¿QUIÉN DEFIENDE LA CONSTITUCIÓN Y LA UNIDAD DE ESPAÑA?
Toda potencia es débil si no se mantiene unida. (La Fontaine)
La base sobre la que gira la estabilidad de cualquier país es el cumplimento de la Ley. Por tanto, la democracia, las libertades y su grandeza se centran en el cumplimiento de su Constitución. En España la Constitución de 1978 que trajo la reconciliación a los españoles, comenzando una nueva etapa de estabilidad y progreso, a raíz de la matanza del 11-M del año 2004, la política del ruinoso y extraviado Sr. Zapatero, da comienzo a su liquidación con las alianzas con terroristas y separatistas con la tibieza o nula oposición del Sr. Rajoy. Y todo como “solución política”, “como razón de Estado”. Así lo justificaron el gobierno y la oposición. A estos les recomendamos las palabras de Calderón de la Barca:
¡Oh, razón de estado necia!
¿Qué no harás, dí si hacer sabes
del delito conveniencia?
Después en los siete años de gobierno del Sr. Rajoy se ha seguido haciendo la misma política con las mismas ilegalidades, incumplimiento de las leyes, y los separatismos y la inestabilidad han ido en peligroso crecimiento. Ahora con el Sr. Sánchez instalado en el gobierno con el apoyo de comunistas, separatistas y terroristas (aquí se ve que el asesinato puede ser un medio de hacer política) vamos a ver si se cumplen las leyes.
Hemos visto muchas veces en televisión quemar la bandera nacional y el retrato del Jefe del Estado, abuchear el Himno Nacional ante la indiferencia de los ciudadanos y de los poderes nacionales. Incluso su Señoría Pablo Iglesias dijo sobre el Himno Nacional:”cutre Pachanga fachosa” y sobre la Bandera:”Yo no puedo usar la bandera rojigualda, no puedo decir la palabra España, puedo decir que soy un patriota de la democracia”. ¿Es esta clase de democracia la que tenemos en la España de hoy? Qué lejos quedan estas palabras de aquellas tan nobles y patrióticas del General Prim, español y catalán en la batalla de los Castillejos:”¡Soldados!: Podéis abandonar esas mochilas, porque son vuestras; pero no podéis abandonar esta Bandera, porque es la Patria”. Y más reciente otro militar, Juan Arencibia en su libro “Los valores morales y las Fuerzas Armadas” dice:”Cuando se comete un ultraje a la Bandera Nacional, se ultraja la historia, el sentir profundo, la tradición y la gloria de un pueblo milenario. Ningún español con honor puede permitir que en su presencia se ultraje el símbolo que representa a su Patria”.
Ante todas estas cosas nos preguntamos: ¿Es que el honor en España ha perdido su valor? ¿Tan degeneradas están las instituciones que no quieren ver ni actuar? Los insultos a los símbolos nacionales se siguen produciendo, el separatismo catalán está a punto de la catástrofe, los enfrentamientos entre unos catalanes contra otros se hacen incluso con violencia física, se siguen incumpliendo las leyes y la ruptura de la unidad de España está cada vez más cerca y prueba evidente fue el mensaje del Jefe del Estado su Majestad el Rey Felipe VI el 3 de octubre el pasado año. De aquellos días al de hoy las cosas han empeorado, y ante este panorama creciente preguntamos ¿Quién defiende la CONSTITUCIÓN y LA UNIDAD DE ESPAÑA? Vayamos a la Constitución: Título Preliminar, artículo 8º-1. Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional”.
Una enorme responsabilidad para esta institución sobre la que descansa la seguridad nacional y por tanto obedece al interés y las ordenes de la nación. Pero cuando la seguridad de la nación está amenazada y en gran peligro y la nación, es decir, los poderes nacionales no lo ven, o no quieren verlo y el Ejército como institución lo ve, ¿Quién da las órdenes?
Afortunadamente, el ejército español es una de las instituciones mejor valoradas, tanto dentro como fuera de España. “Por sus obras los conoceréis” reza la frase evangélica. Los militares españoles muestran a diario su valía y sus grandes virtudes y así es reconocido.
La autoridad y la fuerza del Ejército le vienen dadas porque se fundamenta y se rige por los valores morales tales como la disciplina, la obediencia, el honor, la lealtad, el valor… en fin todas esas cualidades que antes se le llamaban virtudes y ahora se designan con el nombre de valores. ¿Qué otra institución cuenta con ese conjunto de ingredientes? Contra los antimilitaristas necios o ciegos o por intereses varios que despotrican del Ejército como fuerza bruta, le sale al paso Ortega y Gasset con esta afirmación:” La fuerza de las armas no es fuerza bruta, sino fuerza espiritual”. (…) en la colectividad guerrera quedan los hombres solidarizados por el honor y la fidelidad, dos normas sublimes”.
En muchos países la presencia de esa fuerza constituye un factor valioso de libertad y de estabilidad, sin necesidad de “amenazar ni dar”. Pero en un panorama como el actual en que la Constitución está en peligro y también la unidad de España con una sociedad desorientada, confundida, y los poderes nacionales encontrados, ¿Qué hacer?
El escritor español de prestigio universal Salvador de Madariaga que en 1921 ocupó la Secretaría de la Sociedad de las Naciones, encargado de la Dirección del Desarme, este tema lo tenía bien claro. Era partidario de la intervención militar en determinados casos. ¿Cuándo? Pues seguramente en casos como el actual en el que no se cumplen la Constitución, las leyes y la unidad de España a punto de romperse por el vacío de poder de las instituciones y por la lamentable incompetencia e inacción e los gobiernos. Autoridad y unidad o anarquía. Prevenir mejor que curar. Para construir un país se necesitan muchas personas y mucho tiempo; para destruirlo una sola persona y poco tiempo. Tenemos que decir con pena, tristeza y rabia que España va hacia el desastre por carecer de gobernantes selectos. Y sobre el Ejército de nuevo Calderón de la Barca:
“Aquí la más principal
hazaña es obedecer
…………………………….
Que en buena o mala fortuna,
la milicia no es más que una
religión de hombres honrados”.
Rogelio Bustos
Granada 22 de agosto de 2018