05/05/1999. Siendo las diez y quince de la mañana, me vino al mundo mi machote, una personita chiquita, muy rubio, precioso, babosillo y mocosillo. ¡¡ No lo iba a ser todo perfecto!!

Fue creciendo, y esa personita se convirtió en un torbellino, ¡¡ Que manera de saltar, correr, sudar y siempre con su ¡¡ Bolfo!! Colgando, con el de su madre, sus tías o abuela, eso y las llaves, que obsesión. A mí me encantaba verlo, siempre me provocaba felicidad, no levantaba un metro del suelo, pero ahí estaba él destacando de entre los demás. Bendita criatura que vino para mayor gloria si cabe, le encantaba que lo subiese a la moto, era su delirio, como también lo era el que lo pasease en coches descapotables, siempre que la madre y mi princesa, unos años mayor que él, se venían a pasar el domingo a mi centro de trabajo.

Era un gozo para mí, el ver su carita de satisfacción, yo lo sentaba conmigo en el puesto de conducción y le dejaba que fuese girando el volante, me recordaba a los momentos que mi padre lo hacía conmigo. Que padre más satisfecho me sentía viendo que al igual que yo… para mi machote yo era su referente siempre me buscaba, no salía por la puerta de la calle sin que él se aferrara a mi mano, siempre quería venir conmigo, cuando se cansaba de andar, siempre lo cogía en brazos o me lo subía a los hombros, le encantaba, el puñetero me tapaba los ojos con sus manitas y por más que le decía, ¡¡ Machote, que nos la vamos a pegar…!!

El tan solo se reía a carcajadas y me contagiaba, pero vuelta a lo mismo, el seguía en su empeño en que fuésemos andando a ciegas.

Tiempos muy felices los vividos, también hubo de algunos duros, pues sus nervios podían con él, ¡¡ pobrecito mío¡! No era consciente. Con todo y con eso, volvería a vivir esa experiencia contigo machote, hoy en día, eres todo un hombre con la cabeza bien amueblada y los pies en el suelo, vales mucho machote y solo deseo que este tu padre, te haya sabido educar y aunque solo sea un poquito, haya colaborado en lograr que llegues a la magnífica persona que eres hoy en día. Sigue así machote, no te extravíes nunca, eres mi orgullo, besos tu feliz padre.

Gonzalo Lozano

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