HISTORIA DE UN DEVOTO QUE DIO ORIGEN A UNA ERMITA
Se cuenta en la “Historia de Huércal-Overa” de principios del siglo XX (1910) del historiador huercalense E. García Asensio que no se tienen noticias ciertas de la fecha de la construcción de una pequeña ermita de la Virgen de la Salud. Sin embargo, hay quienes la sitúan en torno a la época de la construcción de la iglesia parroquial de la Asunción que data del siglo XVIII (1709 a 1739), cuando los edificios del consistorio y del pósito se encontraban ubicados, precisamente, a espaldas de la mencionada ermita.
No he encontrado documento que pueda poner de manifiesto la auténtica fecha de construcción más allá del plano en el que se recoge el callejero del municipio y la ubicación de diferentes puntos de interés.
A partir de esta situación es cuando se puede entrar de lleno en la entrañable historia del artífice de la construcción de este insigne lugar que es la ermita donde se rinde culto a la imagen de la Madre de Jesús bajo la advocación de Virgen de la Salud.
Al parecer, es época de pobreza y con la peculiaridad de ser una persona de mermadas facultades, circulaba por las calles del pueblo un ser entrañable de escasos recursos económicos que sobrevivía gracias a la solidaridad de los vecinos.
El hombre en cuestión, era devoto de la virgen y portaba un fanal con la imagen de la misma que llevaba de casa en casa y gracias a las limosnas que le daban podía sobrevivir.
Pero este hombre tenía una aspiración: que su virgen no dejase de ser venerada.
La gente se hizo eco de ese deseo y, donde ahora se levanta la ermita, entre los que lo conocieron decidieron levantar un pilar con una hornacina donde fue colocado el fanal con la imagen de la Virgen a la que tanto amaba.
Pasado el tiempo, el dueño del terreno donde se encontraba el pilar, cedió una superficie de unos 45 metros cuadrados donde se alzó un humilde santuario que albergaría la imagen de la virgen del fanal. Se resalta, también en este caso, que fue la generosidad y fe de la gente la que contribuyó a asumir los gastos ocasionados por las obras de construcción del edificio.
Se sabe que ya en el s.XIX el venerable cura Valera, sacerdote de reconocidos valores y caridad cristiana, nacido en 1816 y fallecido en 1889 solía visitar este emblemático y santo lugar para orar ante la imagen de la virgen además de hacer la visita a los que padecían enfermedad y hacer sus obras de caridad.
Poco más se conoce de la virgen que presidió en su momento la ermita, ni del destino del fanal, porque la imagen que preside el pequeño altar en la actualidad data de años posteriores a la Guerra Civil española.
Pero esta historia lo que pretende es poner de relieve la impronta creyente de una persona sencilla, humilde, muy pobre, que persistió en su fe en la imagen mariana de tal forma que ha llegado hasta nuestros días.
EL REZO DEL ROSARIO.
Es todo un símbolo del lugar, la costumbre de rezar diariamente el santo rosario por un grupo de creyentes que se reunen sobre las seis de la tarde. Merecen ser mencionadas personas como el Martos, el Cardaor, la Pintora… que acudían sin pereza ninguna a dirigir el rezo y la letanía que se sigue haciendo en latín.
Durante todo el mes de mayo se hacen las “flores a María” donde además del rosario, se hacen ofrenda y plegarias específicas para esas fechas.
Antaño, el día elegido para el rezo era el sábado, para salir después en procesión con la imagen por las casas y calles del barrio. El que dirigía esta actividad se le conocía como el Frasquito el Ciego.
RENACE UNA COSTUMBRE EL 1 DE JULIO DE 2023
Gracias al cuidado de las persona devotas esta ermita se ha mantenido en pie como testimonio vivo de la fe de aquella persona que hacía llegar el fanal de la virgen a los hogares , no solo de los que estaban enfermos, también a todas aquellas puertas que se abrían amorosamente para acoger a la Virgen de la Salud.
Pero hay más, porque la fecha del 1 de julo de 2023 marca el inicio de una nueva etapa de rescate de costumbres y divulgación de la fe en el poder milagroso de nuestra venerada madre. Todo gracias a la iniciativa de un grupo de jóvenes que han sacado de nuevo la imagen a la calle tras más de medio siglo de permanecer en su altar. Ha sido toda una explosión de júbilo y fervor mariano que ha desbordado todas las expectativas de quienes se han encargado de sacar la procesión a las calles. Jovencísimos costaleros han mantenido en continuo movimiento el trono a lo largo su recorrido acompañado por multitud de creyentes que no cesaban de dar “ViVas” a la virgen, acompañados por la bandas de música local “Virgen del Río” dirigida por el maestro Cubillas y los aplausos de los asistentes.
¿Quién iba a decir que un sencillo fanal en manos de un humilde y creyente hombre iba a ser capaz de congregar tal cantidad de gente más de dos siglos después de su muerte?
Y es que la fe mueve montañas.