VERGÜENZA AJENA
En la arena política actual, la vergüenza ajena se ha convertido en moneda corriente. En lugar de centrarse en soluciones para el bienestar común, los políticos dedican sus esfuerzos a desenterrar errores pasados y desacreditar a sus oponentes. Esta práctica no solo erosiona la imagen de nuestro país, sino que también socava la confianza de los ciudadanos en el sistema. Es hora de que nuestros líderes abandonen las peleas de patio de colegio y se centren en encontrar soluciones reales para los problemas sociales. Es momento de dejar de buscar culpables y empezar a buscar soluciones.
Hoy día, los políticos presumen de gran currículum, estudios universitarios, master etc.
Pero, lo cierto es que emplean su tiempo en hacer indagaciones para sacar porquería unos de otros. Cualquier error cometido en el pasado, lo sacan a la luz y, lo repiten hasta la saciedad, por pequeño que este sea; para desacreditar a su oponente. Buscan errores de juventud, gramaticales o de ascendentes y descendentes…
Cosas que en nada benefician al bienestar común de la ciudadanía. Al contrario, esto solo está deteriorando la imagen que tienen de nuestro país en el exterior. Ese comportamiento, es nuestro desprestigio.
Deberían emplear su tiempo y conocimiento, en buscar mejoras para el bienestar social.
Las personas se deben juzgar por sus actos, no por los de terceras personas. Si buscamos defectos en los demás, habremos de mirar los nuestros; nadie está exento de ellos. Como bien dice el dicho: (quien esté libre de pecado, tire la primera piedra) cuando tires la piedra sin haber calculado las consecuencias: tal vez percibas el efecto bumerán.
Cualquier persona sin gran cultura puede apreciar que el camino que están tomando nuestros políticos, no es el más adecuado. Espero que reflexionen, que la magnitud que está tomando ésta continua lluvia de acusaciones: repercutirá en todos los españoles negativamente. Espero se haga política responsable, haciendo hincapié en mejorar la convivencia e invertir más en bienestar social, en crear empleo, en ciencia etc. Así todos saldremos ganando.
La desidia con la que afrontan el descontento de la población: desmoraliza a cualquier votante, perdiendo confianza en los políticos en general. Todos somos los perjudicados en esta contienda, que parece más de colegiales, que de personas adultas y coherentes.
Indaguen en lo más íntimo de su ser, para encontrar las respuestas necesarias para salir de este atolladero. Aparquen el orgullo y la ambición… tal vez así, dejemos de sentir vergüenza ajena. No busquen culpables, busquen soluciones.
Todos sabemos que hay decisiones que no son fáciles de tomar, y que requieren: coordinación y consenso. Los buenos, o malos resultados… no son responsabilidad de una sola persona; si no, de un conjunto: del cual se espera altura de miras y objetividad.
Soy consciente, de que poco puede importar mi opinión. Que hay personas más cualificadas que yo: para dar su veredicto, sobre este tema. Pero como ciudadana y votante, me siento en la obligación de hacer valer mi humilde opinión.
Ojalá éste granito de arena que he aportado, y los de tantos otros que como yo están preocupados por el porvenir: den el fruto deseado.
María Dolores Alabarces Villa