Para mi hija desde este hermoso cielo
Le hablo al viento de este hermoso cielo, le hablo a las gotas de lluvia, a un rayo de sol, a una fresca sombra, a una fotografía. Le hablo a tus lágrimas y a tu tímida sonrisa, al recordar la mía. Le hablo a tus sueños, a los olores de mi recuerdo y a las cosas que eran mías. Le hablo a un suave susurro cuando crees oír mi voz. Les digo que te hagan llegar este mensaje, sellado dentro de una botella en el océano del tiempo, que ojalá llegue a tu orilla.
Gracias… Gracias por cuidarme hasta el final, gracias por darme la valentía para luchar contra mi mal, gracias por tus lágrimas, por tus últimos besos y abrazos. Gracias por escucharme y por hablarme cuando yo ya no podía, gracias por darme de comer como yo te di a ti, gracias por sostener mi cuerpo cuando las fuerzas huyeron, gracias por limpiar mi piel, gracias por acariciar mis manos y desenredar mi pelo, gracias por dormir conmigo, gracias por estar a mi lado.
Siento mucho el sufrimiento de tu duelo, siento tu dolor, es el mismo que yo sentí al irme. Aquella noche, tras mi último suspiro, la suave mano de un ángel cogió la mía, me alzó de mi tibio cuerpo y me llevó entre sus fuertes brazos. Miré hacia atrás y no pude retener la pena, tus lamentos desgarraban mi alma. Sentí la pena que tus lágrimas arrastraban, sentí la ansiedad que te ahogaba mientras apretabas mi mano vencida y besabas mi piel vacía. No sabes cuánto hubiese deseado abrazarte en ese momento, haber consolado tu dolor entre mis brazos como siempre hice. Tan solo me consoló saber que no estabas sola. Que los brazos de los nuestros te abrazaban como yo lo hubiese hecho.
Al mismo tiempo sentí pena al recordar todo lo que había sufrido aquel cuerpo, mi cuerpo que ahora se enfriaba. Aunque también recordé todo lo feliz que me había hecho sentir en muchos momentos de mi vida. Vi la verdadera fragilidad. Entonces miré a los ojos de aquel ángel y le dije… vine al mundo sin nada, pero me voy con algo, mira, esa es mi hija. No quería marcharme así, pero debes estar tranquila, me fui en un hermoso sueño en el que tú y yo reíamos y me contabas miles de cosas y me cogías de la mano hasta quedar dormidas. Debes estar tranquila porque en aquellos ojos alados vi la paz, el fin del dolor, la respuesta a cualquier pregunta, por primera vez en mi vida el sosiego acarició mis sienes hasta mitigar todo dolor, el fin y el principio juntos. Desapareció cualquier rencor, perdoné al mundo y el mundo me perdonó. Sentí que todo estaba bien.
No lamentes lo que crees no haberme dicho, me lo dijiste todo y de muchas maneras. Me dijiste lo que yo ya sabía, me quieres tanto como yo a ti. No te reproches nada, me diste todo lo que necesité, tu amor, tu caricia, tu piel junto a la mía. No te atormentes por lo que crees que debías haber hecho, cada momento que viví a tu lado, por trivial que te pareciese, contó para mí. Hasta aquellos que no fueron tan buenos, porque al volver a abrazarnos te quise aún más. Aunque ahora creas que no podrás vivir sin mí, tengo que decirte que eso no será necesario, porque siempre voy a vivir contigo, dentro de ti. Tu corazón seguirá bombeando mi propia sangre, por tus venas seguirá corriendo como el tiempo, inalterable. Sin embargo, sí, deberás enfrentarte al mundo de otro modo porque la vida no se detendrá jamás. Mi sangre junto a la tuya, tendrán que seguir en otros corazones, bombeando ilusiones y sueños. Te regalo mi vida, mis experiencias, mis errores, mis alegrías, utilízalas para crear las tuyas. La vida a mí me regaló una hija. Mi regalo siempre fuiste tú.
Que nadie te diga quién eres, que debes sentir o que puedes o no hacer. Vive con la libertad que no siempre pude tener yo. Ámate y me estarás amando. Sueña todo lo que quieras y haz realidad todo lo que puedas. Desde este hermoso cielo te cuidaré y te amaré. Y en esos momentos en los que mi ausencia se haga dolorosa, mi mensaje estará en todo lo que te rodea, siempre a tu lado. Cada vez que algo te recuerde a mí, sentirás mi abrazo. Te quiero hija, mi lindo bien.
Manuel Salcedo Galvez
Solo su hermano podia expresarlo tan bien.
Lindas palabras, yo no lo hubiese descrito mejor, el amor de una madre a una hija. Me encanta.