QUOSQUE TANDEM ABUTERE, CATILINIA, PATIENTIA, NOSTRA?

¿Hasta cuándo,  Catilinia,  abusarás de nuestra paciencia?

Mi tocayo y amigo Rogelio Garrido ama su tierra, Valencia; ama a Cataluña que es donde vive, pero sobre todo ama a España. Por eso cuando hablamos por teléfono, muy a menudo,  y a pesar de conocer  a la perfección el valenciano y el catalán tiene la elegancia y la cortesía de hablarme siempre en español, la lengua que a juicio del escritor más universal de nuestro tiempo, Salvador de Madariaga, es “la más fecunda y hermosa del mundo”. No obstante, rememorando aquellos años en los que era profesor de latín, de vez en cuando me suelta una frase en latín.

Hace unos días me largó la frase que da título a este escrito y a continuación esta otra: SED, UBINAM  GENTIUM  SUMUS?   En  español  quiere decir: Pero,    ¿entre qué clase de gente estamos? Aunque él las dijo sin ninguna intención, yo, inmediatamente me fui a leer los Discursos de Cicerón y  en la primera Catilinaria encontré estas frases.

Estas palabras las pronunció Cicerón, político, filósofo, y orador, en el Senado de Roma en el año 63 de nuestra era, contra Catilina, un siniestro personaje dedicado  a la política, pues era senador, que intentó alcanzar el poder por la fuerza. Para esta misión  preparó una conspiración compuesta por esclavos, gladiadores, maleantes, proscritos, desocupados, es decir, la gente más despreciable de la sociedad. Contaba también con otros senadores y políticos ambiciosos y sin escrúpulos, con ansias de poder que buscaban por la fuerza lo que no podían conseguir en las elecciones o por méritos.  La corrupción en todas sus facetas, la traición, la rapiña y las armas componían sus fuerzas. Estaban dispuestos a destruir Roma y el Imperio para conseguir sus objetivos.

Respecto a la catadura del personaje Catilina, el historiador Salustio nos dejó este retrato:  “… su ingenio era perverso y malvado. Era audaz de ánimo, taimado, variable, simulador, amigo de lo ajeno, ardiente en sus pasiones y poseía  mucha elocuencia pero poca sabiduría”.  Fue Cicerón siendo Cónsul el que descubrió la conspiración y puso fin a ella salvando al Imperio de la guerra y de su destrucción.

Son célebres los discursos de Cicerón contra Catilina y el primero de ellos comienza: “¿Hasta cuándo Catilina, abusarás de nuestra paciencia?”  Catilina venía cometiendo toda clase de desmanes desde hacía tiempo sin que nadie le pusiera freno a sus actuaciones por la inoperancia de quienes tenían que aplicar las leyes, por eso Cicerón dice lo siguiente: “no es la prudencia y la autoridad del orden senatorial lo que a la Patria le falta; los que faltamos, los que no desempeñamos nuestra misión somos nosotros los cónsules”.

Estas cosas ocurrieron hace 2000 años en Roma. Si reflexionamos un poco sobre la situación política que se está viviendo hoy en España, ¿encontraríamos algún parecido con aquella época?  El lector, comparando, que localice a los catilinas, a los políticos y no políticos que le apoyan, a los ambiciosos, a los ladrones, a los que quieren destruir España, y por último a aquellos que no cumplen su misión y que un día juraron cumplir y hacer cumplir las leyes, justificando su inoperancia en una falsa prudencia envuelta en miedo, bien por intereses particulares o de partido. Y ya puestos busquemos a ver si encontramos  algún Cicerón que pueda salvar la Patria de su destrucción.

Si la situación política es mala, aún existe otro fenómeno peor: el separatismo catalán, cada día más activo, y el vasco, ahora  en un aparente letargo. Sus dirigentes no han tenido reparo alguno en decir que pertenecen a razas superiores a los demás pueblos de España. Estos engreídos dómines, desde su arrogante ignorancia, así lo han visto en su ADN y Rh. Su superioridad salta a la vista; en lo físico son apolíneos y sus  mujeres venus. Y en su moral sólo un 3%. Y por otra parte, al lado de esta ridícula  superioridad se siente al mismo tiempo un pueblo  sometido, “oprimido por Madrid” y aquella consigna: “España nos roba”. ¿No son estas cosas signo de inferioridad?  Si catalanes y vascos fueran esas razas tan excelentes que imaginan ser, se hablaría en toda España y en América el catalán o el vasco y no el castellano.

Ante este estado de cosas deberíamos hacernos esta pregunta: ¿Por qué hay separatismo? Dejemos que nos conteste Ortega y Gasset: “Unos cuantos hombre, movidos por codicias económicas, por soberbias personales, por envidias más o menos privadas, van ejecutando deliberadamente esta faena de despedazamiento nacional, que sin ellos y su caprichosa labor no existiría”.  Esto se dijo en 1921; hemos llegado al 2016 y seguimos igual salvo que el separatismo y todas sus nefastas consecuencias está más próximo, pues si el cielo se puede alcanzar por asalto qué no emplearán para conquistar la Tierra. Por eso es oportuno decir con Cicerón: ¿Entre qué gente estamos?   A la vista salta que entre los peores.

Y ya para terminar leamos lo que dice Ortega en su “España invertebrada: “La ausencia de los “mejores” ha creado en la masa, en el “pueblo”, una secular ceguera para distinguir el hombre mejor del hombre peor, de suerte que cuando en nuestra tierra aparecen individuos privilegiados, la masa no sabe aprovecharlos y a menudo los aniquila.

 

                            ROGELIO  BUSTOS

 

0 thoughts on “QUOSQUE TANDEM ABUTERE, CATILINIA, PATIENTIA, NOSTRA?

  1. Rogelio Bustos, Ese “pensamiento” de tan poca seriedad. Como el de mezclar catalanes con Vascos como si fueran iguales, te deslegitima como orador imparcial. Está claro que tu animadversión hacia los catalanes, te nubla el raciocinio. Acusas sin base a los catalanes de pureza de sangre, cuando precisamente los catalanes, saben por haber conocido en persona, las distintas clases de humanos que existen. El catalán es de toda la península el que más mezclado esta. O sea que tu error, tendría que hacerte reflexionar.

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