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VISITA CULTURAL AL MUSEO CERRALBO (MADRID)

El nacimiento de las artes hay que buscarlo en los orígenes de la humanidad.

¿Quién de nosotros no ha visitado alguna vez un museo? Cada vez que visitamos uno nuestros sentidos gozan de las excelsas bellezas, pues experimentamos  muchas sorpresas y desarrollamos nuestro espíritu y sentimiento  estético, algo que  nos eleva, por eso  decimos que son sublimes.

Esto es lo que experimenté ante tanta obra de arte: esculturas, pinturas, porcelanas ,relojes, tapices, cerámicas, objetos de arqueología en el museo Cerralbo de Madrid. Este museo está compuesto por todas las artes decorativas que podamos imaginar. Su dueño, el marqués de Cerralbo, era un  gran amante de las bellas artes y de la ciencia, es decir un coleccionador nato y un mecenas de la cultura.

El marqués de Cerralbo tiene un extensísimo currículum, del cual  expondremos el siguiente resumen.

Su genealogía comienza en 1379, cuando Enrique II de Castilla le concede el título de I Señor de Cerralbo a D. Esteban Pacheco. Después por medio de los distintos matrimonios se suceden los marquesados y condados de las distintas familias emparentadas de Galicia y Ciudad Rodrigo (Salamanca), hasta llegar al XVII marqués de Cerralbo, del cual nos ocupamos hoy.

Don Enrique de Aguilera y Gamboa, XVII marqués de Cerralbo, (Madrid 1845—1922), fue político, arqueólogo y coleccionista español. Desde muy niño empezó a coleccionar monedas antiguas. Compaginó sus estudios de Derecho y Filosofía y Letras con su afición a las Bellas Artes. Ejerció de político: fue diputado y senador. Hizo méritos para que el rey Carlos III le concediera el Toisón de Oro. Cuando dejó la política se dedicó a la cría de caballos, a la investigación arqueológica y a la numismática en la que destacó y por la que fue elegido Miembro de la Real Academia de la Historia; y años después entraría en la Real Academia Española, así como en la Academia de Bellas Artes de San Fernando.

A la muerte de su padre heredó los  títulos de: Conde de Villalobos, Marqués de Cerralbo, de Almarza y Campofuerte, y de Conde de Alcudia, Foncalada y Sacro Romano Imperio, entre otros, además de un ingente patrimonio.

Durante muchos años viajó por numerosos países donde tuvo la ocasión de comprar valiosas obras de arte para su colección arqueológica y de antigüedades. Él mismo mandó construir el palacio para conservar toda su obra. Está rodeado por un frondoso jardín con esculturas y fuentes.

El palacio consta de numerosas estancias y elegantes salones, además de las habitaciones características de una vivienda entre las que podemos destacar las más relevantes:

DESPACHO

EL despacho es una sala de reunión donde el marqués  recibía a grandes personajes de la política y de la literatura; aquí nos lo imaginamos rodeado de una serie de objetos personales, que como símbolos parlantes, nos dan noticia de su noble origen, de su pasado político y de su pasión coleccionista.

SALÓN DE BAILE DE ESTILO ROCOCÓ

Al entrar en el salón de baile da la impresión de que se mueve uno en un mundo aparte, en una dimensión distinta,  como si se estuviera soñando.  Es un gran espacio rectangular rodeado de un paramento decorativo de estilo rococó de un gran impacto emocional, con una decoración para los sentidos donde pervive silencioso su significado histórico. Columnas, pilastras, arcos, frisos, cornisas, molduras blancas y doradas decoran las paredes; molduras doradas enmarcando grandes espejos con una fantasía de delicadas filigranas con incrustaciones de oro y plata; zócalos de mármol rosado; el techo decorado con estucos  blancos y dorados moldeando los compartimientos de las pinturas con adornos de guirnaldas de flores; preciosos juegos de candelabros de bronce dorado y bustos de  mármol de época romana sobre pedestales de mármol verde.

Toda esta decoración, además de su belleza, cumplía otro objetivo que era a través de la combinación de la luz natural, la de los candelabros y sus reflejos con el color y los detalles decorativos sensuales, el espacio quedaba bañado  por una suave y misteriosa iluminación. Aún hoy, si tienes algo de imaginación y un oído atento puedes escuchar la música de los valses.

