VISITA CULTURAL DE SOCIOS Y SOCIAS DE LA AUOM A LA POSESSIÓN MUSEO DES CALDERERS

El pasado 29 de noviembre, un total de unos 60 miembros de la AUOM realizamos una interesante excursión cultural al Museo Els Calderers, ubicado en el término de Son Sant Joan, en el centro de la Isla. Este museo -que podríamos decir que es grandioso, pero al mismo tiempo se recorre con agilidad- se construyó allá por el 1750.

              El día elegido para la visita al museo fue soleado y ausente de viento, por lo que resultó un viaje agradable y cómodo. Partimos desde Palma a las 10 horas y duró una hora aproximadamente, debido a un pequeño error o equivocación en el trayecto, que, aunque solamente fue anecdótico, hizo que se alargara el recorrido.

              Una vez delante de la gran mansión, rodeados de altos árboles y algunos jardines, bajamos del autocar y nos fuimos acercando a la puerta principal del vetusto edificio. Es sorprendente divisar, por cualquier latitud de nuestra querida Mallorca, estas grandes posesiones que antiguamente eran como una pequeña aldea. Hoy en día mantener estas inmensas casonas es casi imposible debido a que el campo se ha ido abandonando, razón por la que estas mansiones -para su subsistencia- han de dedicarse a otros menesteres, como en este caso a museo.

              Está abierto diariamente tanto para grupos como para personas individuales, bajo el pago de una módica cantidad de dinero. No existe guía, por lo que a la entrada se les da un folleto a los visitantes que les irá explicando exhaustivamente los elementos de historia de cada sala, habitáculo o habitación. Todo el recorrido está muy bien señalizado. Nadie puede perderse ya que durante el recorrido existen cordones que impiden que nadie pueda tocar el mobiliario o cualquier otro elemento decorativo.

              Interiormente el edificio me resultó muy frío, entre otras cosas porque está situado en el campo y sobre un montículo, desde el edificio principal se divisa una ancha panorámica de esta idílica Isla de Mallorca. Las distintas estancias: dormitorios, biblioteca, salas de estar, comedores, sala de música, despeños, capilla, las encontré -en algunas ocasiones- muy recargadas. Pero pienso que eso hace que esos elementos puedan perdurar en el tiempo. Comenté con algunos compañeros y compañeras las miradas inquisidoras de los personajes que nos vigilaban desde los antiguos cuadros colgados en la pared. Aquellos señores que desde su montura vigilaban a los trabajadores en sus vastos territorios, que trabajaban, vivían y morían en esas posesiones, en casas cercanas a la casa del señor.

      El largo recorrido nos hizo conocer un poco más de la historia rural de Mallorca, no solamente cómo se vivía en épocas pasadas, también pudimos visitar una gran sala en donde había expuestos diferentes utensilios de trabajo en el campo, así como otros elementos necesarios para conservar aceite, y productos del cerdo. Al final del recorrido nos ofrecieron un trozo de pan con sobrasada. ¡Buenísima!

Junto a la puerta de salida hay una sala en donde se puede tomar un café y se puede comprar algún artículo de cerámica, así como una exquisita sobrasada mallorquina. Tras esperar una media hora hablando entre los compañeros y compañeras sobre lo que habíamos visto, llegó otro momento deseado por todos: el almuerzo, que como no podía ser de otro modo consistió en un “pa am oli”, plato sencillo de confeccionar, pero extraordinario, que fue siempre el recurso de los más necesitados y que, hoy en día, se ha convertido en un plato exquisito que es en algunos restaurantes un plato principal, ya que es una comida muy versátil. Se prepara especialmente con una rebanada de pan moreno tostado, se le restriega tomate de “ramallets”, especialmente cultivado para esta comida, aceite de oliva virgen extra, alcaparras y “fonoll marí”, hinojo de mar, y, a partir de ahí, se degusta acompañado de jamón, queso, sobrasada, butifarrón, aceitunas mallorquinas, por su sabor un poco amargo, y, por supuesto, vino de la isla, que son vinos de una gran calidad. 

              Antes de empezar a comer, nuestra presidenta, doña Joana María Vidal, nos dirigió unas palabras de agradecimiento por haber participado una vez más en un acto organizado por la AUOM, y nos habló sobre los distintos actos que se habían organizado de cara a la Navidad. Entre otros, la chocolatada que ofrece la AUOM a sus asociados el día 15, en el restaurante de nuestra Universidad, así como la Misa criolla y la intervención de nuestra maravillosa Coral, etc. Sobre las cuatro de la tarde volvimos a Palma, esta vez sin incidencias, tras haber disfrutado de una jornada cultural y de compañerismo.

              Por ser tantas las personas que asistieron, solamente reseñaré a las personas que asistieron pertenecientes al proyecto cultural Granada Costa: José Tamayo, Fernanda Llabrés, José Heredia, Pepa Cortés y un servidor. Convivir es estimular los afectos.

Marcelino Arellano Alabarces

Palma de Mallorca