Borracho de amor, poema de Francisco Jiménez Ballesteros

BORRACHO DE AMOR

Quiero estar borracho de tu cuerpo

desde que sale la luna y platea

hasta que el sol clarea nuestra alcoba

y las sábanas blancas cual la nieve

están humedecidas del sudor

y nuestros cuerpos derrochando amor

y yo, ebrio de beber las mieles

que destilando por todo tu cuerpo

me hacen sentirme saciado y dichoso.

Y para que te salga por los ojos

en tu boca se pinte una sonrisa

entonces, entonces relajado te diré:

eres la mujer que siempre soñé

y de ti, quiero estar siempre borracho.

El poema «Borracho de Amor» de Francisco Jiménez Ballesteros es una expresión apasionada y visceral de deseo y entrega total. El poeta utiliza la metáfora de la embriaguez para describir su devoción y la intensidad de su conexión con su amada. El uso de imágenes sensoriales, como la luna que «platea» y las sábanas «humedecidas del sudor», crea una atmósfera íntima y palpable, destacando la unión física y emocional de los amantes.

La repetición de la idea de estar «borracho» de amor subraya una pérdida de control voluntaria, una rendición a los placeres y emociones que su pareja le brinda. Esta embriaguez no es solo física sino también espiritual, ya que el poema culmina con un sentimiento de satisfacción y realización personal. La referencia a «las mieles» que destilan del cuerpo de la amada añade un toque de dulzura y sensualidad, intensificando la imagen de un amor consumido con avidez.

El poema, en su esencia, es un canto a la entrega total, al deseo de vivir perpetuamente en un estado de amor embriagador, donde cada momento compartido es una fuente inagotable de felicidad y satisfacción. La declaración final, «eres la mujer que siempre soñé y de ti, quiero estar siempre borracho», encapsula el anhelo de una conexión eterna y la dicha que el poeta encuentra en su pareja, creando una conclusión poderosa y emotiva.