Portada » Chus Pineda: Un Viaje de Pinceladas y Pisadas

Chus Pineda: Un Viaje de Pinceladas y Pisadas

En el extenso panorama artístico, entre la combinación de pinceles y lienzos, destaca Chus Pineda Matamala, un pintor madrileño cuyo trabajo refleja su profunda búsqueda de expresión a través de cada trazo y matiz. Desde temprana edad, Chus se inclinó hacia las artes plásticas, ganando su primer premio a los ocho años. No obstante, su madre, María de la Peña, solía decir que ya había comenzado a pintar desde antes, “en la propia placenta”, haciendo así alusión a una vocación innata.

El camino artístico de Chus ha sido tan largo como diverso, abarcando más de catorce años de viajes por Europa, donde dejó su huella en cada ciudad, pueblo o rincón donde sus pasos lo llevaron. Sus exposiciones no han estado limitadas a galerías formales, sino que han cobrado vida en mercados, hoteles y plazas públicas, siendo fiel a su lema: “Por donde he pintado, he pisado”. Pineda encuentra placer en observar una calle, un motivo cualquiera, y pintarlo in-situ, pues para él, “pinto como siento y siento donde pinto”. Esta honestidad creativa le ha permitido plasmar lo que siente, libre de pretensiones, pues no se considera un artista altanero ni busca el reconocimiento económico. Para Chus, el arte es una forma de vida, una necesidad profunda de comunicarse.

El transitar de su carrera ha estado lleno de desafíos y exploraciones técnicas. Experimenta con diferentes estilos y materiales, moviéndose sin esfuerzo del hiperrealismo al Naïf, mezclando elementos tan insólitos como óleo con guache o tinta con vinagre. Esta constante búsqueda le ha permitido crear su propio lenguaje visual, donde cada pincelada refleja una necesidad de experimentar lo nuevo y lo diferente. En sus propias palabras, el arte es “una forma de vida y expresión”, una manera de sentirse vivo.

El periplo de Chus le llevó a establecerse en Andalucía, donde, durante once años, ha seguido cultivando su arte. En Málaga, participó en la creación de la “Calle de las Artes”, una iniciativa cultural para artistas de diversas disciplinas, y ha colaborado en eventos de gran envergadura como las 24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa organizadas en honor de Santa Teresa de Jesús, donde pintó en vivo. Chus ha donado obras a hospitales, estaciones de tren, cofradías y para diversos fines benéficos, dejando en cada donación un trozo de su alma, al igual que ha obsequiado incontables obras a amigos y personas que ha conocido en su viaje.

Entre sus múltiples logros, destaca su participación en el Proyecto Global de Cultura Granada Costa, donde ha ilustrado libros y pintado en eventos culturales. Gracias a esta colaboración ha recibido numerosos diplomas y reconocimientos, siendo dos de los más importantes la Medalla de Oro al Trabajo Cultural y el Premio Humanidades Granada Costa. Uno de sus proyectos más singulares fue la creación de un cuento infantil en Bucovina, una obra sin palabras donde los dibujos reemplazan el lenguaje, permitiendo una colaboración cultural transfronteriza, uniendo sus visiones a través del arte.

En el año 2021 participó en la pirámide cultural organizada por el Proyecto Global de Cultura Granada Costa exponiendo más de 2.200 obras durante diecisiete días con el propósito de alcanzar el Premio Guinness a la mayor exposición individual jamás realizada. En octubre de 2024 se propone superarse a sí mismo con otra exposición en Molvízar, esta vez con más de 5.000 obras de arte.

Actualmente pertenece a más de 250 grupos artísticos internacionales, y participa en torneos de arte y hasta la fecha cree haber sobrepasado cientos y cientos de certificados y diplomas internacionales en torneos de arte, alguna medalla nacional e internacional.

Entre otros reconocimientos, ha ganado dos diplomas y un certificado con una obra sobre la Semana Santa en Turquía, ha sido el artista del mes en Colombia en el mes del artista, ha sido portada de los grupos de arte internacional en diversos países, etc.

En un mundo tan variopinto como es el de los artistas, sea cual sea el arte que interpreten o creen, puedes oírlos decir: “¿No tienes un Matamala en la pared aún?”, o “Matamala y sus rayajos”, “Chus el nómada” o “Pineda y su arte”, demostrando la repercusión de la obra de este insigne pintor. Cualquiera que visite las redes sociales de Chus comprobará que pinta por la necesidad de expresarse en colores y rayajos.

Sin embargo, para él, el mayor premio siempre ha sido la satisfacción de aquellos que contemplan sus obras, “aprendí a leer en las palabras y oír los ojos de quienes ven mis pinturas”.

Chus Pineda cuando recibió el Premio Humanidades Granada Costa

En el transcurso de su vida artística, Chus Pineda Matamala ha realizado múltiples donaciones, dejando su arte como legado en diversos colectivos y lugares. Entre estas donaciones se destaca la imagen de la Virgen de la Cabeza, entregada a la Hermandad de la Barriada Estación de Álora, una obra que honra la fe religiosa de su madre y rinde homenaje a los vecinos mayores de la barriada. También ha donado una obra al hospital infantil de Barcelona, así como una representación de Nuestra Señora de la Salud, destinada al pueblo de Carratraca.

Su generosidad no se detiene ahí. La estación de Renfe de Álora exhibe permanentemente una de sus creaciones, y en Marbella, una de sus obras donadas en un acto benéfico se encuentra expuesta en uno de los hoteles más prestigiosos de la ciudad. Además, ha contribuido con diversas piezas para otros fines benéficos, siempre dejando una parte de su esencia en cada lugar.

A lo largo de su camino, Chus ha entregado cientos, o incluso miles, de obras a amigos y a los lugares por los que ha pasado y pintado, dejando así su huella inconfundible en el rastro de su arte y vida.

El año 2019 marcó un hito especial en su vida, no solo por la presentación de la Fundación Casa Amapola, una fusión de poesía y color que sale de su colaboración el afamado poeta José María Lopera (DEP), sino también por su boda con su musa e inspiración, María del Mar. Una boda en un castillo, música de violines y celebración en una sala de exposiciones con más de 700 obras y una fusión de poesía y color con 103 obras.

Para Chus, ella es más que una compañera, es la Amapola que le da fuerza en los momentos difíciles y le anima a seguir adelante en su viaje artístico.

Cuando le preguntan el porqué de Amapola, Chus les dice “Amapola es María del Mar, mi esposa, que no solo es musa es inspiración porque además de entender mi modo de vida me anima artísticamente y comparte la pasión con la que vivo mi modo de sentir la pintura.”

“AMAPOLA ES CUANDO HAS DECIDIDO QUE LO FÁCIL ES TIRAR LA TOALLA Y LA AYUDA QUE RECIBES ES PARA COGER UNA MAS GRANDE AÚN JUNTO LA AYUDA PARA SOSTENERLA A DIARIO.”

Hoy en día, Chus sigue residiendo en la Costa Tropical de Granada, en Molvízar, donde continúa pintando, participando en exposiciones itinerantes por toda España y enseñando de manera altruista a niños y adultos. Pese a sus logros y reconocimientos, su mayor motivación sigue siendo el impulso de mejorar en cada pincelada, de aprender de todo lo que ve, y de seguir expresando su mundo interior a través del arte, sin necesidad de llenar sus bolsillos, solo su alma.

Deja un comentario