ROSAS Y ESPINOS
POEMA DEL CAFÉ AZUL
Jesús Gaspar Alcubilla
Ilustraciones de portada e interior realizadas
por su hermano Juan Antonio
Cuadernos Cálamo, Gijón 2019, págs. 48
La poesía de Jesús Gaspar Alcubilla se adentra sutilmente, como luminosidad primaveral, en las arterias y venas de la realidad cotidiana, tanto de los hombres y mujeres de nuestro tiempo como de las suyas propias. Ambas son recibidas por el poeta, para ser consciente de todo cuanto acontece a su alrededor y en su “yo íntimo”. Así capta los diferentes valores que la vida alberga en cada gota de sus aguas mágicas, como sucede en los diversos poemas que componen este magistral y preciado poemario, titulado “Poema del Café Azul”
En dicho libro, Jesús Gaspar nos va exponiendo en sus versos, con su valía de poeta y con su maestría en el uso de las palabras iluminadas por esa captación genial que se opera en su psique, guirnalda de vocablos cargados de sentimientos positivos, embriagadores, que se transmutan en imágenes cimentadas, en una simbología y semiología inteligible, que hermosean y vitalizan su arte creativo, para delectación y enriquecimiento del lector.
El insigne poeta soriano nos lleva por unas tierras, en donde la hospitalidad y la belleza de corazón de sus gentes y la grandiosidad, sin fronteras, de sus paisajes…, colma nuestra psique de los cielos incólumes que habitan en las personas y de esa exuberante y feraz naturaleza que conmueve y extasía a cualquier ser humano que la admire.
Con esta obra, Jesús abre de par en par la puerta noble o capital del orbe de la Poesía. Esa que solo se abre cada vez que un poeta es artífice de creaciones poéticas, con sus ideas y pensamientos y con un novísimo vocabulario de sangre caliente y libre, de pulpas apetitosas, por emotivas y entusiastas, y con bríos de huracán, es decir, de forjar un poemario con la energía vivaz, el refinamiento y la grandeza de sus más puros sentimientos, amalgamados con un léxico poseedor de una vitalidad inusual y flamante y vehemente, que mana continuamente del manantial de su ser de poeta.
Jesús Gaspar Alcubilla nos muestra, en este poemario, una variedad de estilos y de formas creativas que nos resultan impresionantes. Las peculiaridades de los temas incluidos, revelaciones surgidas de las profundidades de su esencia, de los recursos expresivos empleados, del ritmo, de la sonoridad, mezclando, en un gran número de poemas, versos de variados cómputos silábicos…, nos revelan nuevas fórmulas, como impulsos exaltadores de búsquedas y descubrimientos, de proyectos y de tareas realizadas, elevadas a cánones, que le sirven al autor para la construcción de ese mundo nuevo, complejo e inmenso, en el cual la relación poeta-lector forman un solo conjunto de entendimiento armónico y hondo, transparente y edificante, por su exuberante esencialidad.
Consta esta creación literaria del poeta soriano, de 27 poemas. No existen divisiones o apartados en este excelente poemario, sino que los poemas nos los presenta el poeta como una guirnalda de pequeñas joyas de valor incalculable.
El autor imanta a su propia esencia, con su grandeza de espíritu, el ser íntimo del lector, produciéndose una simbiosis, infinitamente enriquecedora para los simbiontes que, con suma delectación, captan y acogen lo que el creador les ofrece en cada una de sus óptimas elaboraciones líricas. Para Jesús Gaspar la belleza de alma es ese ángel que un día nos resolverá las ecuaciones de los misterios de la vida, hoy por hoy incomprensibles e incognoscibles para los humanos. “Aquello que es belleza pura, nos dice David Hume, la tiene porque esta existe en el espíritu del que la contempla”. La belleza, como la poesía, no se halla en ningún lugar del planeta, sino dentro del alma, y esta hermosura íntima del ser humano es la que le proporciona su beldad a aquello que fue creado y se halla fuera de nosotros.
Los poemas escritos en “Poema del Café Azul” están creados con una sensibilidad suma, sin límites, entendiendo por sensibilidad del poeta la pulcritud o afinamiento de su gusto por la belleza. Una belleza que engloba, en este poemario, la fe, la meditación, las creencias, las dudas, el camino a seguir y el horizonte, como meta que hemos de llegar… Este perfeccionamiento siempre es cultivado por Jesús, pero resalta o sobresale aún más en su orbe interno, es decir, se hace más selectivo, cuando se dedica, desde sus convicciones y valores, sentimientos y vivencias…, a la creación de sus poemas. Este esmero extremado conlleva, al fundirse con la sencillez de su proceder creativo, el poder de atraer y sorprender y complacer la sensibilidad de sus lectores.
“La belleza es el esplendor de la Verdad”, nos dice Platón. No de tu verdad, o de la suya, o de la mía…, sino de la única Verdad que existe. Esa que es inaccesible a la razón. Esa que es toda luminosidad y toda oscuridad. Una contradicción total que solo un misterio puede encerrar: el misterio de la Verdad Suprema. Esa Verdad que buscamos y buscamos por los caminos de la vida, pero que, únicamente, nos hallaremos ante ella cuando desaparezcamos de este planeta.
“Poema del Café Azul” es una obra de arte viva. Un poemario que, mientras lo leemos, va esparciendo por nuestra psique esa fragancia de generosidad y comprensión, de entrega e ilusiones que caracterizan a la flor de la vida y del amor y a todo cuanto estos conllevan. “Toda obra de arte, refiere André Malraux, está muerta cuando se le priva del amor”.
Belleza y misterio. Misterio y belleza. “Haciendo el bien, nos refiere Friedrich von Schiller, nutrimos la planta divina de la humanidad; formando la belleza, esparcimos las semillas de lo divino”. Palabras acertadísimas del poeta alemán. Nadie puede crear belleza, si no la tiene en esa energía interior que nos mantiene vivos, es decir, solo aquel que capta o engendra belleza es porque la posee, y Jesús Gaspar Alcubilla la engendra y la cultiva y le da frutos, totalmente. Ni la psicología, ni la filosofía, ni la psiquiatría, ni la retórica…, ni siquiera la teología pueden descifrar o dilucidar el misterio de la belleza.
Tu poesía, amigo mío, dejará su impronta en el lector de hoy y de mañana.
Es aconsejable la lectura de “Poema del Café Azul”, ya que el lector, además de descubrir en este libro una poesía de una calidad sublime, sentirá, al leerlo, un deleite y una satisfacción y un encontrarse consigo mismo…, difícil de hallar en cualquier otra obra poética actual.
Gracias, poeta, por este regalo, tan único como bello, de tu alma. Con mi voz entusiasta, todos los amantes de la Poesía te damos el más vehemente pláceme por esta joya tan valiosa y apreciada que dejas como luz y camino de presente y de futuro.
Carlos Benítez Villodres
Málaga