PARA AHORRAR CARBURANTES
En estos días del mes de diciembre iba yo con mi nieto a hacer unas compras por la zona de la “Paloma” de Almuñecar cuando vimos a un hombre que daba fuertes y continuas patadas a las ruedas de una furgoneta allí aparcada. Nos quedamos unos momentos observándolo y cuando se cansaba de dar patadas a las ruedas la emprendía a puñetazos con las puertas y de vez en cuando algún cabezazo también. Se le veía francamente cabreado. Cuando estuvimos cerca de él nos dimos cuenta que era conocido y entonces le pregunté qué le pasaba. Aquel hombre con una rabia que le salía por todos los poros me dice: ¿Qué me pasa, qué me pasa? Estas patadas que le estoy dando a la furgoneta se las daría yo en cierto sitio a los que han puesto estos precios a los carburantes, a la luz, los impuestos y… a todos los que consienten esta terrible dictadura que es este Gobierno, que se llama democrático y progresista.
Mi negocio que es una tienda de comestibles donde trabajamos una empleada, mi mujer y yo en régimen de autónomo, lo cerramos en este mes porque todo se va en gastos. Los labradores locales y de la comarca a los que yo les compraba las hortalizas, frutas y otros productos han dejado de sembrar porque no les compensa, pues todo se va en la subida de impuestos. Por tanto tengo que alejarme de la zona para las compras y eso supone incrementar mucho más los gastos. Por ejemplo las patatas que ahora comemos vienen de Francia, de Holanda, que salen más baratas que criarlas aquí; las frutas de Marruecos, y así en todo lo demás. Este Gobierno no trae más que ruina. Nos agobian con impuestos, con la subida de los carburantes, la luz y sin ninguna ayuda. Y ante esta situación, ¿Qué hacen los sindicatos, la patronal, la oposición? Todos tan bien pagados por los ciudadanos. Consienten toda clase de despilfarros y, sin embargo, el tejido productivo arruinándose. Dentro de poco todos seremos esclavos del padrecito Estado y éste nos dará una paguita si nos portamos bien. Y ante esta situación todos callando, porque estamos aborregados, sumisos, con miedo, pues ya estamos en un país comunista.
En mi casa ya para no pasar frío este invierno mi mujer ha rescatado el antiguo brasero, el que se ponía debajo de la mesa camilla con ascuas y algún carboncillo; y el antiguo y desechado rincón de leña ya está funcionando para calentarnos y para guisar, pues el gasto eléctrico ya sólo queda para los ricos. Y por si acaso le he dicho que limpie y prepare el hornillo de petróleo.
Así que en España según el Presidente Sánchez hemos progresado y alcanzado un alto nivel de bienestar. El que verdaderamente ha progresado es él y su Vicepresidente, (miremos a Galapagar) ministros, etc. Todos se mueven el Falcon y en helicóptero que todos le pagamos, y después el Sr. Presidente muy compungido y a la vez engolado habla sobre el cambio climático al que hay que ponerle freno, y la necesidad de que vayamos a pie o en burro todos los demás.
Nos alejamos de allí sin decir nada ante la desgraciada situación de aquel trabajador, no cabía ninguna palabra de estímulo. Fue entonces cuando expuse a mi nieto aquella idea a la que llevaba tiempo dándole vueltas en mi cabeza desde que aparecieron aquellas voces de la ecología y después los políticos de todos los colores y gobiernos del mundo anunciando las próximas catástrofes debidas al cambio climático y al que hay que echarle un pulso. Después de sonadas reuniones, buenos propósitos, gran publicidad y a la vez un enorme gasto de energía contaminante se van muy satisfechos para volver al año siguiente a otro lugar a repetir las mismas soflamas, olvidando que el principio elemental de la ecología es: no ensuciar. Y ellos son los que más ensucian y contaminan.
Pues bien, mi idea para no ensuciar y no contaminar en todos los medios de transporte (automóviles, camiones, barcos, trenes, etc) poner placas solares en los techos, puertas y en cualquier parte en la que se pueda aprovechar la energía solar que se acumularía en baterías, tal y como se hace en la actualidad con el coche eléctrico. De esta manera podría disponer de dos o más sistemas de producción y almacenamiento de energía que funcionarían juntos o de forma independiente adaptándose a las circunstancias de las marchas, de la carga y del terreno por donde se circula.
Otro sistema no contaminante que se podría aplicar es el EÓLICO que funcionaría de día y de noche, con sol y nublado mediante dispositivos que aprovechasen la energía que produce el vehículo en su movimiento.
Con el aprovechamiento de todos estos medios de energía limpia, segura, no contaminante y barata estaríamos en verdadero progreso.
Como todo lo expuesto era sólo una idea, he tenido ocasión de consultarlo con un ingeniero aeronáutico amigo y su respuesta ha sido un SÍ rotundo. ¿Entonces por qué no se hace? El ingeniero continuó: llevarlo a cabo es simple y barato, pero si esto se hiciera se produciría un enorme cambio en la política, en la economía, en la sociedad, porque hay muchos intereses. Es un tema largo que da para mucho. De momento piensa sólo en España ¿cuántos miles de millones se lleva el Estado de los carburantes y ahora de la luz?
Efectivamente, con los carburantes y la luz estamos pagando a todos los políticos con cargos y sin cargos, sindicatos, asociaciones, fundaciones y otros muchos inventos, y a toda esa caterva que comen sin trabajar pero sí tienen voto. Si se pusiera en marcha esa idea de producción energética los gobiernos de turno se verían en un gran aprieto. No obstante, mantenemos abierta la ventana de la esperanza para que a España la gobiernen políticos honrados, preparados y responsables. En tanto eso llega me acojo a las palabras del pintor Chagall: “Mientras tengamos vida, debemos pintarla con nuestros propios colores del amor y la esperanza”.
José Antonio Bustos