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NO a la impunidad en  Inteligencia Artificial: Defensa de la creación artística libre y comprometida

El descubrimiento de un esqueleto humano con cicatrices de una pierna rota marca un inicio conceptual de la civilización, enfatizando la importancia de la comunidad. Se discute el arte y la tecnología como elementos esenciales de la humanidad. Además, se critica el uso de inteligencia artificial en la creación artística por su propensión al plagio, instando a preservar la ética y la autenticidad en la producción creativa.

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Mª Teresa Ayllón con Josep Vinces Marquez en defensa de la libertades democráticas y de prensa (TVE 1985)

La civilización al parecer pudo fecharse cuando un equipo de arqueología descubrió un esqueleto de ser humano que mostraba una vieja cicatriz de haber tenido una pierna rota, luego curada y restaurada su movilidad hasta el día de su fallecimiento. El carbono 14 fijaría una fecha muy aproximada. El descubrimiento en sí no es la fecha de inicio de la civilización sino el que la comunidad organizada para el bien común, la sobrevivencia común, era en sí misma la civilización. El arte seguramente ya era una práctica en aquel momento fundacional de la comunidad humana organizada con el fin de la preservación de la vida y la mejora de la comunidad. La fabricación de herramientas también. La generación de tecnología, la cooperación, las formas del arte y la espiritualidad ya estaban en el ADN de aquellas criaturas.  Así lo creo y por eso no rechazo ningún artificio humano: la tecnología no es culpable de los desastres ni puede prohibirse la creación, el proceso creativo, cuya fuente principal es la irresistible tendencia humana a transformar en nuestros sistema imaginativo. Todo lo que antes fue idea y luego adopta un soporte material de algún tipo conlleva tecnología.

Ser Humanista es proclamar y defender que los seres humanos somos seres complejos intrínsecamente físicos e intrínsecamente metafísicos. En lo físico y en lo metafísico somos uno en la diversidad y somos además cambiantes. En nuestra complejidad se conjugan diversas maneras de crear: pintar, danzar, escribir, cantar, dar forma a los volúmenes y los ritmos y todo ello nace en nuestro cerebro modelándose a través de sensibilidades y sentimientos. La autoría y el reconocimiento social al arte de algunas personas no es en sí la creación pero es una motivación a crear. El Arte, las artes, son la producción superior de la actividad humana; la más humana de las tareas pues se orienta a la superación de las habilidades de creación propia, con objeto de entregar a la comunidad algo que la eleve, lo más bello, más útil, más capaz para el entendimiento, para promover el pensamiento, la imaginación, la esperanza, la fe, la vida en suma.

Mª Teresa Ayllón como editora, Presentando la Revista Hinojo y Perejil (1985) del Movimiento Feminista

No voy por tanto a oponerme al invento de la inteligencia artificial (IA) tan útil para algunos menesteres y por supuesto mejorable con respecto a sus sesgos de creación. Soy científica y conozco cómo muchos inventos han sido una ayuda para la humanidad y en algún tiempo una pesadilla de prácticas inhumanas. Así los inventos-descubrimientos que llevaron a la bomba atómica y las guerras bacteriológicas pudieron no haber desarrollado esas facetas destructivas quedándose en sus versiones tan útiles como energías sociales o vacunas. También el fuego y el cuchillo fueron un gran aporte a la humanidad y  no se niega la mejora de la comunidad pero sirven para hacer enormes daños según su uso. Yo misma he usado como buscador complejo el software GPT, hasta ver que tiene sesgos deleznables y que ofrece respuestas inexactas e incluso falsas y prejuiciosas, seguramente en base a los prejuicios morales de sus diseñadores y diseñadoras.

