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RAMON DEL VALLE INCLÁN, ¿Pionero en la simultaneidad reflejada en la literatura?

Valle

Ramón fue un escritor modernista, pero no fue solo un particular de este movimiento, no es uno más del ´98, nos dejó algo muy importante tras su experiencia en la primera guerra mundial. Os cuento:

            En 1916 fue comisionado por la prensa latina y el periódico El Imparcial, para visitar el frente de la guerra en la zona de Verdún. Era un declarado públicamente “Aliadófilo”. Esto se sabía en Francia así que su viaje estuvo arropado por dicho país, además de que siempre distinguió en sus informes entre franceses e ingleses hablando excesivamente bien del ejército francés, lo que le encantaba a Francia. El resultado de esas crónicas es un posterior libro en 1917 que se llamará: “La media noche, visión estelar de un momento de guerra”. Recuerden bien este título porque, aunque fue un libro fallido, le seguirían otros tantos de otros autores incluso películas que recrean este estilo de narración.

Valle Inclán quería hacer un libro titulado “Un día de guerra” y nos dejó algo excepcional para el modernismo.

            Tenemos que tener en cuenta lo que supone para Valle Inclán (una persona que se sentía antes de todo esto Carlista por estética no por política, y que amaba el romanticismo de una monarquía extinguida, no gobernante) llegar a una guerra donde no solo las armas de batallas son nuevas y desconocidas para todo el mundo: gases, aviones, carros de combates…  sino la manera de hacerla, comparada con esos guerrilleros carlistas, tuvo que ser un fuerte impacto emocional, si ya lo sé, no más que los que combatieron, pero estamos hablando de Ramón.

Recordemos siempre que la primera guerra mundial es la última de las guerras antiguas y la primera de las guerras modernas. Como apunte importante, no debemos de olvidarlo.

            Ramón del Valle Inclán siente la necesidad de ponerse a la altura de lo que tiene que relatar. En su libro hace referencia al misticismo, las artes ocultas… pero todo fue más sencillo que eso, experimentó una situación insólita que le llevó hasta a cambiar su perspectiva estética, simpatizó, evidentemente con los aviadores franceses que se lo llevaron a un aeródromo donde pudo volar sobre el frente y ver la guerra desde otro punto de vista, un punto de vista que hasta ese momento ningún escritor había visto. Desde el avión se puede contemplar lo que está sucediendo en el mismo momento en diferentes lugares, ver contradicciones entre derrota y triunfo, entre arrogancia y cobardía. Todo esto que se resume en solo cuatro palabras, es un grandísimo cambio para un movimiento literario. Después, debería plasmarlo todo, pero ¿Cómo? Hasta ese momento el escritor solo había relatado a pie de guerra y frente al enemigo.

Valle Inclán decía en sus entrevistas que: “la guerra que él quería contar por el procedimiento a la antigua solo se podría construir tomando noticia de todos los soldados que narraran su historia tras la batalla, sin embargo, desde esta perspectiva la visión total de la batalla la podía conseguir el escritor sintiéndose demiurgo desde las estrellas”

            Todo nos lleva a algo tan sencillo y a la vez tan difícil de plasmar en la literatura como es: la simultaneidad, la cual se puede representar perfectamente en un cuadro, pero en la literatura esto es imposible para los ojos que leen. La solución que le da el escritor es fragmentar las escenas, narrar como unos relámpagos de relación corta, que bien encajados nos ponen a vista de pájaro rápidamente y nos transporta a la realidad más absoluta. Como si contemplásemos un cuadro, pero, además, los escucháramos en nuestra cabeza mientras leemos.

Esta visión aérea también nos presenta una diferente posición de los héroes, ya no es el héroe singular, sino los héroes colectivos. (Aquí tenemos que meter un poquito la política, queramos o no, tenemos que ser conscientes del movimiento social que estamos viviendo, sus ideales, sus intereses, y sus consecuencias y por supuesto de los ideales tan cambiantes de nuestro protagonista). Algo muy común en esta época, por cierto, no me olvido nunca de Unamuno ni Machado cuando sale este tema.

Valle Inclán llamó a todo esto en una entrevista; la angostura del tiempo, es decir; no se pueden contar cosas muy expandidas en el tiempo, porque la simultaneidad consume tiempo.

Por dicha experiencia afronta una nueva manera de contar las cosas, abandona el individualismo, el egocentrismo y se sumerge a la narración épica de la historia colectiva.

Dice que ha terminado la época del individuo que la historia camina por senderos de la colectividad. Como veis no estaba nada influenciado por la política (léase la ironía).

Dejando a un lado la política lo que no podemos ni debemos caer, es en el error de no reconocer el mérito y lo que supuso esta experiencia personal de Ramón Valle Inclán, para la literatura europea.

Como curiosidad decir que fue uno de los primeros en entender que el cine sería el séptimo arte, lo que le llevó a más de una disputa con Unamuno.

Y no, Ramón del Valle Inclán no perdió el brazo Izquierdo en la guerra, fue todo mucho más estúpido como suele suceder. Os cuento:

            En uno de los cafés de Madrid, a los que Valle Inclán solía asistir para sus tertulias, tuvo una disputa con un periodista, Manuel Bueno. Resulta que Manuel llevaba bastón (Valle Inclán agarró una botella, no se preocupen ustedes), le dio tal garrotazo que Ramón al defenderse dejó ver uno de sus gemelos, este se le incrustó en la piel, ocasionándole hasta rotura de hueso. Y una mala curación de esta herida le produjo una gangrena que le hizo perder el brazo a la altura del hombro. En fin, entre esto y la mano de Cervantes que no fue en Lepanto… le hacen sentirse a uno un poco estafado la verdad (léase la ironía).

            Querido lector, el artículo de hoy más que elogiar a quien ya es aclamado por todos, no tiene otra finalidad que la de contar una gran curiosidad, de la que no se habla y que fue un antes y un después en el modernismo europeo.

Espero que haya sido de su interés y agrado. Y ya saben, cuidado con los gemelos, los garrotes, los cafés, las tertulias literarias…y las malditas guerras.

Ana Calvo

4 thoughts on “RAMON DEL VALLE INCLÁN, ¿Pionero en la simultaneidad reflejada en la literatura?

    1. Cierto. Es muy interesante esta parte de Valle Inclán y muy desconocida. A veces solo estudiamos la obra de los autores y se nos olvida la vida, que es lo que los marca.
      Gracias por leer.

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