MUJER O MARIPOSA
Dedicado a una amiga muy querida.
Si es posible decir que la mariposa es una flor que vuela, ¿Puede decirse que la flor es una mariposa que se posa en la ventana? Sí, también la poesía tiene ida y vuelta.
La mariposa remonta, vuela y vuelve a volar en un vuelo inverosímil.
Fue una oruga de seda, crisálida que rompe el capullo y vuela al límite que va de los bosques a los jardines, a los ríos, incluso a las ciudades más pobladas.
La mariposa es el amor que vuela, belleza que vuela, flores que vuelan; hay muchas en primavera adornando el cielo en un río aéreo de mil colores, cumpliendo así un prodigioso designio de la memoria de cientos de años, generación tras generación.
En el mundo todo se cierra y se abre, en el cual, cuando la mariposa cierra sus alas, un niño abre sus manos. Yo, una aprendiza de escritora, me duelo de la suerte de las preciosas mariposas que ponen en el aire un inmenso reflejo flotante y que hacen que las brisas cambien de color, pero me da lástima que su vida sea tan corta.
Seguramente han salido de otra orilla, de alguna laguna, y empujadas por alguna corriente de aire vespertino, intentando llegar a cualquier inusitado lugar, aunque… Perdieron el impulso de la brisa y sólo llegan a la mitad del camino, porque no podían más. La nube luminosa fue bajando y por fin, la mayor parte cayó al agua.
Iban las mariposas tan cerca unas de otras que el agua cambió de color y parecía que habían colocado un paño de colorida seda sobre el agua.
Una mariposa loca, revoloteó junto a una rosa, con tan poco tino, que se clavó en la espina y allí quedó muerta, con sus alas fláccidas, azul verde y oro, caída sobre las hojas. -Soy la legítima flor del amor, exclamó la espina orgullosa- Y sin saberlo, decía la verdad. La mujer, esa a quien yo me refiero como la mariposa, bonita y buena. Pero, un impaciente y mal encarado, hombre a veces la maltrata, se queda mirando fijo a sus ojos, después la abofetea con rudeza antes de preguntarle por última vez: ¡Contesta, si aprecias en algo tu vida! ¡No sigas protegiéndolo! Es un maldito maltratador. Aunque también hay malditas maltratadoras, pero estas se conocen menos, ¿Por qué? Pues porque las mujeres tenemos más maldad y podemos ser más hipócritas.
Una mujer soñó que era una mariposa; al despertar tenía brazos y no alas.
Triste, porque no podía volar, y entonces se dedicó a escribir. Una mariposa se posó en su hombro y le dijo: -No despiertes aún, sigue soñando, eres como un águila, vuela, vuela con tu pluma puedes ser lo que tú quieras… sigue escribiendo.
Desde mi rincón favorito, lugar donde una mujer se disfrazó de flor para ser una mariposa y las palabras la despojaron lentamente de su disfraz, la convirtieron en mujer aprendiza de escritora.
Marisi Moreau