Vamos por partes… – A TODA COSTA
… cuanto de cierto y de exageración
No me refiero a “llámense sus partes”, ni tampoco a las del famoso Groucho Marx, cuando dice:
<< La parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte.…>>
Me refiero – ¡pillines! – a una meditación filosófica que me viene al pensamiento sobre las razones de la sinrazón humana, pero no voy a entrar en disertaciones técnicas ni sesudas, porque no soy persona suficiente preparada para ello y por no aburrir.
Lo cierto es que cuando uno se hace mayor escucha muchos comentarios y opiniones de los que con menos años nos siguen, tanto en el ámbito político, socioeconómico como familiar.
De lo que se escucha y defienden con tanta ligereza y desconocimiento, tratando de transmitir interesadas conveniencias, debemos quedarnos con la mitad y la otra mitad vigilarla y verificar tanto su certeza, cómo su vialidad de solución y/o enmienda.
Damos por aceptado que los tiempos cambian, esperamos que a mejor, pero el panorama de los cambios sufridos en los últimos tiempos, en especial la última década, dejan mucho que desear, puesto que se están sufriendo muchas calamidades, malas gestiones políticas y constante empecinamiento con temas denostados o al menos nada oportunos ni necesarios para el bien vivir actual de los seres humanos en general y de los españoles en particular.
Los pueblos y personas están cada día más divididos, las creencias inducidas se han radicalizado, nadie se fía de nadie, la empatía se ausenta hasta de lo trivial y el conformismo se adueña del alma, para entrar en época de hibernación anímica.
Muchas veces una simple sonrisa es lo único que necesitamos para dar un paso adelante y triunfar en la vida.
Pero nos cuesta moderar nuestro <<YO-YO>>, (También conocido como diávolo), no el del juego de los palos y el “carrete”, o el de la ruedecita que sube y baja, sino el del más profundo significado de nuestro ambicioso egoísmo interior.
Francisco Ponce Carrasco