“Plastas” y “Gruñones” – A Toda Costa
Estos especímenes piensan que todo es una conspiración contra ellos
Con el calor del verano, florecen espontáneos estos ejemplares humanos, – lo de humanos no es vinculante- que se irritan por todo y su violencia aumenta de manera considerable.
Sociólogos y psicólogos han intentado establecer algún paralelo entre el aumento de su agresividad y la temperatura climática, sin que existan resultados empíricos.
Es un craso error pensar que el “gruñón” o el “plasta” es siempre el que conduce una furgoneta o un taxi. Hay muchos que pueden ser altos ejecutivos, encargados de una fábrica, o ese señor anónimo de aparente compostura que sudoroso explota ante cualquier nimiedad.
Naturalmente, ambos no admiten que lo sean, y están súper convencidos de su razón, es más piensan que todo es fruto de una conspiración universal contra ellos, que comienza en las antípodas y concluye en la puerta de su casa, con el sólo objetivo de provocarlos.
Su mejor filosofía es no tener ninguna, y su creencia más firme, no creer en nada. ¡Vivir!, ¡Vivir!; he aquí su doctrina.
De cualquier forma esta irritable personalidad incontrolada, la podemos tener en ocasiones en el interior de nosotros mismos, y es aquí donde en realidad existe el mayor peligro.
El calor, al parecer, nos llena de razones, y como dijo Descartes, “No hay nada repartido más equitativamente en el mundo que la razón: todos estamos convencidos de tener suficiente”.
Este pensamiento es una de las bases que anticiparía un progreso de mejora, siempre y cuando los seres humanos fuéramos capaces de dejarnos conducir por la cordura.
¡Cuidado amigos con el bochorno estival!
Francisco Ponce Carrasco