Portada » NO ME CALLA NADIE

Estimados lectores, estamos atravesando lo que yo denominará una crisis económica consentida. Es bien cierto que hay de todo en la viña del señor.

Cada ciudadano es libre de expresare con libertad y respeto empezando por ellos mismos y hacia los demás.

Dicho esto, voy al asunto del meollo. El cual levantará ampollas hasta reventar los pies y manos de los transportistas y empresarios que luchan año tras año para levantar cabeza o bien este Articulo no pasará desapercibido para ciertas empresas. Los ciudadanos estamos travesando momentos muy delicados.

Esto es el pan de cada día, nunca mejor dicho. Por no decir que el pan se ha convertido en un lujo y no precisamente porque un panadero esté deseoso de hacerse rico, ¡no señores!

Todo lo contrario, empezando por la harina, la luz, agua, así sucesivamente. Todos los precios para realizar un trabajo o bien otros oficios se han convertido en una misión imposible de asumir. ¿Acaso al gobierno o a los sindicatos les afecta? Para yo creer tendrán que convencerme viéndolos en las calles manifestarse por el pueblo. El ciudadano tiene obligaciones, pero también tiene derecho a ser defendido por sindicatos, los cuales deberían partirse el espinazo por esas personas que han pagado durante décadas para que estén donde están en este momento.

Ay, señores Robin Hood se queda en un cuento de hadas comparado con la Personas que claman al cielo cada día. Los de arriba o se vuelven sordos o ciegos. ¿Dónde comienzan nuestros derechos?

Otra cuestión y muy importante. Porque decir la verdad en un puesto de trabajo supone jugarse dicho empleo. Contando con los mentirosos pelotas o como decíamos cuando tenía menos años.

Los de la ley del botijo. Cada trabajador que se deja hasta el hígado para llegar a duras penas a final de mes, o traga o se ve en la calle, que para más inri si no tiene pruebas evidentes lo toman por embustero, sumiéndolo en una depresión ya que si dice la verdad va a la calle. Está el otro lado del meollo, ser unos títeres muditos.

Soy de clase obrera como muchos. También me veo afectada por dichas subidas e injusticias. Por hablar, ser justa, todo se vuelve en mi contra aun mostrando pruebas.

¿Creen estimados lectores que alguien prestará atención a mis quejas con las cuales no busco polémica? Bajo los ladrillos y donde creen que no se oyen a los pelotillas o bien a personas asustadas que callan ante dichas tretas.

Quien tiene un peldaño se da el miserable lujo de jugar con mentiras para salirse con la suya. Ignorando que una tabla de ajedrez, como denomino, siempre está compuesta por todas las figuras, si una se rompe apaga y vámonos. Esto sucede siempre. Todos dependemos unos de otros con una gran diferencia. Los empresarios deben escuchar a sus empleados con pruebas.

Es posible que este artículo reviente a muchos, otros se sientan identificados, pero hay una cosa muy clara con esta guerra, siempre ganan los mismos. Los ciudadanos de a pie incluyéndome en primera persona, “somos un número “

No por ello estoy exenta de pagar como todos. Soy capaz de responder con educación y empatía hacia las personas con las que debo compartir ocho horas diarias dejando de lado las diferencias.

únicamente expreso mi malestar con los sindicatos que están bien provistos de fondos. Detesto a los chupa tintas aprovechados que tienden a salirse con la suya mientras les besan el… no es preciso ser más explícito.

Espero que este artículo levante de sus asientos a los ciudadanos de a pie que se quedan en casa impulsivos ante lo que sucede, ¿o acaso hay que esperar a matarnos vivos para conseguir un trozo de pan ya esté duro o blando?

Evidentemente “efecto acción-reacción” Todos unidos para que nuestros productos españoles vean la luz. Pequeños comercios que necesitan ayudas para mantener sus negocios y se les exprimen como a un zumo.

Ellos pagan para que también se les defiendan. Los transportistas, sin olvidar a los obreros que nos vemos obligados hablar o a callar.

Defiendo lo justo, ayudo y no me supone nada si lo realizo altruistamente, no permito que se cuestione mi credibilidad ya que no gano nada con ello… El país necesita muchas voces y manos en son de paz reclamando derechos dignos.

Haciendo un pequeño inciso.

Si en la época franquista y no quiero que se mal interprete mal, pero es más que evidente… Nuestros padres y abuelos tenían unos derechos mejor o peor, tenían una vivienda digna, un salario con sus pagas correspondientes. Con este comentario no deseo entrar en ningún debate simplemente un pequeño ejemplo de lo que tenemos ahora. Ahí lo dejo…

Cada paso es un logro, si hay ayudas de otra forma es un caos. Las pruebas están a pie de calle. Una voz se interpreta como la de un demente. Varias voces las ignoran.

Pero millones de voces crean una reacción en cadena despertando para que algo de este podrido sistema cambie radicalmente. No podemos volver atrás, si queremos intentar que nuestro país vuelva a brillar.

Luchemos entre todos para no perder la esperanza.

Yo creo en los ciudadanos de a pie que luchan sin descanso porque ellos representan España.

 

Maria Manrique Pérez

0 thoughts on “NO ME CALLA NADIE

  1. Como siempre María estoy contigo, tienes toda la razón del mundo, no entiendo como España aún no se ha levantado, tenemos un gobierno que es un incompetente, no teníamos con gente 13 ministerios de incompetentes que nos han subido a 23, por eso se sube luz, agua, gas, combustible, aparte de todos los productos de primera necesidad, a raíz de toda esa incompetencia nos roban la gasolina de los coches reventados.

    Tenemos un presidente que en lugar de estar resolviendo los problemas de lo que va dejando de la pobre España, está por Europa haciendo el indio y paseándose en el Falcon (queroseno) que pagamos todos y eso no cuenta según las cabezas pensantes de ellos y sus lame culos no le pasa nada al medio ambiente, tócate las narices!!!!

    ¡¡Tenemos un gobierno que no hay peor ciego que el que no quiere ver, y no peor sordo que el que no quiere escuchar y menos al pueblo él cuál gobierna y le pagamos todos que no lo olvide!!

    Tenemos unos sindicatos que no valen para nada ni nos podemos fiar de ellos, reciben subvenciones y todos sabemos para quienes van, para el trabajador no seguro, para servir solo al gobierno si, están muy tranquilitos hasta que el pueblo se levanta un poco y entonces se les ve la patita y el pueblo está calentito de todo lo que esté gobierno está haciendo, ni idea lo que podremos aguantar.

  2. Buenas tardes kati con ti comentario dejas muy claro todo y te lo agradezco.
    El artículo lo escribi hace una semana y parece que escuece o algo se ve en los sindicatos. El resto de opiniones son bien recibidas ya que todos estamos en el mismo barco ? y parece que se va pique antes de lo que pensamos .no es ser aguarera es la realidad que estamos viviendo. Un saludo muy grande ,seta u gusto con pcerye en persona y estrecharte la mano.gracias de nuevo.

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