Desaguisados de política

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En un principio, para enfocar un tema que crece como una mala raíz y que no sólo nos lleva a una desafección por lo que nos debe concernir a todos los ciudadanos, en cuanto a sostener un estado de bienestar y de derecho, en el mundo tan hostil en el que vivimos. Y que vamos a redimir con una Semana Santa que se aproxima con devoción hacia imágenes y que servirá una vez más para resarcir nuestra conciencia, y para que “Pepito grillo” se quede tranquilo.

Sin ánimo de criticar a los que sienten y creen porque Dios nos tendrá confesados. No es menos cierto que vivimos en un mundo artificial de vivir o acompañar a la pasión de Jesús Cristo como otra pasión más de entretenimiento con la paradoja de que aparentando creer en un mundo más justo, no lo creamos después en el día a día.

Y hago todo este preámbulo porque nadie debe de estar por encima del bien y del mal-ideas nietzscheanas- , sino rendir cuentas a lo largo de una gestión de quehaceres… Y mostrar empatía cuando queremos ser convincentes con nuestros actos y pretendemos ser consecuentes con nuestro modo de actuar y sentir, a no ser que no haya otra razón que la sinrazón “quijotesca”.

Asimismo no tenemos más que abrir la ventana del edifico de lo educativo, la del edificio de la justicia, de la atención sanitaria y socioeconómica para darnos cuenta de que en estos asuntos no se actúa responsablemente ni se exige que sí se debe discriminar positiva y no negativamente sino dar equidad e igualdad de oportunidades… porque el que gobierna, gobierna para todos.

Siendo injusto que se haga lo que venga en gana ante las leyes, que nos deben juzgar por igual a todos, y se permita eliminar la sedición por ejemplo, el mismo derecho al agua, la eliminación de procesos selectivos equitativos, que son restringidos cuando se trata de favoritismos por estabilización laboral y clientelismo de prebendas, que evidentemente crean un agravio comparativo, y originan una situación de dependencia lejos de la dignidad y la libertad. Porque los litigios son para ejecutarlos los poderosos, porque los cambian arbitrariamente.

Porque la cultura de la decencia “se pasea y la mierda nos chorrea” y entonces la estamos cagando todo el tiempo. Es por ello que sufrimos las consecuencias de un abandono y mala gestión, año tras año desde la última legislatura, a nivel nacional, autonómico y de aquí a dos meses a nivel local sin los deberes hechos, y dejando el sello de un nepotismo para no deshacerse del poder político, que tantas mentiras y desaguisados nos acarrea, adoctrinando e imponiendo miedo e inseguridad a las personas que no piensan como ellos.

Algo que había desaparecido desde antes del período que nos llevó de la dictadura a la democracia y, que tal como va el día a día de una política mal gestionada y mal financiada nos arrastra a un mundo de deficiencias en atención a los más vulnerables del sistema cuando más se necesita de la igualdad, que brilla por su ausencia, véase por poner algunos casos en derechos fundamentales como el trabajo, la prestación sanitaria digna, la prestación a los pensionistas, o la ley que nos haga sentir que vivimos en un Estado de derecho y no de “descabezamiento” donde ahora digo digo luego digo diego, sin importar la “metástasis” que podríamos interpretar de la idea de Baroja, pues ante la vida no hay más que dos alternativas la indiferencia o la acción de no dejarnos engañar con el maquillaje o postureo.

Por eso no es bueno pensar que ante la política carroñera, no se puede hacer nada, pues la filosofía no nos puede convencer que lo mejor es no hacer nada sino todo lo contrario, es lo que nos proporciona un sentido crítico de la existencia, y por eso tenemos que decidir en las urnas.  La política debe estar al servicio del pueblo y no el pueblo a su servicio de “pan y circo”. Juzguen ustedes.

Francisco Velasco Rey

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