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QUERIDA AMIGA CLAUDIA: “¡ERES INOLVIDABLE!” IV

-¡Hola, Rogelio, aquí me tienes de nuevo, a convivir contigo dos días como te prometí, con mi mejoría tras caerme de aquel olivo en el Huerto de nuestro amigo como te informé!

¡Bienvenida, amiga Claudia, te esperaba con ilusión!

Nos hemos abrazado y besado con efusión… Nos estamos confidenciando y degustando cada uno su tacita de “mezcla de cereales” que acabo de preparar, y me cuenta:

-Rogelio, te explicaré mejor lo que me ocurrió al visitar a una amiga que siempre, desde que la conocí hace mucho tiempo, era muy alegre, divertida y muy comunicativa.  Pero me llamó hace unos días y sus palabras eran lentas y casi apagadas. Me comunicó que le habían detectado un cáncer y estaba desesperada, con depresión y ganas de llorar. Su profunda tristeza y decaimiento eran evidentes. Me sorprendió su amargado estado anímico, ya que siempre era  positiva y vivaracha. Pero me ocurrió algo grave mientras estuve con ella: ¡que me quedé muda de estupor, no sabía cómo consolarla, me faltaban las palabras adecuadas, mis intermitentes silencios eran dolorosos, y cuando nos despedimos con un abrazo regresé al Huerto desconsolada por no haber sabido infundirle ánimos y bienestar. Nuestro amigo notó que algo extraño me pasaba, me lo preguntó  y le describí lo inútil  que me sentí para aliviar y vitalizar a mi amiga. Entonces me habló del “don de la consolación”, que es una virtud, me dijo, que todos  debemos tener para visitar a los enfermos y para ayudar a cualquier persona que nos confíe su dramática y angustiosa situación.

-Mira, Claudia, -me siguió diciendo-  la oración por las personas que sufren es una potencia espiritual muy poderos, tan positiva y constructiva que es capaz de aliviar, incluso alegrar a quien visitamos o a quien nos visita con sus penas y depresiones. Te aconsejo que a ratos te recojas en oración, y pídele a Dios con la mente positiva, que te conceda este “don”, que es una virtud, “el don de la consolación”, para que Él en cada caso y situación ponga en ti palabras gratas, elocuentes y luminosas, capaces de serenar, fortaleces incluso alegrar a los que sufren, y te escucharán con satisfacción. Y para tu sorpresa, no solo te lo agradecerán con muestras sinceras  de cariño y gratitud, sino que te pedirán que prolongues si puedes tu consoladora y alentadora presencia con ellas. ¡Tus palabras les habrán confortado y vivificado y tú lo notarás! Dios se habrá valido de ti  para consolar “con habilidad y afabilidad”. Y ya que pronto visitarás a mi valenciano amigo de Barcelona,  él te ilustrará mejor con sus conocimientos sobre la importancia y el valor de la oración, porque te dije una vez que ha estudiado teología y está muy documentado en las enseñanzas de los tratadistas y poetas místicos.

-Rogelio, no sabes cuánto le agradecí sus palabras. Porque tu amigo, además de amante de la Cultura, de la Naturaleza,  y ser un excelente Hortelano,  es también un hombre “discreto y oportuno, afable y carismático”, y  por eso  complace a todos los que le visitan, y cuando se despiden de él se van encantados y gozosos.

-Claudia, con lo que te ha dicho y enseñado nuestro amigo, ya habrás deducido lo que yo hace mucho tiempo ya deduje, que su vida interior, la espiritual, “tiene tanto de altura como de profundidad”, algo  poco común entre los mortales de nuestra época, engolosinados en las vanidades de este mundo que a nada conducen, con los consiguientes “vacíos y ansiedades en sus vidas”.

Amigos y amigas lectores, Claudia y yo tuvimos tiempo suficiente para que yo le hablara sobre “la importancia personal y práctica de la oración”, y ella me escuchó con gran atención. Concluí mi información con varias sentencias de eminentes escritores y pensadores, que ella se las anotó cuidadosamente en su libreta de notas que siempre le acompaña cuando me visita. Os ofrezco dichas sentencias que si las meditáis con calma e interés, descubriréis el “valioso mensaje” que nos apostan para nuestra formación integral, y sobre todo espiritual…

“La oración es el acto omnipotente que pone las fuerzas del cielo a disposición del hombre”. (Lacoedaire. Sacerdote dominico considerado el mayor orador sagrado de Francia. 1802-1861)

“Poner en nuestro pensamiento el infinito terrenal con el infinito celestial, eso se llama rezar”. (Víctor Hugo. Eminente escritor francés. 1802-1885)

“Hay pensamientos que son plegarias. Existen momentos en lo cuales, cualquiera que sea la actitud del cuerpo, el alma está arrodillada”. (Víctor Hugo)

“Antes de recogerte en oración., lanza de ti cuanto pueda estorbar el vuelo de tu espíritu” (Tomás de Kempis. Místico alemán y sacerdote de la Orden de los Padres Agustinos. Muy célebre por su famosa obra “Imitación de Cristo”, que le valió ser traducido a la mayoría de los idiomas. Obra que es tanto de meditación como de consejos útiles para avanzar en el ·”Camino de la Perfección Piadosa”, escrita con  sinceridad y sencillez admirables, y que miles de almas lo han leído y releído, y lo siguen leyendo con gran provecho espiritual. 1380-1471)

“Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque quien pide recibe, quien busca halla y a quien llama se le abre. ¿Pues quién de vosotros es el que, si su hijo le pide pan  le da una piedra, o si le pide un pez le da una serpiente? Si, pues, vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos,  ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos  dará cosas buenas a quien se las pide!” (Palabras de Jesucristo. Las hallaréis en el Evangelio de San Mateo, capítulo 7, Versículos del 1 al 12. Y en el Evangelio de San Lucas, capítulo 11, versículos del 9 al 14. En esta 2ª cita Jesucristo concluye así:”¡Cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a  los  que se lo piden!”)

-Así pues, querida amiga Claudia, en síntesis “la oración es el sentimiento más profundo y sincero de nuestro espíritu, cuando necesitamos la intervención de Dios en nuestra vida, o cuando deseamos mantener una relación íntima con Él para experimentar gozosamente Su Amor, y que nos inunde su Luz y Sabiduría”.  

 

Rogelio Garrido Montañana

Presidente de Honor del Proyecto Nacional de Cultura Granada Costa

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