QUÉ CRISIS TOCA AHORA

El colapso del capitalismo siempre es cíclico, se puede recordar el crack de 1987, y la crisis actual quizás no sea el último suspiro antes de dicho colapso, sin embargo, se puede decir que es una señal de que algo no se hace bien o algo está mal.

En aquel crack del 87 y que termino también en un mes de octubre como ahora, debe ser que los tiempos otoñales le vienen bien a los colapsos capitalistas, dado que aquel llamado lunes negro fue un 19 de octubre, fue la culminación de una larga fase de financiarización, en aquel entonces el mercado financiero global se vino abajo, y todo el mundo pensó que era el fin del mundo.

Desde inicios de los años 80, se vivió un auge explosivo de las finanzas y una desregulación financiera global que llevó a desarrollos cada vez más desequilibrados en las finanzas, y en la moneda, era de esperar el batacazo que se produjo.

Pero algunos pensaron que era el choque final, el final de una experiencia que se había identificado como una repetición de la de John Law, para los que no sepan quién es John Law, fue un economista nacido en Escocía e inventor del papel moneda en Europa, destaca en su idea económica central que el dinero es un medio de intercambio y no constituye una riqueza en sí mismo, y que la riqueza nacional depende del comercio, hecho este inciso, en el crack del 87 la creación del dinero y crédito eran respaldados por activos y no solventados por flujos.

En el sistema de Law se crea el crédito respaldado por activos. Esto permite comprar más activos. Los activos suben y se separan de la rentabilidad, por lo que podemos endeudarnos aún más respaldando la producción de crédito en activos alcistas. Es el círculo que, acariciado, se vuelve vicioso.

Gráfica del Lunes Negro 1987

Y por qué no fue el accidente final, a tener en cuenta que 1987 fue solo la primera sorpresa de una larga serie, Greenspan limpio y monetizar la ruptura de 1987 e inició el famoso “put”, es por ello que se convirtió en el maestro, el mago.

Esto ha de servir de lección para decir que el valor agregado de la reflexión no es predecir el crack y comentarlo largo y tendido, sino todo lo contrario. El valor agregado es comprender y explicar por qué, si bien todo conduce al colapso y a la destrucción, estos no llegan a producirse. Porque son constantemente empujados hacia atrás, porque el Armagedón todavía lo estamos esperando, el sistema, después de un terrible accidente, logró sobrevivir y regenerarse.

De esa regeneración se puede concluir que se inició una nueva forma de ordenar el caos económico del mundo, hecho para durar y la anterior regulación a través de ciclos cortos de tarifas y presupuestos dió por finalizado su periodo de vigencia, se dirigió hacia la ilusión de que los ciclos habían terminado y que se podía salir de ellos por la magia de la gestión de los aprendices de brujo bursátiles u otros demiurgos.

Se podría denominar el modo de la regulación larga por burbujas, las burbujas se producen durante mucho tiempo gracias a la producción de

crédito cada vez más barato, se necesita más y más. Todos tenemos presente la burbuja inmobiliaria para que tengamos un ejemplo de dichas burbujas. Esto afecta a los precios de los activos y crea riqueza percibida. Son estos efectos los que determinan la actividad económica.

Cuando el sistema se desconecta en exceso o demasiado de la realidad, se suben las tasas y explota la burbuja. Por tanto, cuando estalla la burbuja, se recogen los restos, se hace limpieza, se retoma el escenario de tipos más bajos, la creación de crédito y se establecen nuevas burbujas en otros ámbitos porque tenemos que cambiar el vehículo que lleve la nueva burbuja.

Ese crack de 1987 no hizo más que preceder que sería la primera de muchas crisis que se sucederían en el tiempo, tenemos la crisis de ahorros y préstamos, más conocida como S&L que acaeció a principios de la década de los 90, posteriormente la crisis de bonos y derivados de 1994, la crisis del tequila mexicano de 1995.

