ENGRANDECIERON SU PAÍS Y SU BANDERA (2º Capitulo)

Navarro embarcaría en el mes primero de 1897, también como voluntario y en esta ocasión para Filipinas, donde la sublevación estalló meses atrás para poder continuar allí las expresadas prácticas. Durante su permanencia en la isla, sobresalió en diversas contiendas de armas siendo condecorado con la cruz al mérito militar de distintivo rojo de primera clase, pensionadas estas por las incursiones del 3 y 4 de mayo sobre el barranco Limbong y por el asalto y toma del pueblo de Indagi, ascenso a Comandante por méritos de guerra, siendo la segunda recompensa al valor después de la Cruz Laureada de San Fernando, por la toma de Maragondon el 11 de mayo.

Contaba treinta y cuatro años, habiendo estado tan solo un año con el grado de Capitán, también le fueron concedidas la Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo de segunda clase, por su acción del 30 de mayo en Talisay (Batangas), de la que salió herido y por ello se le concedió la medalla de sufrimientos por la patria, y la Cruz de María Cristina de segunda clase, por la contienda reñida en Minujan el 9 de diciembre.

Aunque el 23 de diciembre, el General Fernando Primo de Rivera y los insurrectos, firmaron el pacto de Biak-na-Bató, el cual puso fin a todas las hostilidades, Navarro se quedó aun hasta marzo de 1898, en delegaciones de servicios, cooperando en la sumisión y en la entrega de armas de diversos contingentes rebeldes. Por este empleo, fue recompensado con una mención honorífica.

A su regreso a la ciudad, recibió por fin el diploma de Estado Mayor quedando de reemplazo hasta mayo que fue destinado al regimiento de caballería de Madrid Nº 39 y en septiembre al regimiento de Cazadores de Lusitania.

Allí quedó hasta diciembre de 1902 que pasó a la escuela militar de equitación como profesor y jefe del Detall (Departamento estadístico de trámite administrativo de libros y listados), vamos, lo que viene siendo la sección de personal.

En 1905 formó parte del jurado del concurso hípico internacional de Bruselas, concediéndole las autoridades Belgas la Cruz de la Orden de Leopoldo, por el desempeño de dicha actividad. El 4 de octubre y por el Rey Alfonso XIII, fue nombrado Gentil Hombre de Cámara con ejercicio. En enero de 1906 y por tercera vez, se volvió al que fue su primer destino, el Regimiento de Pavía.

Ese año y con ocasión de unas fiestas organizadas en la corte por la boda de Alfonso XIII, se le comisionó inmediatamente a las órdenes de los príncipes Genaro, Rainiero y Felipe de Borbón-Dos Sicilia (Hijos de Alfonso de Borbón Dos Sicilia), a la postre pretendiente al trono del reino de las dos Sicilia y cabeza de su casa real.

En octubre de 1907 se le asignó el cargo de ayudante de órdenes del Rey y como tal en 1908, fue comisionado a las inmediatas órdenes del Gran Duque Boris de Rusia (Nieto del Zar Alejandro II y primo del Zar Nicolás II) durante su permanencia en España.

En julio de ese mismo año, lo ascendieron a Teniente Coronel a la edad de 45 años, continuando como ayudante de órdenes del Rey, en noviembre se le comisionó a Córdoba y Madrid bajo las órdenes del Príncipe heredero Ruperto de Baviera.

En mayo de 1909 hizo de jurado en el concurso hípico Internacional de Lisboa, concediéndole las autoridades portuguesas la Encomienda de la Orden Militar de Avis, por su desempeño en dicha cita.

GUERRA DE MELILLA

En noviembre de 1909, tras los graves sucesos que dieron pie a la guerra de Melilla, fue agregado al cuartel general del Comandante en jefe de las fuerzas del ejército de operaciones en Melilla, prestando servicios de campaña y asistiendo el día 26 a la toma de Sebt Eulad-Daud y Atlaten, con lo que se alcanzaron la mayoría de los objetivos territoriales propuestos en la campaña. A finales de diciembre, terminadas las hostilidades regresó a la península.

Acompañó a la familia real en diversas ocasiones, durante los viajes que efectuaron a diversos puntos de la península y Francia.

En agosto de 1913, fue ascendido a Coronel a los 51 años siguiendo en el cargo de ayudante de órdenes del Rey.

TG Navarro

Navarro

GUERRA DE MARRUECOS

En la caballería de Larache, asistió en 1914 a varias operaciones en el territorio de Larache, contrayendo méritos por los que fue recompensado con la Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo 3ª clase. En mayo de 1914 lo nombraron Jefe de las Fuerzas de Caballería de la Comandancia General de Larache, constituida en una agrupación para los efectos del mando y servicio, teniendo que salir de nuevo a campaña.

Por su notable participación en diversos combates, le fueron dadas varias recompensas; Cruz al Mérito Militar con distintivo Rojo de 3ª clase por los combates del 2 de agosto que se libraron en Sidi-Bu- Haya y Hayera Trila y Cruz de María Cristina de 2ª clase por el combate de R´Feria del 18 de noviembre.

Al cargo que venía desempeñando como jefe de las fuerzas de caballería de Larache, en mayo de 1915 se le sumó el de Subinspector de las tropas de dicha comandancia, prestando meritorios y distinguidos servicios en ambos cometidos.

Por los servicios de campaña de Larache, fue promovido a General de Brigada en octubre de 1916 a los 54 años.

En vacante producida por su ascenso, permaneció en situación de cuartel hasta que un año después, en octubre de 1917 se confió la 3ª Brigada de Caballería con base en Burgos.

Estuvo a su mando, hasta que en agosto de 1918 fue designado jefe de sección del Ministerio de la Guerra, se hizo cargo de la cría caballar y remonta.

En su cometido y en comisión de servicio, pasó revista en septiembre al tercer establecimiento de remonta en Écija, en diciembre el 5º depósito de caballos sementales de Zaragoza.

En mayo de 1919 los depósitos de caballos sementales y establecimientos de remonta de Jaén, Córdoba, Sevilla y Cádiz presenciando a la vez, la entrega de los potros a los cuerpos de caballería.

Mientras tanto, en marzo del mismo año fue nombrado Caballero Gran Cruz de la Orden de San Hermenegildo con antigüedad del año anterior…

COMANDANCIA GENERAL DE CEUTA

En julio de 1919, su viejo conocido de las campañas de Cuba y Larache, el General de División de Caballería Manuel Fernández Silvestre, fue nombrado Comandante General de Ceuta, estando vacante el puesto de segundo jefe, Navarro lo reclamó y al mes siguiente se le concedió.

Como segundo jefe de la comandancia general de Ceuta, inspeccionó las posiciones del territorio y asistió a las operaciones de campaña desarrolladas en el mismo, dirigiendo varias de ellas.

En febrero de 1920, Silvestre pasó a ser Comandante General de Melilla así que Navarro asumió el mando accidental de Ceuta durante dos semanas hasta que se incorporó el nuevo jefe.

 

Gonzalo Lozano

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