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padre

En Padre, el poeta mallorquín Damià Vidal nos sumerge en una profunda conversación entre generaciones, un diálogo poético en el que la figura paterna se convierte en símbolo de amor, memoria y trascendencia. Dedicado al cardenal D. Carlos Osoro Sierra, este poema trasciende lo familiar para adentrarse en una reflexión sobre la paternidad espiritual y el legado de aquellos que han guiado a otros con sabiduría y entrega.
A través de una lírica serena y evocadora, el poeta plantea preguntas esenciales sobre el amor, el recuerdo y la huella que dejamos en quienes nos siguen. Las imágenes naturales, como los campos de almendros y el hielo derritiéndose, refuerzan la sensación de un tiempo que avanza implacable, pero en el que la conexión entre almas permanece intacta.
Este poema es un homenaje a la figura de un padre que, como el Cardenal Osoro, ha dedicado su vida a guiar, consolar y sembrar esperanza. En sus versos resuena la certeza de que el amor verdadero, aunque marcado por las heridas del tiempo, perdura y se transforma en un legado imperecedero.

Las extensiones blancas

de los campos de almendros, no sienten

la frialdad de la nieve:


Dime, padre, cuál es

el mejor recuerdo que guardas

de ambos cuando era niño;

cómo te sentiste al verme

por primera vez en tus brazos;


cómo fue tu paternidad

mis primeros años de vida,

cuál el mejor recuerdo

que de mí tienes de ese tiempo;

qué fue lo más bonito

de entre lo que por ti hice;


si todavía hay alguna historia

que no me hayas contado nunca;

qué es lo mejor y peor

cuando ves que estás envejeciendo;


qué es lo que más deseas

para tus hijos y tus nietos;

qué es lo que querrías

que de ti recordáramos siempre;


di si todavía te falta

por cumplir algún sueño,

que yo haré lo posible

para que sea realidad.


Un amor herido,

rotas tiene las paredes

con grietas tristes.


Mas, el hielo, cuando se derrite

en la bebida, siente

cómo lo abraza el líquido.

Damià Vidal

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