YEMEN OTOÑAL
Yemen otoñal, de Ana María López Expósito, es un poema que entrelaza la belleza del paisaje con la tragedia humana. Desde Shibam, la autora transforma la opresión en canto y el dolor en siembra, ofreciendo una mirada poética y profunda a la resistencia femenina frente al silencio del desierto.

En Shibam una mujer
camina sobre sobre los labios del desierto,
la tierra de la leche y de la miel.
Le acompaña el rumor de hojas amarillas,
de maíz, café, algodón y trigo
que vuelan junto a ruiseñores bajo
la tierra húmeda que guarda los sueños
entre sus raíces.
Viaja con una maleta cargada de semillas
su cuerpo ceñido por los
ojos del viento de los siglos.
Respira olores a: setas, castañas y trigo
Se siente otoño.
Amargura dorada en el paisaje.
Planta semillas en el vientre de la tierra.
Sus manos dejan caer el camino,
acarician gotas de plata
y respira el cambio de la frontera.
No conoce el fin de su destino.
La poesía rompió en sollozos,
camina con pisadas cuidadosas…
A lo lejos el eco de canciones
hombres con los que compartió
bailes y besos en noches de luna llena.
Creció en la vida del rocío y en las flores olorosas.
Sufre el uso forzoso del niqab,
la violencia intrafamiliar
y los homicidios por motivos de honor.
En la tristeza de la tarde arrastrando
cadenas opresoras, preguntó al otoño:
¿Son ciertos los vítores de los hombres?
Pero mujer, respondió el polvo del otoño
¿Les has creído? Son solo palabras.
Se va el otoño un día lluvioso
Solo las negras sórdidas voces de los córvidos
para firmar la defunción.
Los árboles quedaron sin hojas y sin grito.
¡La orquídea muere entregando sus perfumes al céfiro!

