Oír bien es caro y no siempre efectivo – A TODA COSTA

¡Cuándo, en un momento de tu vida, empiezas a (NO) escuchar perfecto!

Te inquietas, pides por favor ciertas repeticiones y te sientes incómodo, especialmente en conversaciones de grupo o lugares con bullicio.

Parece que llego la hora de investigar y te sumerges en un maremoto de ofertas para revisiones auditivas, que acaban con la recomendación de un “audífono”.

Intentas saber precios y (No hay forma), todas las publicidades te llevan al barullo de no saber, a priori, el posible arco de precios en que te puedes mover.

En el ordenador y móvil, te ofrecen grandes ventajas, entras, indagas, inspeccionas y como mucho te aparece un cuadrado lleno de otros mucho más pequeños, con un año de nacimiento, para que pulsando tu fecha te aclaren algo, pero nada, publicidad, para acabar pidiéndote que acudas a una cita y te informaran. Un nuevo truco para forzar la visita personal.

Tras pruebas, diagnósticos y otros, acabas por conocer que se mueven sobre 3.000/4.000 Euros, todos fantásticos, bastantes discretos y/o fáciles de camuflar, si eres capaz de llevar pelo largo o patillas generosas.

Existen diferentes empresas, todas de aparente garantía y prodigas en publicidad machacona y costosa, deduzco yo, incluso una a la que hay que concederle gusto y acierto en los “spots”, cargados de humanidad.

Resultado: Algo mitigan la falta de audición, pero tras algunos meses acaban siendo un incordio y poco efectivos, sobre todo, si estamos en un lugar con público y otras conversaciones en proximidad.

Francisco Ponce Carrasco