ACOMPÁÑAME, NUEVO LIBRO DE CRISTINA GÓMEZ-TEJEDOR ÁLVAREZ

Incluido en el corazón de las vivencias más íntimas y conmovedoras, “Acompáñame…” nos invita a un viaje profundo hacia la esencia misma de la humanidad. Cristina Gómez-Tejedor Álvarez, con una sensibilidad única, nos sumerge en el mundo de la voluntad desinteresada, llevándonos de la mano a través de sus experiencias como voluntaria en el Centro Hospitalario de San Rafael. En este poemario, la autora nos brinda una mirada sincera y conmovedora a la realidad de los pacientes terminales, donde la fe y la esperanza se entrelazan con el dolor y la aceptación.
Este libro no solo nos ofrece una serie de poemas que tocan las fibras más sensibles del alma, sino que también nos presenta ilustraciones que nos invitan a profundizar aún más en la complejidad de la vida y el sentido que esta tiene. Además, gracias a los códigos QR incluidos, los lectores tienen la oportunidad única de escuchar a la autora declamando sus propios poemas, lo que añade una dimensión aún más íntima a la experiencia de lectura.
Con una apertura a la trascendencia que traspasa las páginas, Cristina Gómez-Tejedor Álvarez nos recuerda que, por encima de todo, siempre hay más alegría en dar que en recibir. A través de sus palabras, nos invita a salir de nosotros mismos, a encontrar el valor en el acompañamiento desinteresado a los demás, especialmente a aquellos que sufren y se enfrentan al final de su camino terrenal.
José Antonio Gutiérrez Rojas, en su prólogo, nos recuerda el poder transformador de la poesía y el arte para llevarnos más allá de la superficie de la existencia, sumergiéndonos en las profundidades de lo desconocido. En “Acompáñame…”, Cristina Gómez-Tejedor Álvarez nos ofrece una guía conmovedora para explorar la belleza y el significado de la vida, incluso en los momentos más difíciles y dolorosos.

PRÓLOGO

Cristina Gómez-Tejedor Álvarez con esta obra que está escrita desde el corazón nos relata cómo ha sido su labor como voluntaria en el Centro Hospitalario de San Rafael, con pacientes terminales en donde la Fe y la esperanza parecen diluirse como un azucarillo, pero desde esa Fe y esa esperanza hace que la vida sea más fácil. El título resume todo Acompáñame… El estar ahí, el servir a los demás de una manera desinteresada puede ser la mayor de las experiencias que pueda tener un ser humano, en un mundo donde el dinero parece que es lo único importante y donde en este tipo de sitios te das cuenta de que es un bien superfluo, accesorio y que no sirve de mucho. Ojalá los lectores seamos capaces de conseguir lo que nos propone la escritora, salgamos de nosotros mismos, salgamos al encuentro del otro, del que sufre, del que está solo, del que nos espera, acompañémosle en este viaje sin retorno, descubramos que siempre hay más alegría en dar que en recibir. Es un libro para leerlo lentamente, para meditarlo y para que mientras hacemos eso, miremos las ilustraciones que nos van a ayudar aún más a tener unos pensamientos más profundos acerca de la vida y del sentido que esta tiene. Precisamente su apertura a la trascendencia es uno de los grandes logros de este poemario.

Los poetas son aquellos artistas que nos llevan a pensar que por encima de la materia hay algo que nos completa, que nos llama, que nos espera y Cristina ha sabido crear en el lector la sensación de estar vivo, de dejar movernos en la superficie para introducirnos en las profundidades de lo desconocido.

José Antonio Gutiérrez Rojas

CARTA AL LECTOR

Nunca imaginas cuánto puede dar de sí una vida. Y lo larga que ésta se puede hacer en determinados momentos difíciles (aún más si te desplazas de ciudad en ciudad e incluso de un continente a otro). Si tuviese que describir la mía… sería como cinco vidas en una misma (hasta la fecha). Una etapa y otra… ¡tan diferentes! Bien podrían haber sido vividas por mujeres distintas.
El corazón va recibiendo el poso, como experiencia que enseña. Y todos aquellos tropezones que me dañaron física y psicológicamente, aprendí a perdonar. Era la única manera para seguir viviendo con La Paz de Espíritu.
Ante un “matrimonio” (que se mantuvo hasta la mayoría de edad de mi hija) y concluyó en nulidad eclesiástica, frenando constantemente los brotes delirantes de la enfermedad psiquiátrica de “mi ex marido”, no es extraño, que se gestase en mí una enfermedad del sistema inmunológico… Este suceso lo comprenderán muy bien, aquellos que son o han sido un dique de contención, con su cuerpo y con su mente, de un familiar en tal situación. Ya saben el desgaste y la pena que ello conlleva, a los que ponemos el corazón. No hay días ni noches libres, solo cuando se encuentran internados en un Hospital de Salud Mental. Y entonces sobrevienen todos los efectos colaterales de una guerra que no quieres, luchando día a día por la cordura.

Resulta fácil ver en ese esfuerzo por mantener LO RAZONABLE, en un ENTORNO DIARIO IRRACIONAL, que el organismo se resienta y la enfermedad del CUIDADOR FORZOSO, se desarrolle en paralelo. Ni que decir tiene cuando la inteligencia de estos enfermos psíquicos destaca y “todo lo saben”. Si a esto añadimos el intento continuo de preservar, proteger, la infancia y adolescencia de una hija, para que tuviese los menores choques traumáticos posibles con su padre; entenderán que en ese contexto, se pasa de ser madre, a una MADRE CORAZA o ESCUDO, y más bien temprano que tarde mi enfermedad empezó a pasar factura en mi salud. Quiero expresar que al padre de mi hija, le deseo que Dios le dé toda la protección, felicidad… que pueda tener en esta vida y la Paz que necesita, y que los demás también la tengamos.
Recuerdo, cuando era pequeña que mi abuela materna me contaba repetidas veces, un cuento que me gustaba mucho, en el que dos elefantes cuerdos, conseguían amainar y entrar en razón a un elefante loco. Mi realidad, me demostró que había una línea invisible, la cual se podía pasar, casi sin darse cuenta y entrar en la locura… Pero también mi vida me ha enseñado, que todo lo que he vivido; de una manera muy especial, me ha sensibilizado y me ha hecho sentirme muy próxima a las personas con enfermedades crónicas, raras o terminales.
La verdad, es que “Dios escribe con Renglones Torcidos”. Siempre he creído ser, uno de esos renglones…

Espero transmitirles algunas de las emociones que he experimentado, al escribir los versos y pintar los dibujos a plumilla, de este libro poético: ACOMPÁÑAME…, inspirado en las vivencias de mi voluntariado con enfermos terminales del Hospital San Rafael de Granada.
¡Hasta Siempre!


Cristina Gómez-Tejedor Álvarez

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