Hoy recuerdo la soledad de la casa

y un fuego encendido en invierno,

en una chimenea ennegrecida

se quemaban oscuros sarmientos.


Yo sentado en una silla pequeña de enea

frente al fuego, a veces el humo me cegaba,

mientras en mis manos de juegos

tenía un tebeo arrugado del Capitán Trueno.


Teníamos una perra color marrón y muy lista,

cuando íbamos a comer alguien de la casa

decía: aquí sobra uno. Todos callábamos

y la perra agachaba la cabeza y salía a la calle.


En la calle rugía el viento y el frío, entonces

alguien gritaba: ya puedes entrar dentro,

y la perra, ¡qué lista!, entraba en casa moviendo el rabo,

dentro se comía algunos granos de migas del suelo.

Marcelino Arellano Alabarces

I CERTAMEN DE ARTÍCULOS Y POESÍA PERIÓDICO DIGITAL GRANADA COSTA

Cada tres meses se entregarán dos premios: uno concedido en la vertiente de textos y otro para los poemas

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