La burbuja asiática con la crisis del tigre en 1997, la debacle de Rusia en 1998, el estallido de la burbuja tecnológica del año 2000, la crisis de la deuda corporativa de 2002, la crisis de las subprime en 2008, que fue el estallido de la burbuja de la financiación hipotecaria, en 2011-2012 la crisis de la deuda europea, llegamos a la más reciente en 2020 como es la crisis de la pandemia y ahora una con diferentes caras, provocada por los problemas en materia de energía, la guerra y las cadenas de suministro.

La ralentización duradera del crecimiento, la erosión de la productividad y un sistema bancario gravemente debilitado, se convirtieron en uno solo de los mayores mercados alcistas de la historia económica y a la vez produjo un sistema de desigualdades astronómicas, es por ello que es sistema mundial se está tambaleando, y solo requiere nuevos hechos, a predecir, la irrupción de la una nueva realidad en el ámbito financiero, éste se basa por definición en el infinito, en la ausencia de límites y en lo derivable.

La realidad en este ámbito siempre se queda caracterizada por su rareza, los límites, la discontinuidad que la hacen inderivable. Lo real se reintroduce en la imaginación financiera, y esta imaginación financiera ya no está cerrada, y en estos momentos con las burbujas tambaleándose y las condiciones financieras globales en claro endurecimiento, se puede afirmar que los políticos globales han perdido el control de la dinámica de las burbujas.

No se controlan las dinámicas de inflación en los precios de los bienes y servicios, la inflación de precios que sufre el consumidor es relativamente moderada frente a la inflación monetaria masiva que se ha dado por el resultado de una coyuntura excepcional en la historia, esta es por la derrota histórica de la clase obrera, globalización, ascenso de China, innovación tecnológica, ascenso de la comunicación, etc.

La fortuna, el dinero, el crédito, todo está hospedado en el imaginario financiero, la inflación de los activos financieros y las burbujas especulativas han contribuido a suprimir los precios al consumidor al capturar el exceso de flujos de dinero, los mercados han ejercido el efecto de trampa para retener el dinero.

La realidad se ha ido introduciendo a través de múltiples brechas que no es el momento de analizar, pero es de recibo decir que las élites económicas han contribuido a esto con la introducción de la escasez en un sistema que no puede realmente soportar, se ha querido imponer la austeridad a los empleados, derivando incluso en temas de cambio climático para imponer los beneficios de dichas élites.

Porque las políticas de dinero gratis ya no son posibles cuando son más necesarias que nunca, todo ello ha sido por la fragmentación global, la desglobalización, la preparación para la guerra, el nuevo telón de acero, los problemas de la cadena de suministro, los desequilibrios en la oferta y

la demanda de productos básicos, los problemas del cambio climático, la dislocación social y la inflación.

Actualmente el único poder de las autoridades no es ocuparse de los problemas, sino posponer lo inevitable, recordemos esto antes de hacer afirmaciones definitivas, en muchos casos no es posible sacar nuevos cartuchos monetarios. Pero también se puede afirmar que el arsenal se está llenando. La caja de herramientas tiene refuerzos, con nuevos elementos y éstos han venido de la subida acelerada de tipos –y no es casualidad– la Fed ha llenado su arsenal, está recuperando el margen de maniobra que había perdido en las últimas décadas.

Reserva Federal

El pantano se vuelve a llenar y algún día podrá vaciarse solo, la energía, el agua que se almacena en el pantano podrá ser expulsada en un momento dado y esa presa que constituye el embalse como reserva energética, con el mayor nivel de tasas volverá a intentar de nuevo la creación de una burbuja, hay que estar preparado, porque la historia se repetirá.

Ciertamente todo es posible, y como siempre el tiempo nos dará o quitará las razones.

JOSE MANUEL GOMEZ HERNÁNDEZ

Asesor Financiero Entidades Tercer Sector Octubre 2022

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