Monstruos

Bajo la fortaleza de mi sábana
y con las luces apagadas,
acorto mi respiración
para no despertar a los fantasmas.
Con los ojos bien abiertos y en guardia,
todas las sombras voy cazando.
Agudizo mis oídos y
los ruidos voy amplificando.
Los muñecos me miran y se mueven.
Los susurros murmuran en el eco.
Algo araña bajo la cama
haciendo que me paralice el miedo.
Atrapada en mi duermevela,
pergeñando mi escapatoria,
trato de invocar mi voz
atrapada en la parasomnia.
Mas de pronto, todo se acaba.
Las criaturas dejaron mi cabeza.
Ya me olvidé de dibujar
siluetas tenebrosas en la puerta.
Ahora añoro esa vigilia infantil,
esa angustia que era inofensiva
pues hoy me mantienen en vilo
reales tribulaciones y pesadillas.
Monstruos que emergen cada noche
en un eterno desfile nocturno,
para despojarme del sueño
y convertirme en su condumio.

Me encanta. Precioso. Describe muy bien los miedos de la niñez y los de asuntos, con una comparativa excelente. Gracias. Todo un 💘 amor
Me gusta, sensaciones muy bien expresadas💝🍀
Maravilloso poema