A estas alturas del proceso catalán, hay muchas personas que se preguntan: ¿cómo acabará todo? Existen diversas respuestas a esa pregunta, y son diversas porque ni los más entendidos saben lo que pueda pasar en Cataluña. No lo saben ni Ciudadanos, ni el PSC, ni el PPC, ni tan siquiera los partidos que llevan durante todo este proceso titubeando y mareando la perdiz, que si ahora a la derecha, que si ahora a izquierda, como es el caso de ese partido veleidoso de la señora alcaldesa de Barcelona, que unas veces hace de monaguillo y otras se pone a tocar las campanas del independentismo. Tampoco lo sabe el partido (¿?) del expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en el que una parte importante no está de acuerdo con el camino llevado por el fugitivo expresidente, que abandonó el barco antes de que este se hundiera, dejando a bordo a sus subordinados (¡cobardía!). Y, por supuesto, tampoco lo sabe el partido del señor Oriol Junqueras, ahora en prisión, en mi opinión, el personaje más patético que existe en todo este conflicto, porque, cuando habla, parece que llora y suplica. Impresión a la que hasta ahora le está sacando beneficios.

            Entonces, ¿quién lo sabe? Nadie. El proceso emprendido por el Sr. Carles Puigdemont, obligado por los antisistema de la CUP y la sombra del gigante del Sr. Junqueras, ha llevado a una de las regiones más ricas de España casi a la bancarrota. Este conflicto solamente ha empezado a andar. ¿Cree el Sr. Rajoy que, con implantar el artículo 155, todo está solucionado? Sé positivamente que no se lo cree. Cataluña ruge y ruge por la incompetencia del Gobierno que tenemos, que ha dejado con su modo de actuar que ese dragón gigante haya crecido hasta tal altura que ahora lo único que ha podido hacer es adormilarlo, en espera de un próximo despertar, que será imposible de volver a doblegar, ya que no habrá agua suficiente para apagar el fuego que eche por su boca.

            Las elecciones del día 21 de diciembre no serán normales, porque  los independentistas las considerarán un plebiscito. Es decir, se volverá a empezar de nuevo. ¿Qué hará esta vez el Gobierno del señor Rajoy si ganan los independentistas?, ¿aplicar nuevamente el artículo 155? No servirá de nada, como no sirve ahora. Ha suspendido la autonomía, es decir, el dragón de la independencia. Una parte de los miembros de ese  ex-Gobierno están metidos en la cárcel y otra haciendo turismo en Bélgica, molestando y poniendo en un aprieto al Gobierno belga. Me pregunto: ¿quién o quiénes financian la estancia de esos señores en Bélgica?

            Los presos de este proceso deben salir de la cárcel ya, porque eso solamente sirve para alimentar al dragón del proceso catalán. A todos ellos se les debe adjudicar la doctrina Forcadell, que se les imponga la multa que la ley considere justa y que puedan participar en las próximas elecciones. Eso servirá para contrarrestar el victimismo del que hacen gala y servirá también para restar votos a esas formaciones independentistas. ¡No les quepa duda!

 

Marcelino Arellano Alabarces

 

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