TOMANOTA DESAFECCIÓN EDUCATIVA Y SANITARIA
Ante los cambios que se avecinan en la educación, siempre cambiando parte del currículum, casi nunca se recoge la valoración del esfuerzo y el respeto hacia los que quieren trabajar y aprender en unas condiciones óptimas, de buen ambiente motivador tanto para el alumnado como para el profesorado. Por eso el problema del fracaso escolar no lo va a solucionar el pasar de curso casi automáticamente, o poder presentarse a la selectividad con alguna materia suspensa, dependiendo de decisiones del equipo educativo, siempre limitadas por cierto, reformas nada eficientes porque es lo que viene ocurriendo hasta hoy-no nos engañen-, es decir, desde que sólo se puede repetir curso una vez por etapa. Quizá porque se ha olvidado desde que la LOE y la LEA hablaban de que en el proceso educativo se acompañaría de profesionales que se dedicarían a mejorar la convivencia. Fundamental para la atención a la diversidad e igualdad de oportunidades, para mejorar la calidad de la enseñanza. Asunto que parece interesar poco a los asesores de los responsables en materia educativa, centrados mucho más en lo que antes era burocracia de papeles y ahora es burocracia digital.
¿Alguien ha contabilizado y sabe el tiempo que pasa el profesorado en reuniones, rellenando actas, formularios, Séneca, comunicaciones, preparación de múltiples informes en documentaciones duplicadas una y otra vez? Me temo que no, igual que le ocurre a un sanitario médico que al tener que meter tantos datos en su ordenador sobre la persona que lo visita, a veces casi se le olvida mirar, auscultar a su paciente, y lo digo por experiencia propia y cotejada incluso con estos profesionales. Parece que lo que importa es la información digital que tenemos que cumplimentar y que quede dejado todo, reflejado en una plataforma para así parecer que hay más productividad y eficiencia en el trabajo. ¿Algún sindicato ha planteado este tema y lo ha defendido? Igualmente me temo que no, porque lo que importa es justificar en documentaciones que estamos haciendo bien nuestro trabajo; sin embargo la percepción del trabajador docente y sanitario es muy diferente, y la verdad es que no es de su agrado. Luego si lo que se pretende es la motivación para que haya mayor calidad asistencial-de servicio público para el que nos debemos- tanto en un ámbito educativo como en otro sanitario se deben cambiar las estrategias y habilidades prosociales. En este sentido, en lugar de fiscalizar tanto con burocracia que no sirve de nada por qué no eliminar o simplificar esta herramienta y confiar en el buen hacer de los profesores y médicos, apoyarse en los inspectores que en lugar de revisar documentos, nos acompañen en nuestro trabajo y nos aconsejen para mejorar día a día para seguir aprendiendo durante toda nuestra vida laboral.
Concluyendo, espero que no se olvide que detrás de los hospitales, los docentes estamos también en una primera línea que poco valor tiene en una sociedad que infravalora nuestro trabajo, quizá por la mala gestión política que se está llevando a cabo. Por eso no se entiende que Larra acertara en su crítica a día de hoy, sobre la burocracia de nuestros funcionarios y me imagino que si la vigilancia es lo que creó en origen el problema, me pregunto en sentido platónico: ¿quién vigila a los vigilantes?
Francisco Velasco Rey
Totalmente de acuerdo, mi hijo es profesor y tiene que hacer otro eso que dices Francisco y en sanidad lo mismo mi familia entre sanidad y el profesores es toda y ellos dicen lo mismo que tú, así que felicidades por volver a decirlo a ver si algunos se enteran ya.
Magnífica reflexión..
Que parezca.. Que sea ya es otro cantar. Y meter debajo de la alfombra los fracasos… Que no parezca.
Igualar la educación sin atender a necesidades específicas del alumnado pero que parezca.
El esfuerzo es la competencia básica para el desarrollo de una personalidad adulta capaz de afrontar los problemas vitales.
Qué futuro espera….