“Coronavirus y virusokupa”
Es responsabilidad de todos evitar la propagación del virus como lo es de la Justicia evitar que los okupas nos echen fuera de nuestras viviendas, y propaguen el miedo o el terror de la invasión de delincuentes con inmunidad. La responsabilidad es algo que no evita las medidas para la contención o anticuerpos del virus o para la protección de la dignidad de las personas, todo lo contrario actúa en consecuencia; pero la responsabilidad institucional es velar y vigilar porque se respete las normas, por ejemplo control en los aeropuertos, con pruebas que garanticen al menos la vuelta a la normalidad, y no rebrotes que cueste y ponga en riesgo la salud de nuestra población….O que cuando uno vuelva a su domicilio, pueda entrar a su casa por derecho y no por restricciones de ley. Se entiende que se puede ser asintomático y encubarlo después, se entiende que es importante la economía pero depende de la salud y también llegamos a entender las consecuencias económicas devastadoras si volvemos a caer, porque se ha demostrado que nuestra atención y servicio sanitario es insuficiente. Se entiende que debe haber un desahucio express o acelerado, y que hay que proteger y dar un techo a quien lo necesite. Atender a las demandas de la sociedad éticamente como dicen algunas de nuestras Autoridades sanitarias y algunas Autoridades políticas para evitar errores, para mantener el bienestar… respuestas que suponen escuchar también a la ciudadanía porque es su obligación para protegernos, escuchar propuestas y críticas para mejorar porque nos representan. Entonces no se puede entender a qué esperamos cuando no se toman las medidas preventivas sabiendo el peligro o riesgo que corremos cuando nos desentendemos. Al ciudadano de a pie sí le importa lo que ocurre, y el legislador debería proteger los derechos y libertades, no sólo crear normas y desentenderse ante situaciones de alarma, también denunciar la mentira, o los atropellos de los derechos básicos de la salud y la vivienda como algo que a la larga, le descubrirá su identidad e injusta inmunidad del otro, en el sentido de privilegio del que disfrutan determinadas personas o lugares, mediante el cual quedan libres de ciertas obligaciones o cargas; y alentar la verdad en su conciencia si quiere liberarla y no depender de la obstrucción, extorsión o manipulación de cualquier tipo. Porque la moral debe ser libre y respetar su código de honor debe ser universal, y no para transgredir el otro cuando le venga en gana. En definitiva, si no protegemos “la bienser” como diría don Emilio Lledó, el verdadero sentimiento o pensamiento libre sobre la dignidad está en vías de extinción, sin argumentos que justifiquen tales comportamientos, sin atenerse a razones en la otredad…
Francisco Velasco Rey