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VENTANA A LA TECNOLOGÍA: INTERNET Y LAS PREDICCIONES DE LOS GURÚS

Desde esta modesta Ventana a la Tecnología hemos optado esta vez por mostrar hasta qué punto se cumplen las predicciones de algunos expertos en tecnología (gurús, a quienes se les reconoce autoridad intelectual en el tema). Resulta interesante a día de hoy echar mano del cajón de sastre y desempolvar un trabajo realizado en una universidad Estados Unidos hace casi veinte años, publicado en el año 2006 (Pew Internet & American Life Project), sobre cómo creían los expertos que sería Internet en la actualidad. Se preguntó entonces a cientos de pensadores tecnológicos, activistas, fabricantes y comentaristas de Internet sobre cómo sería el efecto de Internet en la vida social, política y económica hacia el año 2020, que evaluaran a su juicio cuál sería para entonces su impacto social, político y económico.

Básicamente, las opiniones de esa encuesta fueron variadas. Y a pesar de que existió un consenso general sobre cómo podría evolucionar la tecnología, hubo menos acuerdo sobre el impacto de esta evolución. Como veremos, algunas predicciones no han sido realidad al cien por cien, otras se han cumplido con creces, mientras que el resto tal vez llevan camino de hacerlo. A continuación exponemos los escenarios planteados a los encuestados, el resumen de sus respuestas y nuestro comentario.

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LA ENCUESTA Y SUS ESCENARIOS

1- El despliegue de una red global: Se decía: «la red mundial se perfeccionará, permitiendo un enorme flujo de datos. Las comunicaciones móviles estarán disponibles para cualquier persona en cualquier parte del mundo a un costo extremadamente bajo».

Sobre este escenario, la mayoría de los encuestados estuvo de acuerdo con que hacia 2020 habría prosperado una red global de bajo costo, que estaría disponible para la mayoría de las personas de todo el mundo, también a bajo costo. Y que un «aplanamiento» del mundo, en el sentido de eliminación de fronteras en Internet, impulsado por la tecnología, abriría oportunidades de éxito para muchas personas que competirían a escala global.

Sin embargo, una minoría considerable de los encuestados dijeron que no estaban seguros de que el clima político fuera favorable para tal expansión de Internet. La resistencia, dijeron, estaría en las empresas deseosas de preservar sus ventajas y en los círculos políticos en los que el control sobre la información y la comunicación es un valor central.

Además, un número significativo argumentó que el mundo no se habría igualado lo suficiente como para eliminar las desigualdades sociales.

2 – Control humano sobre la tecnología: la mayoría de los encuestados afirmaron que los humanos seguirían siendo responsables de la tecnología hasta 2020. Sin embargo, algunos temieron que el progreso tecnológico tal vez crease máquinas y procesos que fueran más allá del control humano. Otros dijeron que temían que los líderes que ejercen el control de la tecnología puedieran usar este poder de manera inapropiada.

3 – Transparencia frente a privacidad: existió una expectativa generalizada de que las personas divulgarían, de manera involuntaria o inconsciente, más sobre sí mismas, obteniendo algunos beneficios en el proceso, incluso cuando perdieran algo de privacidad. Los encuestados se dividieron a partes iguales sobre si el mundo sería un lugar mejor en 2020 debido a la mayor transparencia de las personas e instituciones que ofrecería Internet: el 46% estuvo de acuerdo en que los beneficios de una mayor transparencia de las organizaciones y las personas superarían los costos de privacidad y el 49% no estuvo de acuerdo.

4 – Tecnología: inhibición, oposición y violencia: la mayoría de los encuestados afirmaron que habría personas que permanecerían desconectadas de la red debido a sus circunstancias económicas y otras pensaron que surgiría una clase de personas con rechazo a la tecnología. Formarían su propio grupo cultural que viviría aparte de la sociedad “moderna”, en su mayoría “fuera de la red” simplemente para buscar paz y una cura para la sobrecarga de información; mientras que otros cometerían actos de violencia en protesta contra la tecnología.

