El significado de un instante

–¿Cuánto tiempo llevas en la tierra?

–Demasiado.

–Él te tiene en estima ¿sabes? Diría que eres uno de sus ángeles más estimado.

–Te envía él ¿verdad?

–Así es. ¿Qué esperabas? La misión era simple, te envió como observador, solo tenías que volver con un informe.

–Sí, ya. Pero no ha sido nada fácil su encargo, mi informe debía contestar al dilema de si la humanidad merece otra oportunidad, si esta especie puede aportar algún beneficio al universo o tan solo es un experimento fallido de su creación.

–A pesar de los años veo que no lo has olvidado. Allí arriba nadie entiende porque te has quedado tanto tiempo. Aun así, te noto algo extraño.

–El informe que tengo no se si le va a gustar. Creo que sin darse ni cuenta creó algo tan exclusivo, extraño y al mismo tiempo tan genuino que escapa a nuestra comprensión divina.

–¿Qué quieres decir?

–No sé lo que me ocurre, pero me está pasando algo imposible. Sabemos lo que son las emociones, pero no teníamos ni idea de lo que son las emociones humanas, ni siquiera tiene un equivalente en el cielo. Convivir con ellos ha hecho en mí que atraviese algunos cambios que no logro entender. Al principio no entendía el sentido de mi labor, entonces recordé lo que él me dijo al enviarme, “tienes que sentir con sus corazones” Empecé por estudiar que hace humano a los humanos. Nosotros las criaturas celestiales muy superiores a ellos no tenemos que elegir nada, no tenemos que tomar decisiones, para nosotros no existen opciones, ni pluralidad, ni predilección, solo tareas asignadas. Pero los humanos se enfrentan cada día a una ingente cantidad de elecciones desconcertantes. Desde niños sus mundos interiores son un caos de bombas químicas en sus cerebros con emociones tan fuertes que podrían acabar con nosotros, sin embargo, ellos lo soportan hasta hacerse maduros. De manera muy ingeniosa se han hecho con un inventario intrincado de rituales que les ayuda a sobrellevarlo. Hasta para las funciones más básicas se rodean de una complejidad que al principio me parecía innecesaria. Necesitan pasar tiempo juntos, se añoran, tienen miedo a la soledad y yo me preguntaba ¿cuál es el beneficio de todo esto? Necesitan pasear juntos, cocinar para otros, fiestas populares como excusa para estar juntos, conciertos, cenas familiares, enamoramientos, regalos, hasta la evolución tecnológica está impregnada de su necesidad aparentemente innecesaria de estar juntos, creando redes sociales, como si eso les dijera que no están solos, que pueden tranquilizarse. Y de repente descubro que la generación incrédula a la que me había enviado sigue hablando con su Dios, pero lo hacen de una manera diferente, a veces sin palabras, rezan en los ojos de los demás, porque allí ven a Dios y ni siquiera se dan cuenta que eso que hacen es profundamente espiritual.

El primer año los vi como los seres más desgraciados de su creación, pero de repente descubrí una emoción que no deberían sentir, la llaman alegría una emoción que a pesar de ser esquiva puede aparecer entre la tragedia más absurda y solo ellos pueden verla y sentirla al mismo tiempo que sienten el dolor. El dolor es algo desconocido para nosotros, pero es un auténtico depredador de sus vidas.

El abanico de emociones por las que los humanos viajan en un solo día es sencillamente abrumador casi vertiginoso. Cariño, regocijo, asombro, risa, ansiedad, admiración, romanticismo, nostalgia, tedio, confusión, hastío, caos, capricho, ilusión, asco, pasión, terror, rabia, alivio, tristeza, dicha. Esa estampida de emociones acabaría con cualquiera de nosotros siendo tan poderosos.

Una de las emociones que más me ha impresionado es el miedo. Todos viven con algún tipo de miedo, para enfrentarse a éste se juntan, se abrazan, se besan y así producen oxitocina y endorfinas, otros tienen sexo, otros se medican para crear un cortocircuito en su respuesta al miedo, otros hacen deporte de riesgo, otros se hacen malas personas solo para sobrevivir a ese miedo. La variedad de miedos es sencillamente ridícula, miedo al fracaso, miedo a la pérdida, miedo a la muerte, miedo a ser diferente, miedo a no ser querido, miedo al miedo, todos provocan pérdida del control, inestabilidad y en algunos casos ira. El miedo está ligado a algo llamado ego. Sí, ya sé que el yo es un concepto que no entenderás, en el cielo solo existimos para servir al colectivo, pero los humanos tienen un sentido de identidad individual, tienen un yo, algo que edifican a cada minuto y a pesar de todo nunca saben si lo están haciendo bien. Ese ego es algo difícil de explicar, pero nació de ese miedo. Lo usan como un traje que les permite nadar en ese inmenso océano de emociones. A pesar de saber que morirán tienen una extraña relación con la eternidad. La necesidad de creer que existen en relación con algo más grande que ellos mismos.

Su capacidad de superación me dejó perplejo, después de haber vivido tragedias fueron capaces de rehacerse, poner música, cambiar un patrón de desgracia en alegría y ganas de vivir, improvisar muestras de cariño sin pensar, solo sentir, sin tener palabras que puedan describir lo que son o lo que sienten. Resurgen una y otra vez de entre las cenizas de la tragedia. Ellos mismos no se dan por perdidos continúan sus vidas a pesar de las guerras, las epidemias, las catástrofes, siguen haciendo teatro, cine, música, siguen bailando y enamorándose, todo aquello que lejos de ocultar sus emociones muchas de las cuales les han traído desgracias, las muestran y las resaltan bajo los focos como una catarsis, que les dice que el espectáculo debe continuar. Es algo tan especial, tan espiritual que no podría explicarte con ningún lenguaje. Yo creí que eran inferiores a mí, pero descubrí que tienen la capacidad de crear, no necesitan un mapa, son capaces de improvisar de crear cosas verdaderamente hermosas como la música o el arte en todas sus formas, algo que nosotros desconocemos. No puedes escuchar el adagio de Albinoni o mirar un Rembrandt sin que tu piel se erice. He visitado otras civilizaciones en otros mundos, pero este viaje a la Tierra me ha desconcertado, hasta ese momento había percibido mi existencia con un único punto de vista con una única misión, pero la humanidad ha entrado dentro de mí de tal manera que veo la creación por primera vez, soy capaz de percibir cosas que no había visto antes.

Nosotros tenemos a Dios, la divinidad, la eternidad, la perfección, creíamos que los humanos eran seres degradados a vidas míseras, no entendíamos porque ese deseo de seguir viviendo y me di cuenta que ellos mismos se lo preguntan cada mañana, entonces es cuando llega la magia, porque reciben su respuesta en todo su alrededor, porque su Dios es el significado, sus vidas son tan efímeras que deben darle un significado a cada cosa para seguir vivos, para ellos estar juntos es significado, el tacto de un padre significado, la fuerza de una madre significado, el abrazo de un hijo significado, lograr una meta significado, la sonrisa de alguien al que ayudaron significado, el apoyo a los necesitados en una guerra o una catástrofe significado, una lagrima significado, una pintura, una partitura significado, una piel erizada significado, una caricia, un beso significado. Él me preguntó al enviarme, ¿qué beneficio puede aportar la humanidad en el universo? Ahora lo sé, encuentra el significado de un instante y ese instante puede hacerse eterno, la humanidad es cuántica, la humanidad crea belleza del caos, la humanidad es música, llanto, amor.

Manuel Salcedo Gálvez

Fotografía Imagen de Md Nirob Bhuiyan

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