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El proyecto socioeducativo de Churriana se extiende al CES Ramón y Cajal

Este programa para jóvenes expulsados obtuvo el Premio Europeo de Servicios Sociales

El Centro de Enseñanza Secundaria Ramón y Cajal de Granada se une al proyecto socioeducativo desarrollado el Ayuntamiento de Churriana de la Vega. Este programa, que obtuvo el Premio Europeo de Servicios Sociales 2021, ofrece una segunda oportunidad a los jóvenes expulsados del centro educativo, que realizan tareas para la comunidad durante su periodo de sanción y se reintegran en el centro con normalidad.

 La firma de un convenio de colaboración entre este centro de enseñanza y el Ayuntamiento permitirá que los estudiantes del CES Ramón y Cajal que participan en el proyecto se impliquen en actividades sociales con la colaboración de las asociaciones Cadena de Favores, Granada Integra, El Sol Brilla para Todos y la residencia de mayores María Auxiliadora. Además, realizarán prácticas en Churriana los alumnos de integración social.

PROYECTO SOCIOEDUCATIVO CHURRIANA CES RAMÓN Y CAJAL

Los jóvenes expulsados del centro asisten a las profesionales de la ayuda a domicilio con algunos de sus usuarios, apoyan la preparación y reparto en el Banco de Alimentos de la localidad, el servicio de ropero y zapatero para vecinos sin recursos, o acompañan a mayores de la Residencia María Auxiliadora, instalada en Churriana de la Vega. En todo momento reciben atención y seguimiento por parte de una integradora social, una educadora social, un psicólogo clínico y una coordinadora de Servicios Sociales.

El proyecto socioeducativo nació en 2020, cuando el área de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Churriana de la Vega detectó la necesidad de un sector muy concreto, el de los estudiantes con problemas de comportamiento que desembocaban en la expulsión del centro educativo, comenzando inicialmente con el alumnado del IES Federico García Lorca de la localidad.

Con la ayuda del personal especializado a su disposición, los estudiantes expulsados combaten la ludopatía, la violencia y trastornos de conducta o de control de impulsos, entre otros. Los casos de estudiantes con una mayor complejidad se derivan a los Servicios Sociales Comunitarios. Asimismo, al término de los trabajos que se desarrollan durante el periodo de expulsión, la educadora social realiza un seguimiento exhaustivo de cada caso durante el resto del curso académico.

El programa socioeducativo fomenta conductas positivas, habilidades sociales y valores como la autoestima entre los estudiantes implicados, con la participación de sus progenitores, para lograr un reingreso efectivo de los alumnos en el centro educativo. Esta iniciativa también recibió el premio Social-Dipgra 2020 en la categoría de municipios y entidades locales.

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