Portada » Educar en un hospital

Dra. Toñy Castillo

Se considera  el ingreso hospitalario, como un fenómeno sistémico, en el cual, se ha de tener presente todos los agentes que inciden  en él. Que  convirtiera  al “paciente” en un “ser activo” durante su estancia hospitalaria. En consecuencia, es preciso, dotar de estrategias el entorno hospitalario, en el cual, se encuentra inmerso. Ofreciendo  herramientas que  ayuden a paliar los efectos y carencias que generan las patologías a nivel personal, familiar, social y emocional en beneficio  de la atención integral del niño.

Educar en un hospital es la base de la pedagogía hospitalaria ya que favorece,  dando respuestas, a la diversidad y necesidades educativas que presentan los niños enfermos. Siendo efectiva, en cuanto, se manifieste  significativa y constituya un  elemento reductor de  los efectos negativos, que un proceso de internamiento hospitalario produce.

El equipo que atiende al niño, ha de funcionar como una entidad única, en favor de la estabilidad emocional y seguridad del paciente pediátrico, que ha de percibir su proceso de curación o paliación,  como una unidad, donde cada especialización forme parte del todo deseable para alcanzar o aliviar la recuperación.

Un hospital, ha de ser un centro generador de calidad de vida, un  espacio, donde la pedagogía y la salud trabajen de forma unida, para dar respuestas, a las diferentes situaciones que presentan el niño y su entorno cercano.

La empatía hacia la situación que sufre el paciente pediátrico, se hace absolutamente  ineludible para acercarnos al niño enfermo, no, con la intención de tolerar sus padecimientos, sino, con la de entender, comprender y aproximarnos a la situación que vive  con respeto y asertividad.

 La atención pedagógica hospitalaria ha de fundamentarse, en el acercamiento a  la  situación que padece el niño hospitalizado, dándole apoyo emocional que conlleve disminuir las consecuencias negativas delante del contexto donde se encuentra. Animando a la continuación educativa, con la finalidad de reducir las carencias escolares y propiciando un espacio de ayuda a la normalización.

La escuela en el hospital,  ha de ser una  puerta de conexión con todo lo conocido, siendo necesariamente inclusiva y adaptada, a no solo los diferentes ritmos de aprendizajes, sino, a las diferentes situaciones personales y de salud en la cual se encuentra el paciente pediátrico,  y a la vez, herramienta para continuar con su proceso e itinerario educativo, tanto en el entorno hospitalario, como al volver a su escuela de referencia.

  Compensando deficiencias Facilitando la inclusión escolar Salvando la marginación escolar/social Favoreciendo la serenidad Paliando las situaciones de estrés. Ayudando al equilibrio emocional  

 La presencia del aula hospitalaria y la figura del docente, y especialistas pedagógicos  dentro de los equipos del área pediátrica, favorecen la normalización de la estancia hospitalaria,  ya que, aproxima al niño al entorno conocido “ la escuela” ayudando en gran medida, a la desconexión de la propia enfermedad y a alcanzar las capacidades de su etapa educativa  y  necesidades  cognitivas.

Los objetivos que sirven de ayuda emocional han de estar muy presente en las aulas, porque contribuyen a disminuir las vivencias negativas que experimentan los niños y sus familias al estar hospitalizados con la intencionalidad de aportar elementos que palien, en la medida de lo posible, el estrés psíquico y afectivo que genera la estancia hospitalaria. Potenciando  actitudes  que conlleven crear relaciones de confianza y seguridad.

Estos objetivos han de estar inmersos en toda línea educativa, pero en un hospital alcanza la función:

  Normalizadora, ofreciendo recursos al niño y su familia de serenidad y introduciendo actividades de conocimiento del entorno en favor de la seguridad emocional del niño.  
  Integradora que favorezca el ambiente de respeto y convivencia y de coordinación con las personas que inciden en el tratamiento y recuperación del niño.  

Las actividades presentes en las aulas  han de ser significativas para el alumno, adaptadas y flexibles a las necesidades que presenten durante el periodo de permanencia en el hospital.

Fomentando las interrelaciones con el entorno y la relación con el centro de origen del alumno.

 Realizando los trabajos y actividades previstas en su itinerario educativo, al igual que sus compañeros de su clase de referencia.

Dotando el espacio educativo,  de un  clima de confianza que favorezca la tranquilidad, la seguridad y autoestima.

Potenciando el trabajo individual y grupal con los compañeros del aula.

Las actividades han de enmarcarse desde los siguientes ámbitos:

  • Curricular _refuerzo de aprendizajes o adquisición de nuevos_
  • Específicas _Educación por la salud, empatía con el entorno, educación emocional_
  • Lúdicas – Fomentando la creatividad y el ambiente relajado-
  • Telemáticas _ Creando nexos de unión con el centro ordinario, y ventanas virtuales_

La Tesis: Aula hospitalaria Calidad de vida de la Dra Castillo, ya referenciada, constató que el ambiente hospitalario marca el sistema de vida del niño enfermo y  que el factor afectivo-social que envuelve al niño en  situación de ingreso  hospitalario hacía  necesario un espacio para la creación de vínculos que desarrollen  y afiancen las relaciones con sus iguales.

Por tanto, la creación del ambiente apropiado, el incentivar a los niños y el dotarlos de condiciones que ayuden a sentirse cómodos y potenciados, hace que suba el nivel de autoestima y den como respuestas actitudes positivas hacia la asistencia al aula hospitalaria y a su vez, que repercuta favorablemente en su estado anímico.

Del mismo documento se puede extraer que el trabajar emociones es absolutamente necesario en el contexto hospitalario.

 Emociones y valores han de estar muy presentes en el trabajo pedagógico, por ello el aula hospitalaria Dr. Antoni Cambrodí del Hospital Universitario Arnau de Vilanova de Lleida apuesta por una educación integral donde una de las herramientas expuestas como línea de trabajo: la magia como eje de autoestima deja constancia de la necesidad de trabajar imaginación y creatividad como parte del mismo tratamiento terapéutico en ayuda de la salud emocional.

El equipo médico sanitario deseó reforzar esta tesis añadiendo que trabajar elementos curriculares y dotarlos de herramientas potenciadoras de la autoestima:

  Conlleva un mejor bienestar global, facilitando   la educación integral del niño, siendo un elemento que ayuda a paliar el estrés producido por la hospitalización, aportando un buen estado anímico y en definitiva,  una mejor adherencia al tratamiento sintiéndose más activos y ayuda a una mejor estancia hospitalaria.  

Desde estas líneas agradecer a todos las  personas que dedican su magia a  niños y mayores necesitada de ella.

A cada sesión mágica realizada en  el Aula Hospitalaria Dr. Antoni Cambrodí del Hospital Universitario de Lleida un agradecimiento especial por la aportación a la pedagogía hospitalaria ya que con la ilusión se  contribuye a la salud emocional de los niños hospitalizados.

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