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Cena homenaje a la Dra. Toñy Castillo

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 El pasado 26 de septiembre  la Dra. Toñy Castillo, Directora de la Academia de las Ciencias, Bellas Artes y Buenas letras,  recibió un homenaje en el Palacio de Congresos “ La Llotja de Lleida”. La Dra. Ha solicitado la jubilación voluntaria para dedicar más tiempo a su familia y sus proyectos de vida.

 Personas del ámbito de la docencia, salud, e Instituciones relevantes de la ciudad de Lleida se dieron cita, en lo que sería la presentación del cuento: “África y La luna” para realizar con posterioridad una cena en la cual la  Dra. Castillo sería homenajeada por su trayectoria educativa, en el acto, se encontraban familias y niños/as que ella había atendido en los últimos 25 cursos escolares en el Aula Hospitalaria Dr. Antoni Cambrodí del Hospital Universitario Arnau de Vilanova de Lleida.

Momentos emocionantes de la noche fue cuando los niños y familiares de la Asociación AFANOC Asociación de Familiares y Amigos de Niños Oncológicos de Cataluña le entregaron una escultura en reconocimiento a la labor que la Doctora lleva realizando desde hace muchos años.

Un acto  que conducido de manera magistral por el gran locutor y presentador José Antonio Barranco, estuvo repleto de momentos emotivos. Personas llegadas desde diversas ciudades españolas se desplazaron para acompañar a nuestra querida compañera y amiga.  Así como compañeros y compañeras del Proyecto Global de Cultura Granada Costa. En la Foto: Sra. Mª Àngles Molpeceres, Sra.Antonieta Marbá, Dra.Toñy Castillo. Sr. Josep Ángel Comés, Sra. Mercè Parés, Sr. Jose Manuel Balaguer, Sr. Antonio Gutiérrez, Sra. Carmen Acosta. También se contó con la presencia de la Dra. Carmen Tello y Óscar de la Torre entre el elenco de personalidades, familiares amigos/as

Se destacan las conexiones con diversos países de Iberoamérica, donde la Doctora colabora y su producción literaria es trabajada tanto por estudiantes como entidades en promoción dedicadas a la promoción de la salud. Se hace especial mención a   las intervenciones de   niños/as que habían estado hospitalizados en pediatría, donde el primer alumno y el último estuvieron presentes, acompañados de otros/as que  desearon participar y acompañar a la “Toñy”  como cariñosamente llaman a la Dra. Toñy Castillo. Así como los innumerables mensajes y videos que se recibían en directo en el transcurso del evento.

Una velada, donde la presentación de un cuento fue la excusa para acompañar a nuestra compañera.

En sus propias palabras:

Gracias por acompañarme en este día porque vosotros me habéis ayudado a dejar de ser una profesora,  para ser una eterna alumna con ganas de aprender.

Nunca quise  que me llamara maestra… era algo  demasiado grande.  Solo espero después de tantos y tantos años hacerme acercado un poquito a esa palabra. Gracias a todos y todas por acompañarme esta noche.

Cómo sorpresa de la noche esta vez, A ella le escribieron cuentos:

 “La mestra que feia créixer flors entre les parets blanques” Sr. Don Miquel Àngel Cullerés. Director de los Servicios Territoriales de Educación, en cursos pasados donde la homenajeada impartía su docencia.

Hi havia una vegada una mestra que no treballava en una aula qualsevol. La seva aula no tenia finestres amb vistes a un pati ple d’esbarjo, ni pissarres plenes de deures. El seu espai era una habitació d’hospital, on els somriures a vegades costaven d’arribar i on els alumnes no sempre podien aixecar la mà.

La mestra es deia Toñi. I, tot i que treballava dins l’administració pública, la seva tasca no encaixava en cap quadre ni normativa. Perquè, encara que el sistema tendeix a uniformar, la seva feina era única.