5 – Mundos virtuales atractivos o “adictivos”: muchos estuvieron de acuerdo con la idea de que aquellos que estuvieran conectados en línea dedicarían más tiempo a mundos virtuales, sofisticados y atractivos, en red. Y que si bien esto fomentaría la productividad y la conexión y sería una ventaja para muchos, la realidad virtual en Internet permitiría que la mayoría de las personas de las comunidades con conocimientos tecnológicos tuvieran más productividad que trabajando en el “mundo real”, aunque la naturaleza atractiva de los mundos de realidad virtual también daría lugar a problemas de adicción para algunos.

6 – El inglés desplazará a otros idiomas. Sobre este punto, muchos encuestados dijeron que  el inglés sería la lengua habitual del mundo para las comunicaciones interculturales en las próximas décadas. Sin embargo, afirmaron que no abrumaría a otros idiomas y, de hecho, el chino mandarín y otros expandirían su influencia en la red. La mayoría de los encuestados destacaron que la diversidad lingüística era buena y que Internet permitiría la preservación de idiomas y culturas.

7 – Prioridades de inversión: preguntados sobre cuál sería su prioridad para futuras inversiones de tiempo y dinero en la creación de redes, el 78% de los encuestados identificó dos objetivos para los responsables políticos mundiales y la industria de la tecnología: desarrollar la capacidad de Internet y difundir el conocimiento sobre la tecnología para ayudar a las personas de todas los países.

COMENTARIO DESDE LA ÓPTICA ACTUAL

 

Sobre el primer escenario, todos estaremos de acuerdo en que se han cumplido con creces las predicciones, aunque fue expresado entonces con cierta timidez por parte de los encuestados (56% a favor, 43% en contra y 1% sin respuesta).  Las comunicaciones móviles están en teoría disponibles para cualquier persona en cualquier parte del mundo. Otra cosa son las desigualdades entre la población mundial.

Sobre el segundo escenario, también los encuestados no anduvieron desencaminados: hoy en día seguimos siendo responsables de la tecnología. Sin embargo, el temor de entonces acerca de que el progreso tecnológico tal vez crease máquinas y procesos que fueran más allá del control humano es un hecho innegable a nuestro juicio, como por ejemplo las aplicaciones de la inteligencia artificial, cad vez más presente en nuestra vida cotidiana aunque no seamos del todo conscientes de ello. Dejamos aparte del comentario, para que el lector saque sus conclusiones, si los líderes que ejercen el control de la tecnología usan este poder de manera inapropiada.

En cuanto al tercero, las predicciones se van confirmando:  las personas divulgan, de manera involuntaria o inconsciente, más sobre sí mismas, obteniendo algunos beneficios en el proceso incluso a costa de perder privacidad. Es más, se ceden datos de manera voluntaria, de manera directa o indirecta, en redes sociales y similares, gustos y hábitos de consumo, etc., a cambio de disfrutar de aplicaciones y servicios gratuitos.

Por lo que se refiere al cuarto es indudable que hay personas que permanecen desconectadas de la red debido a sus circunstancias económicas, tanto particulares como sociales. Lo que no es tan manifiesto como previeron, aunque existen, es que haya surgido una clase de personas con rechazo a la tecnología, como grupo cultural que viva aparte de la sociedad moderna, en busca de paz y para evitar la sobrecarga de información. Es más, son testimoniales, por no decir inexistentes, los que cometen actos de violencia en protesta contra la mera tecnología. Más bien, existen movimientos de protesta en la propia red, con gran conocimiento técnico de la misma, tanto con finalidad dolosa o delictiva como con ánimo de mostrar las debilidades de los sistemas informáticos de las organizaciones.

Sobre el quinto escenario, hoy muchos dedican largo tiempo a mundos virtuales, sofisticados y atractivos, como por ejemplo los video-juegos en red o la navegación virtual. Aumenta la productividad, cierto, aunque está claro que la naturaleza atractiva de la realidad virtual da lugar también a problemas de adicción en algunos.

En cuanto al sexto, está claro que el inglés tiene una fuerte presencia en Internet, aunque otros idiomas, como por ejemplo el nuestro, mantiene en su ámbito una fuerte e indudable puesto.

Finalmente, en cuanto al séptimo escenario, en parte se han cumplido las previsiones: aunque resultara algo obvio o capcioso, se ha desarrollado la capacidad de Internet; pero en lo que respecta a difundir el conocimiento sobre la tecnología para ayudar a las personas de todos los países, habría mucho que decir, y en cualquier caso hay mucho por hacer.

Damià Vidal

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