La constatación de sesgos morales puede ser o no dolosa y corregible por tanto pero hay otro aspecto que es intrínsecamente reprobable:  La pretendida capacidad creativa de la IA no es sino una portentosa capacidad de almacenaje de lo ajeno, robo y plagio.  Ninguna inteligencia artificial es capaz de producir a partir de su propio bagaje de ensayos con ideas, conocimientos, sentimientos y valores propios sino que  la IA conjuga combinaciones múltiples a partir de las ideas, conocimientos, sentimientos, habilidades y recursos de otras personas que, desconociendo el robo premeditado, habían hecho pasar por sus aparatos inteligentes (computadoras personales, cámaras de fotos, celulares,…) mediante toda una gama de software con que millones de artistas se valen para crear o guardar arte gráfico. Tamaño robo cualificado se agranda con la facilidad e impunidad de convertir a cualquier persona en potencial sustractor de los derechos de autoría de las creaciones intelectuales-artísticas de los demás usuarios.  Y la capacidad que conlleva de corrupción moral este robo organizado en cadena debería hacernos temblar.  

El movimiento que se ha dado en llamar cerebrista, reivindica el arte como producto de la elaboración humana subjetiva a partir de las casi infinitas conexiones o elaboraciones que hace el cerebro humano; a su vez esta manifestación no reconoce como arte aquello que no procede de un proceso creativo-subjetivo, que ha sido robado y etiquetado mediante combinaciones de una base de datos megarobotrónica. El producto de la creación no es tan solo la “obra de arte” sino el proceso humano que la genera, mediante el cual la persona (o colectivo de personas interactuantes= arte colectivo, ciencia) eleva su potencial creador, eleva su intelecto, y lo ofrece al público, a su comunidad humana para que, al observarlo, escucharlo, verlo, leerlo,… eleven también su trabajo intelectual (percepción, reflexión, conjugación,…) o físico subjetivo (danza, canto, rapsodia, interpretación, composición…).

Exposición de Ma Teresa Ayllón Vida y Obra de Dolores Ibarruri, Standard Electrica, 1987

Este es un movimiento artístico humanista cerebrista, y por tanto comprometido con la paz y la fraternidad de los pueblos pues es en la paz que se crea, en tanto la guerra destruye. La represión, la quema de libros y obras de arte, la imposición de cerraduras al intelecto y al espíritu, constriñe y clausura la esperanza, la fe, la imaginación. Se vuelve el ser humano violento a través del miedo que produce la represión y la guerra y la violencia solo genera más violencia. La fraternidad, la solidaridad, la cultura, abre las mentes, abre la mano al otro, abre el proceso de crear… nos hace algo más digno de amar.

Urge exigir ética responsable a la comunidad científica y artística. Eso significa declarar con firmeza nuestro rechazo y coherente renuncia al uso de IA para nuestras creaciones artísticas y literarias y para la edición y publicidad o publicación de las mismas, así como la exigencia por donde nos movamos del no-uso de tales medios.  Nuestros países se han gastado millones en combatir el plagio de muñecas Barbie, prendas deportivas de marca, CDs de música y ¿ahora sin más se puede permitir el robo a escala planetaria, más grande de la historia?

Con otras y otros escritores 2025 en eI Dia del Libro Hispanoamericano 

El daño ha comenzado pero se debe parar pues corrompe en progresión geométrica y va a afectar brutalmente a todos los oficios creativos y a la mismísima producción creativa/ artística. Exigimos leyes que defiendan la creación y acaben con el robo-plagio. En la producción literaria, por ejemplo, ya las editoriales han ido desapareciendo sustituidas por intermediarios de las imprentas que no ejercen la labor de criba de calidad ni apoyan la mejora del producto creativo ni su autenticidad.  Es todo el proceso creativo el que está en peligro en esta sustitución civilizatoria donde parece difuminarse la idea humanista del Arte como entrega para la mejora de la humanidad. Siguiendo a Noemí Klein (2000, “No logo”) repito:

¡No IA!  ¡Viva el Arte y abajo el robo-plagio!

*Ponencia-manifiesto de Ma T. Ayllón para el I Congreso del Movimiento Cerebrista Internacional (9 y 10 agosto 2025, on line), en defensa de la libertad de creación y en contra de la apropiación indebida por medios informáticos u otros.  
Por María Teresa Ayllón * Escritora. PhD Geografía e Historia. Madrid (España)

1 pensó en “NO a la impunidad en  Inteligencia Artificial: Defensa de la creación artística libre y comprometida

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