UN BUEN ALCALDE PARA GRANADA
Por Rogelio Bustos Almendros (Granada)
Asistí el día 11 de noviembre a la presentación del candidato a la alcaldía de Granada del partido Ciudadanos. Debo apuntar que lo hice sin ilusión porque rara vez dicen algo interesante, sólo repiten tópicos manidos y siempre se sale con la sensación de que conscientemente te están engañando y te toman por tonto. Pero esta vez confieso que me equivoqué, y tengo que decir que por fin hay un político con preparación que conoce la ciudad en todo lo que vale: sus capacidades, sus problemas y también con una idea clara de cómo solucionarlos. Este candidato era LUIS SALVADOR.
Durante una hora estuvo contestando a las preguntas que le hicieron sobre Granada y la forma de administración: habló del mercado financiero, productivo y económico, de urbanismo, de Patrimonio, del empleo, de la potencia de la Universidad, del potencial turístico, de los transportes urbanos, de las relaciones con los barrios, de la información, transparencia y honradez en la gestión administrativa, de los impuestos …
No sólo contestó a todas las preguntas de forma concreta sino que las fue ampliando, demostrando un gran conocimiento de Granada y también su gran formación intelectual y política. Una de las cosas que hace impopular al político es su falta de credibilidad, el incumplimiento de lo que prometen cuando se presentan a las elecciones, y por eso alguien le preguntó sobre ese aspecto, y su respuesta fue tajante, creíble y convincente: “cumpliremos el programa; no queremos un voto en blanco.
Todos los que nos presentamos en nuestro partido no necesitamos la política para comer porque todos tienen su profesión y a la política vienen por vocación. No somos de derechas ni de izquierdas, nuestra ideología es de servicio a nuestra ciudad y a los ciudadanos”.
Acostumbrados a que el político su primer objetivo sea su interés particular, lo segundo el partido y después, si queda algo, para la ciudad, pues es esperanzador que un político como Luis Salvador rompa con el sistema actual que además de la ruina económica y moral ha instalado la indiferencia, la confusión y el miedo en la sociedad a pesar de que siempre tienen en la boca, como si fuera un talismán, la palabra DEMOCRACIA a la que han degradado de tal modo que ya suena a mentira y corrupción.
Hace años, en una rueda de prensa le hicieron al finado presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy esta pregunta:”¿Qué es para usted la esencia de una democracia? Respondió esto: Información veraz y total del gobierno a los ciudadanos; honestidad fiscal en grado máximo y asociar al mayor número de gentes a la responsabilidad directa o indirecta de las tareas gubernativas”. ¿Informan en nuestra España los gobiernos la verdad? NO, y cuando lo hacen es desde el pedestal de la autocomplacencia, nos mienten, y algunos ciudadanos no cumplen sus obligaciones fiscales y encima roban y no pasa nada, y en cuanto a ser ciudadanos… tenemos trato de niños y cuando no de tontos.
Luis Salvador no habló de democracia sino de informar, de transparencia en la gestión, de honradez y de resolver entre todos los problemas que tenemos, que en definitiva eso es democracia.
Otras de las palabras que nos llenaron de satisfacción fue la de “vocación política” al margen de su trabajo profesional para lo que se necesita gran voluntad y esfuerzo. La VOCACIÓN “vocablo ilustre” que dijo Gregorio Marañón, porque la vocación es esa fuerza interior que nos llama al ejercicio de una actividad; es “la aspiración a servir”. Pero para servir se necesita también aptitudes y voluntad que si no se tienen de poco vale la vocación.
En este sentido me pareció entender ese “estar en la política por vocación”. Luis Salvador del partido de ciudadanos tiene vocación, formación y aptitudes para la actividad política demostrada durante años en diferentes cargos. A él no se puede aplicar esa frase vejatoria de R. L. Stevenson que le permitió decir ya en su tiempo que “la de político es tal vez la única profesión para la cual la preparación es innecesaria”. Y para más abundamiento, tanto él como su partido están limpios de corrupciones, y posee además algo muy escaso: sentido común. Todo lo explicó con la sencillez y humildad del que sabe y no con la arrogancia del que cree saberlo todo por ciencia infusa. Su exposición convenció. Un alcalde como LUIS SALVADOR es lo que necesita GRANADA.