NO HACER DE LA VIDA UN “DRAMA”
La vida tiene miles de problemas y siempre tendemos a hacer un drama de cada uno de ellos.
La vida es dura, a veces se nos presentan problemas duros y alarmantes y nos ponemos a lamentarnos en lugar de hacerles frente con la mayor serenidad posible.
Lamentablemente hay muchas personas que padecen cáncer por ejemplo y enseguida se vienen abajo, entrando incluso en depresiones, en lugar de pensar en positivo e intentar hacerle frente a la enfermedad. Yo siempre dije “hay que saber alimentar a los bichitos antes de que estos nos coman”. Cuántas personas se meten en sí y dejan de comer, pues ¡no!, hay que comer, sin ganas si hace falta, necesitas coger fuerzas y combatir la posible anemia que te destroza quitándote las fuerzas.
Hay veces que se necesita ir al médico y por miedo muchas personas van dejando pasar el tiempo y no sabemos que lo único que hacemos es perjudicar nuestra salud. Las cosas cuando se cogen a tiempo pueden tener solución, si las vas retrasando se van agravando y posiblemente sea ya difícil poder recuperar la estabilidad en el organismo.
Psicológicamente cualquier problema de enfermedad o drama te afecta a tu sistema nervioso y por ahí vienen las depresiones, no se puede uno meter en sí mismo pensando lo peor, las cosas suceden y hay que saber hacerles frente.
Cuántas familias hay destrozadas por los odios, los rencores, los celos, la soberbia y nadie da su brazo a torcer por intentar el diálogo y buscar una solución amistosa entre sí. Mientras se está sufriendo por ambas partes, unos con las protestas y otros con los padecimientos lamentables de la falta de diálogo y de poder tener contacto con los otros. la familia debería poner todo de su parte para no desunirse por discusiones, porque a veces todo esto lo pagan los padres, hijos, abuelos, nietos y demás familia. Todo esto a la larga el género humano lo sufre y padece y todo ese estrés se acumula en el cuerpo y acaba por generar una enfermedad.
Si hablamos de las herencias qué pena que existan tantos intereses, si pensamos que cada persona es dueña de sus propiedades generadas por ellos mismos y con derecho a disfrutarlas, “no a dejarlas” en vida. Si una persona está viva nunca se sabe lo que le puede deparar la vida y lo que va a poder necesitar, si tiene una o dos propiedades puede necesitarlas incluso en su vejez, ya que los hijos con la excusa de que trabajan no se hacen cargo de sus padres la mayoría y si esas personas necesitan una residencia hoy no te las regalan, siempre pueden necesitar los dineros y hacer una hipoteca reversible con el banco para pagar su residencia y que lo cuiden hasta el final de sus años.
Por desgracia este es un tema que es muy lamentable, los hijos tienen que buscarse y labrarse su vida por ellos propios, no a costa de los padres, que todo lo que tienen lo hacen pensando en dejar algo a sus hijos, pero cuando se mueran, no en vida, a la tumba nadie se lleva nada, pero mientras todo esto sirve de lamentaciones y sufrimientos.
Hay que saber respetar las decisiones familiares para con la familia e intentar vivir el día a día lo mejor posible, pero no por intereses sino por cariño y amor hacia los demás.
La vida es corta y ¿para qué nos la tenemos que amargar? Con lo fácil que sería como antiguamente había familias que permanecían juntas hasta el final, hoy por desgracia cada uno va por su lado, no existe la autoayuda y debemos acostumbrarnos a querernos también a nosotros mismos, viviendo nuestra propia vida y lo que nos encontremos eso que nos llevaremos a nuestro favor.
Por todas y otras cosas no se puede hacer de la vida un drama. Sabemos que nacemos, crecemos y morimos, pues bien cada uno debe seguir su camino, pero si se puede en conformismo y armonía para no sufrir.
Existen personas que se ahogan en un vaso de agua por cualquier cosa, se agobia y se vienen abajo, en la vida la decisión y la valentía es lo principal, es lo que hace fuerte a la persona.
El diálogo en la familia debería ser permanente y razonable, con apoyo mutuo y constante. El cariño es muy importante y la comprensión, a veces nos vemos obligados a contar con amistades para salir de nuestras depresiones por falta de atención familiar y nos conformamos porque no nos queda otra.
Por eso sal, disfruta, diviértete, que la vida se pasa pronto, búscate amistades que te valoren, que te apoyen, que te comprendan y que te hagan olvidar las penas con su compañía, son ángeles del Cielo que están contigo para hacerte la vida agradable y que no pienses en los desprecios de nadie, eso te ayudará a “no tener que hacer de la vida un drama”.
Soledad Durnes Casañal