SALÓN CHAFLÁN

Un Salón Chaflán, estancia que debe su nombre al trazado de su planta condicionado por la ubicación del edificio entre dos calles. Una habitación luminosa y alegre pensada para la tertulia y el descanso entre baile y baile. Su decoración está inspirada en el siglo XVIII francés.

GALERÍA  PRIMERA

Ésta galería se comunica al final con el Salón de Baile. En el techo destaca una grandiosa lámpara de cristal de Murano que ilumina ésta y las dos siguientes galerías. Hay una vitrina donde se guardan muchas joyas y antigüedades, así como las condecoraciones otorgadas por  D. Carlos de Borbón al marqués y los retratos de los señores de la casa, sus padres y bisabuelos.

GALERÍA  SEGUNDA

 Ésta forma parte de las tres galerías que se distribuyen  en torno al patio interior, ideadas por el propio marqués de Cerralbo a imitación de los palacios italianos, para facilitar el deambular de sus invitados a la vez que contemplaban las obras más importantes de su pinacoteca, que podemos observar incluso en el techo. El mobiliario está inspirado en el del barroco florentino: arquillas, sillones, consolas, mesas, etc.

GALERÍA  TERCERA

Esta galería cuenta con un curioso y pequeño aseo que conserva el lavabo original tallado en mármol y el acabado al estuco de la construcción. La galería está amueblada con arcones neo renacentistas, escritorios de tipología salmantina, espejos, columnas, esculturas, arquetas y relojes, y vitrinas repletas de recuerdos y pequeñas figuras de porcelana.

SALITA  IMPERIO

Esta sala originariamente era el tocador de la marquesa de Cerralbo pero hacia el 1900 se cambió la decoración y se colocaron un conjunto de espejos, el tocador propiamente dicho y varios objetos de plata, por lo que  se le puso el nombre de Salita Imperio.  Su emplazamiento entre el Salón Vestuario _ ámbito de los caballeros_ y el Comedor de Gala permite suponer que fue un lugar de paso en el que se detenían las damas para arreglarse sus tocados o reposar fugazmente en los cómodos divanes.

BIBLIOTECA

La Biblioteca se comunica con el Despacho pues ambos son complementarios. En ella podemos ver muchos objetos personales relacionados  con el gusto y las aficiones intelectuales  del marqués. Lo podemos imaginar consultando los cerca de 7000 volúmenes en sus anaqueles y clasificando la enorme cantidad de monedas, medallas y antigüedades.

EL SALÓN  DE  BILLAR

Dentro de los espacios masculinos de entonces, destaca el Salón de Billar, dependencia típica que se situaba cerca de los salones  nobles y del comedor.

Es una sala de esparcimiento y uno de los ejercicios preferidos de los caballeros del siglo XIX. El mobiliario, concebido en función del propio origen, consta de una mesa de carambolas, diversos tacos dispuestos en la taquera, altos divanes con escabeles para reposar los pies en los que se sentaban las damas para seguir la marcha de la partida, y una lámpara horizontal que concentra la luz sobre el tapete y deja el resto de la sala en penumbra.

A la ingente colección de objetos comprados en las distintas ciudades de Europa hay que añadirle también las piezas de arqueología de primer orden y muchas de ellas únicas.  Por ello, el marqués asistió como representante de la Academia Española de la Historia  al Congreso Internacional de Antropología y  Arqueología Prehistórica celebrado en  Ginebra en 1912. Y debido a sus excelentes ponencias, el idioma español fue admitido como idioma oficial en los siguientes congresos.

El marqués de Cerralbo donó  a la nación española este patrimonio con el fin de que sus colecciones permaneciesen para siempre, por lo que debemos estar agradecidos todos los que lo hemos visitado al haber podido contemplar el buen gusto  en materia de Bellas Artes, y haber contribuido al lustre y esplendor de la época.

Por todo ello  coincido plenamente con   Aurora León cuando dice:”el museo ha de ser algo de todos y para todos, servir para el conocimiento de la Historia y de la Cultura”.

Aurora  Fernández Gómez

 

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