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SOLO SE VIVE UNA VEZ

El ser humano y su obstinación por destruir cuanto le rodea.

Estimados lectores he observado demasiados cambios en un corto periodo de tiempo en nuestra vuelta a la normalidad, sobre todo en el comportamiento de las personas. Millones de ciudadanos a nivel mundial se están dando cuenta de lo importante que es cooperar para dar un cambio radical a este planeta plagado e infectado de intereses.

Conduciéndonos a la destrucción del único y reseño «único planeta” donde realmente existe vida humana.

Somos los únicos seres vivos con capacidad de razonamiento, diseñar, crear, investigar e inventar.

A la vez y desafortunadamente también utilizamos dichas creaciones para destruir. Intento comprender al ser humano como una persona más de la cadena evolutiva, mas me es imposible. Cada persona es única al igual que lo es nuestro planeta. ¿Nos hemos preguntado cuanto soportará?

La tierra que nos cobija no nos exige nada. Somos nosotros quienes deberíamos estar agradecidos.

Cuando despunta el sol volvemos a nacer nuevamente. Entonces, ¿por qué nos aprovechamos de ella tan egoístamente? Respiramos gracias al oxígeno que el planeta nos ofrece, sí, porque de lo contrario yo no estaría escribiendo estas letras. La poca responsabilidad ha hecho que cada vez la tierra se deteriore a pasos agigantados.

Otro de los mayores males y el peor de ellos son los conflictos bélicos. Haciendo temblar los cimientos. La mezquindad, la falta de amor al prójimo, arrastrándonos a un desenlace lleno de incertidumbre. El planeta no entiende de leyes o armas nucleares.

Me hago una pregunta… Cuando partamos al más allá, ¿cargaremos con todo cuanto hemos atesorado? Yo creo que no. Una vez cerrados los ojos y el corazón hayan dejado de latir, lo único que portaremos será una caja de madera al gusto de cada uno. Una vestimenta que en ocasiones ni tan siquiera habríamos elegido.

Una vez bajo tierra esas prendas no perdurarán, el paso del tiempo se encargará de que terminen pudiéndose al igual que la piel que cubre nuestros huesos.

Luchemos con determinación para cambiar nuestra forma de pensar.

En el futuro podremos mirar a nuestro alrededor agradeciendo que vuelve a brillar el sol. Para demostrarnos, como escribí con anterioridad «que volvemos a renacer». Si dedicamos un solo minuto de nuestro tiempo, estoy convencida que cada uno de nosotros idealizaría un lugar especial para disfrutar o simplemente desconectar. Algo tan sencillo nos debería de hacer reaccionar.  Pongamos entonces de nuestra parte y podremos decir que nuestra forma de ver la vida habrá dado un giro de 365 grados al igual que cada día del año.

 

María Manrique Pérez

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