tenido un rendimiento escolar correcto. No planteamos que se les castigue sin vacaciones, sino que deben ser conscientes de que disfrutar de las vacaciones familiares, no está reñido con el ser conscientes de que han de modificar su actitud y responsabilizarse de sus acciones. Los niños y niñas que durante todo el curso escolar han estado acostumbrados, ha hacer su voluntad, pueden presentar problemas al tener que estar integrados obligatoriamente todo el día con la familia. Pueden desarrollar conductas provocativas y de llamar la atención o estar conectado con las diferentes redes sociales. Ambas actitudes son de riesgo. Porque las conductas provocativas pueden generar accidentes propios o hacia terceros, o subir contenidos con exposiciones personales excesivamente sexualizadas a las redes.

El tiempo de vacaciones tiene que ser un espacio de reencuentro familiar, para perder el tiempo de forma creativa. Ello conlleva que nos tomemos tiempo para convivir, ayudar en las tareas domésticas y desarrollar actividades lúdicas que resulten factibles, independientemente del estatus socio económico de la familia. Pasar unas buenas vacaciones no están necesariamente relacionadas con tener mas o menos mejor nivel económico, sino con desarrollar una buena calidad afectiva entre todos los miembros de la misma.

Dra. Carme Tello Casany

Psicóloga clínica

Presidenta Federación de Asociaciones para la prevención del Maltrato Infantil FAPMI

Presidenta ACIM Associació Catalana per la Infancia Maltractada

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