¡NO OLVIDARÉ ESTE GRAN DÍA!

Quien quiera ser escritora y poeta tiene que tener amor a la cultura, es una cosa muy dura. Hay personas que piensan que es simple, gratis y no da trabajo, deben pensar que solo se escriben comentarios y todo el resto no cansa, sí cuando sale del fondo de tu alma.

La escritura es un arte, más para aquellos que nunca supieron prácticamente lo que fue la escuela, que lucharon años en su vida solos, por las tierras y las montañas, en la miseria, con las cabras, burros, vacas y ovejas, trabajando descalza. En medio de aquellos campos, el calor cortaba, secaba las hojas de maíz y cortaban como cuchillas, ¡ni bragas tenía! Cantaba al son de la miseria y las hojas de maíz hacían la música ¡Pero qué bonito es decir que soy poeta y escritora! Al fin de mi vida, ¡tanto sufrí!

De ahí nació un amor en mí y, al fin de tantos años, tantos que ya estoy reciclada de una vida triste, herida y mal amada. El baile que fue la alegría de mi vida, que fui tan querida con mi gran sonrisa, como toda la vida, hambrienta, cantaba, reía, me llevaba golpes y agonizaba en los caminos sola, sin nadie y siempre criticada, pensaban que no era triste para que llevase la vida que hoy yo tengo.

No hablo de mi vida, de la salud que es un desastre, sin saber quién me está matando, a los asesinos no los encuentro. Se defienden unos a otros y yo cierro la boca  ¿Qué medicina es ésta? Llega un momento en mi vida que podría ser muy agradable, imaginen a una portuguesa que mal lo habla, huyó de las uñas de Salazar para que no me mataran, pasé en la nariz de Franco y no me vio porque él era pequeñito como yo, no me vio pasar sino me haría volver atrás. Pero yo tenía un contrato de inmigrante para pasar a Francia, por si no me dejaban pasar. Llego a otro país, fui al límite en el que tendría que dar media vuelta. No había documentos, pero yo supe exigir lo que me debían, aunque también sé callarme para no hacerme importante, con mi sonrisa intento ver si puedo conseguir un rinconcito, soy dulce y cariñosa y ahí me abren el camino y me veo en medio de los artistas ¿Será posible?

Bailé y bailé, hice como las cigarras pero, al fin las piernas no me dejan, pero dar saltitos ni estirones de mis bracitos. La pequeñita Francelina que siempre quiso seguir su camino, se puso a escribir poco a poco. Tomó un rinconcito en medio de los grandes para que, así, ellos puedan protegerme de la corriente del aire de los que me quieren poner en vista encima de la pista de los artistas.

Y llega un día, por azar, sin que yo nunca lo pensara, que me dijeron “Francelina, a ver si encuentras el sistema para presentarte en tu rinconcito de amor, como tú nos cuentas en tus poemas. Tu rinconcito de sol adorado, que estás enamorada”. Era Villajoyosa, pero yo no era famosa. Algunos me habían visto en la televisión bailando pero yo no tuve la suerte de verme. Por lo tanto, siempre perdía el autobús para hacerme una entrevista para la televisión de Andalucía y yo decía “Mi Dios, yo no sé hablar español”. No sé qué encontraban en mí, que todos los años tuve derecho a la televisión. Yo me moría de vergüenza. En la escritura pasó igual, tuve curiosidad y, con ánimo, me fui a informar de si era posible presentar uno de mis libros aquí en esta ciudad, yo siempre, divertida, me dieron toda la información y me registré en mi pequeñito rincón, para mí, comenzó el sueño de mi aventura para ser conocida también por la escritura porque por el baile ya lo sabían y yo siempre bien educada y con cara, como dicen los españoles, comencé a vender mis libros.

Tengo a mis lectores asegurados, pero es una miseria que la cultura está muy atrasada, a mí me gustaría escribir mucho, pero que mis libros saliesen al menos en todo este país. Después, que todo fuese traducido en las otras lenguas, no querría quedarme aquí encerrada escribiendo para Villajoyosa, porque me piden los libros en el extranjero y no encuentro la salida. Es triste y desconsolado, da ganas de parar y comenzar otra aventura, ¡Yo querría hacer un best-seller!

Pero gran fuerza me dieron las librerías aquí, me dijeron que no escribiese más libros, que era un crimen gastar dinero para poner en mi garaje, si mis libros no eran entregados en las librerías. Yo respondí “yo o me quiero quedar aquí. Es como en el baile, quiero ir lejos, espero que esta suerte tenga”. Me dicen soy una mujer con coraje y no abandono nada.

Pues con todas estas cosas fui organizado todo, nada sin esfuerzo, en Villajoyosa, el día 21 de Abril va a ser la presentación de mi autobiografía y además la felicidad es que fue aceptado por todas la autoridades de la ciudad y también por mi director, D. José Segura, nuestro director de Granada Costa que me va a presentar y también una gran escritora y delegada nacional de poesía Doña Carmen Carrasco Ramos y no de los grandes poetas D. Alfonso Monteagudo Martínez. Estuvo también presente el rapsoda José Alberto Escolar para encantarme con la mariposa y la gitana y Francisco Rossi Melero, intervalos y montañas, linda flor.

Mi amigo Martín Gatica, mi cantante argentino que hizo el prólogo de mi libro y me cantó: Caminitos de mi vida y más personas de la poesía que no conocía. Me sentí feliz con esta familia. Mi pena fue que no pude acompañar a todos y se hizo tarde ya que no pensaba que habría tantos artistas.

Espero y sé que soy pequeñita de altura pero pienso que estuve a la altura de mi presentación que, incluso al conserje tuve que encantar como a una serpiente porque no fue anunciado el vino de honor y no pude estar con la gente un poquito, con mis amigos invitados, muchos se fueron y ni un vaso de vino bebieron o de otra cosa. ¡A la salud de todos nosotros! Espero que todo el mundo quedase contento pero tuve pena de la ausencia de gente incluso así la sala estaba llena.

 Y la exposición de mis vestidos de baile sobre mi vida de artista  que estará abierta des del día 21 de Abril hasta el 15 de Mayo. ¡Díganme que la vida no es bella, pero si yo no sufriese sería más bella todavía! Será mi condena hasta el fin de mis días, la enfermedad, la tristeza de mi vida de humana. Pero espero que les gustase a toda la gente, que quedasen contentos de mi evento y se acuerden de la pequeñita Francelina que ni un ratito tuvo para sacar una foto con mis amigos en mi rincón, que me tiraban de un lado para otro y yo no podía partirme en dos ¡Qué triste no tener cuatro brazos!

¡Os abrazo a todos y que Dios nos dé salud y otra vez para encontrarnos!

FRANCELINA ROBIN