Próxima presentación Libro «Todo Lo que Cabe en una Verdad» de Manuel Salcedo Gálvez

PRÓLOGO TODO LO QUE CABE EN UNA VERDAD

Manuel Salcedo tiene “eso” que tiene que tener un escritor. ¿Que si lo sé después de haber leído el libro? No, lo sé desde hace ya mucho tiempo. Todos los meses leo al completo el periódico Granada Costa, del cual Manuel es asiduo colaborador (de hecho, muchos de los textos de este libro ya se han podido leer en aquel medio). La cuestión es que de entre muchos, muy pocos consiguen mantenerse narrativamente inspirados a lo largo de tantos meses (y años). Algunos consiguen tener el impacto, otros una buena idea primitiva, pero ninguno tiene ambas cosas en tan buena comunión como el propio Manuel.

A eso me refiero con “eso”. Es lo que tiene un escritor que sabe medir la cantidad y calidad de las palabras, sabe tener el impacto cuando ha de tenerlo y, sobre todo, el lector tiene que recordar el texto después de leerlo. No son pocos los artículos de Manuel de los que me he quedado pensando varias semanas tras leerlos, reflexionando acerca de los personajes, de sus actitudes, de que, aunque sean algunos relatos puramente ficticios, la humanidad que desprenden incluso asusta. Acongoja saber que, aunque seas plenamente consciente de cierta situación, hasta que no te la desmenuzan con precisión quirúrgica, como hace Manuel, vas a ser incapaz de abrir los ojos. Con muchos de estos relatos me he emocionado y con otros he sentido la imperiosa necesidad de arreglar cualquier nimio problema que tuviera con un ser querido.

¿Por qué? Pues porque nos vamos a morir. Manuel nos recuerda este hecho con sutileza y maestría, y nos hace preguntarnos a nosotros mismos, lo cual ya es un éxito, ¿vale la pena sufrir, ser rencorosos, amargarse por cosas que no tienen solución? Evidentemente no, pero que nadie me diga que cada día de su vida recuerda esto sin que se lo digan, y que cuando se lo dicen directamente lo acepta de buena gana. Pero sí que entendemos y extrapolamos la vida de los demás en la nuestra, y ahí es cuando reflexionamos, gracias a escritos como los de Manuel.

Me gustaría resaltar también el gran trabajo de concienciación que desarrolla Manuel acerca de las enfermedades mentales. Escritos sobre el alzhéimer, o problemas psicológicos provocados por traumas en la niñez son algunos de los ejemplos que se encuentran en este libro y que creo que nos ayudan a empatizar con las personas que sufren estos percances. No sólo desde un punto de vista triste (es inevitable compadecerse), sino desde un punto de vista empático y colaborativo.

En definitiva, esta serie de escritos aquí planteados tienen que ser disfrutados y meditados con tiempo y hay que dejarlos reposar en el fuero interno. El valor de cada párrafo expresado equivale a tres novelas en cuanto a influencia en el lector, por lo que recomiendo una lectura pausada del libro, y, si puede ser, dedicar cinco minutos después de la lectura de cada texto a reflexionar sobre la extrapolación de lo leído en nuestras vidas. Como decía, este es el gran valor de Manuel, escribir sobre la vida y dar lecciones, pero siempre sin petulancia, sin un dedo acusador… Sólo dejando la pregunta, y el peso de la respuesta, sobre nosotros mismos.

Por todos estos méritos, el Proyecto de Cultura Granada Costa ha decidido otorgar a Manuel Salcedo el Premio Conde de Hubrite, para impulsar su inventiva y reconocer su talento en el campo de la escritura.

Carlos Álvaro Segura Venegas

Vicepresidente del Proyecto de Cultura Granada Costa

SINOPSIS

Los escritos que nos plantea Manuel Salcedo en este libro tienen que ser disfrutados y meditados con tiempo y hay que dejarlos reposar en el fuero interno. Todos tienen sabor, alma y fuerza, por lo que el valor de cada párrafo expresado equivale a tres novelas en cuanto a influencia en el lector, que se verá a sí mismo reflexionado durante días y semanas gracias a lo leído.

La muerte, esa gran “verdad”, impregna la esencia de todo el texto, un evento inexorable que se acerca (o nos acercamos nosotros), pero que en definitiva cada uno interpreta a su manera. Cada día se puede mejorar, ser más empáticos o caer en una espiral de podredumbre. Este es el gran valor de Manuel, escribir sobre la vida y dar lecciones, pero siempre sin petulancia, sin un dedo acusador… Sólo dejando la pregunta, y el peso de la respuesta, sobre nosotros mismos.