La Toñi no tenia claustre, ni companys de passadís amb qui fer un cafè i compartir dubtes. Ella treballava sola, però mai sola del tot: estava envoltada de nens valents, famílies cansades i metges amb ulls de complicitat. A més a més, comptava amb molts voluntaris per ajudar-la.

Els nens no eren seus, li eren prestats pel destí, però els cuidava com si fossin d’ella. I cada vegada que obria una llibreta o explicava un conte, hi posava una dosi exacta de tendresa, coratge i fermesa. Perquè, en aquell petit univers on el dolor sovint guanyava espai, la Toñi sabia sembrar esperança.

Molts ens hauríem rendit davant la duresa d’aquell escenari. Però ella no. Perquè per ser MESTRA allà, calia una ànima gran, un cor immens i una força que no sortia en cap manual pedagògic.

I així, dia rere dia, va convertir l’aula hospitalària Dr. Antoni Cambrodí de Lleida en un lloc on les lletres consolaven, els números distraïen i l’afecte curava una mica.

Diuen que hi ha docents que deixen empremta. Però n’hi ha poques, molt poques, que deixen llum.

I la Toñi… n’és una.

Per molts anys Toñi, per tanta i tan bona feina cap als nens i les seves famílies perquè, tot i que no tots van continuar el camí de la vida, van trobar una mà amiga que sempre els va acompanyar.

Ara, els teus projectes d’escriptora, la feina de voluntària a l’associació de diabètics, als amics de l’Afanoc, els amics d’Iberoamèrica, Sevilla, Granada, Les o Ceuta, TOTS,  et podran tenir més i més a prop.

Per molts anys!

Traducción:

“La maestra que hacía crecer flores entre las paredes blancas”

Había una vez una maestra que no trabajaba en una aula cualquiera. Su aula no tenía ventanas con vistas en un patio lleno de recreo, ni pizarras llenas de deberes. Su espacio era una habitación de hospital, donde las sonrisas a veces costaban de llegar y donde los alumnos no siempre podían levantar la mano.

La maestra se decía Toñi. Y, a pesar de que trabajaba dentro de la administración pública, su tarea no encajaba en ningún cuadro ni normativa. Porque, aunque el sistema tiende a uniformar, su trabajo era único.

La Toñi no tenía claustro, ni compañeros de pasillo con quien hacer un café y compartir dudas. Ella trabajaba sola, pero nunca sola del todo: estaba rodeada de niños valientes, familias cansadas y médicos con ojos de complicidad. Además, contaba con muchos voluntarios para ayudarla.

Los niños no eran suyos, le eran prestados por el destino, pero los cuidaba como si fueran de ella. Y cada vez que habría una libreta o explicaba un cuento, ponía una dosis exacta de ternura, coraje y firmeza. Porque, en aquel pequeño universo donde el dolor a menudo ganaba espacio, la Toñi sabía sembrar esperanza.
Muchos entes habríamos rendido ante la dureza de aquel escenario. Pero ella no. Porque para ser MAESTRA allá, hacía falta una alma grande, un corazón inmenso y una fuerza que no salía en ningún manual pedagógico.

Y así, día detrás día, convirtió el aula hospitalaria Dr. Antoni Cambrodí de Lleida en un lugar donde las letras consolaban, los números distraen y el afecto curaba un poco.

Dicen que hay docentes que dejan huella. Pero hay pocas, muy pocas, que dejan luz.

Y la Toñi… es una.

Por muchos años Toñi, por tanta y tan buena trabajo hacia los niños y sus familias porque, a pesar de que no todos continuaron el camino de la vida, encontraron una mano amiga que siempre los acompañó.

Ahora, tus proyectos de escritora, el trabajo de voluntaria a la asociación de diabéticos, a los amigos del Afanoc, los amigos de Iberoamérica, Sevilla, Granada, Les o Ceuta, TODOS, te podrán tener más y más cerca.

Por muchos años!

Sus Amigas también hicieron un cuento… El viaje de la Dra. De la Luna… aquí lo dejamos…

Hay mesas que por privacidad no quedan expuestas.

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