No tengo nada en contra del Halloween, ¿O sí? – A TODA COSTA
Desde hace un tiempo estamos envueltos en una turbulencia consumista y hortera
Sin pretender ningún tipo de persecución ¡Válgame el cielo! opino que debemos defender nuestras hermosas tradiciones, antiquísimas y entrañables.
Pero hemos de reconocer que somos tornadizos: nos dejamos seducir fácilmente por las modas; cometemos el error de adoptar los usos y costumbres que provienen de más allá de nuestras fronteras, que poco a poco van desplazando las de nosotros.
La conocida y representada obra de José Zorrilla, con Nuestro Don Juan Tenorio y Doña Inés se apagan, sus versos y romanticismo han dejado paso a una grotesca celebración de importación.
“Halloween”… Sí, esa fiesta que, como símbolo, tiene a la calabaza vacía y horadada con un rostro cuya sonrisa irónica nos deja turbados.
Le siguen una corte de personajes: brujas, monstruos teñidos de roja sangre, con todo tipo de cicatrices y ‘zombis’ entre otros.
Como quiera que favorece el juego camino del disparate y al negocio en varios sectores, pues ¡viva! “plagiemos” y así nos hundimos en un mar de despropósitos y jerga de mal gusto.
Existen vividores adueñándose de las gentes indolentes, que se proclaman transgresores, y que tienen a gala ponerse la etiqueta – nefasta etiqueta – de progresistas y allá van sumándose al esperpento de una tradición importada.
“Llamé al cielo, y no me oyó, / y pues sus puertas me cierran, / de mis pasos en la tierra/ responda el cielo, no yo.”
Quizás tengamos que acogernos a estos versos dentro de un tiempo, para justificar nuestra renuncia.
Quijotes permisivos que somos ¿O quizá tontainas de remate?
Francisco Ponce Carrasco