El dolor de las llamas
Un poema que retrata el dolor de las llamas: naturaleza arrasada, silencio roto y memoria perdida, reflejo del vínculo entre el hombre y su tierra herida.

Arde la tierra, se quema el monte
y el humo escribe en el cielo
un grito negro, como una voz lúgubre
que llora alzando su llanto amargo
hacia el universo.
Se quiebran las raíces,
los nidos caen como lágrimas
de una lluvia inexistente
y la savia…la savia nutritiva
se ahoga en el calor sofocante
que la convierte en ceniza,
rompiendo toda esperanza de vida.
No hay canto de pájaros,
sino un silencio roto
por el crepitar del tronco,
el rumor de viento
soplando impávido
sobre un desierto recién nacido
donde ayer hubo verdor y vida
y hoy se alza la soledad y el olvido.
El viento,
antaño portavoz de sueños,
quiebra ramas que ya no abrazan
anhelos de vida
y dejan de ser refugio de animales,
que deambulaban libres
buscando el fresco amparo de sus hojas verdes.
Fuego que avanza sin freno ni mesura
condenando también a la montaña
a la desnudez en su altura.
Llamas voraces que devoran troncos,
devoran memoria, devoran futuro,
devoran esperanza y alegría.
Y queda el hombre mirando,
culpable o impotente,
sintiendo que un trozo de sí mismo
se ha quemado con las llamas
que arrebatan a la naturaleza
su impronta y su belleza.
Fuego devastador, brasa ardiente
que de puro calor
hiela el corazón
de quien lo padece.


Verdaderamente lamentable lo ke está ocurriendo con nuestra naturaleza,y con nuestros semejantes ,sin olvidarnos de los inocentes animales.Deveriamos poner cada uno nuestro granito de arena,para evitar que esto siga pasando.Mi respeto y condolencia a todos y cada uno de los afectados