EL VALOR DE LLAMARSE CONCHITA, CONCHA O DOÑA CONCHA

Hoy, día 2 de diciembre es una fecha aciaga por la pérdida de una de las artistas más entrañables y completas de nuestro panorama teatral, televisivo y cinematográfico.

Desde ese famoso “Mamá yo quiero ser artista” Concha Velasco  desnuda su alma para ponerla al servicio de la interpretación, por la que sentía verdadera pasión, desde muy pequeña.

Tan clara tenía su vocación que, a lo largo de su longeva vida, ha pasado por los más diversos papeles con un señorío, una credibilidad y un empaque que han forjado un aura en torno a su magnífico hacer que va a ser difícil de igualar.

Desde el Grupo de teatro PICOESQUINA de Huércal-Overa rendimos un merecidísimo homenaje a esta “soberana” de la interpretación que ha sabido adecuar su arte interpretativo a los más variados registros y papeles, siempre dejando patente la dignidad, la profesionalidad, la honestidad y el realismo propio de una mujer avanzada a su tiempo y de una inteligencia a prueba de duda.

Conchita, Concha, doña Concha ha marcado un camino cuasi mágico por el rigor  empleado  entre su arte, su amor por la interpretación y el paso del tiempo. ¡Bravo por haber sabido ser coherente con ella misma como mujer y como artista!

Ejemplo de  trabajo, abnegación y entrega a un sueño que consiguió hacer realidad y del cual se sintió orgullosa, feliz, realizada profesionalmente y personalmente.

Quede en nuestro recuerdo de aficionados al arte de la interpretación  su buen hacer porque, si “quería ser artista”, lo consiguió en este mundo a veces cruel y difícil.

No cabe duda que ella interpretó su gran papel en esta vida porque…”La vida conformada con miles de escenas, digo, la vida es puro teatro”.

                                                     Ana Martínez Parra

                     Presidenta del grupo de Teatro PICOESQUINA