MIRADA AL PASADO – LOS PÓSITOS EN LA CORONA DE CASTILLA

La figura del pósito surge durante el siglo XV, en el seno de la Corona de Castilla, con dos objetivos principales, por un lado asegurar el abastecimientos de pan a la población y por otro, regular los precios, impidiendo la especulación y que los propios labradores, cayeran en manos de usureros.

Características de los pósitos;  estos eran unos almacenes donde se recogía el grano, principalmente trigo, aunque también se llegaba a recoger cebada, la recepción del grano era el que se producía en la jurisdicción que se le tenía asignada, los labradores tenían la obligación de entregar todo el grano, dejándoles tan solo el necesario para el sustento familiar, así como el necesario para la próxima siembra, además estaban obligados a pagar los tributos que les correspondían.

 Aparte del carácter regulador; el pósito tenía un sentido benéfico, como era el reparto entre los más desfavorecidos, del trigo necesario para el sustento familiar.

Teniendo en cuenta las razones expuestas con anterioridad; que de por sí son muy relevantes, sin embargo no hay que olvidar la razones principales para la corona, en tiempos de conquista contra los reinos musulmanes, aquellos soldados enfrascados en campañas bélicas, la Corona necesitaba asegurar su alimentación, pero también solventado la precariedad de las clases humildes, evitaba posibles revueltas sociales.

De esta forma la Corona al mismo tiempo; cumplía con dos importantes objetivos, por un lado la pacificación del pueblo y por otro asegurar a las tropas enfrascadas, en la lucha por la disputa del territorio, (lucha entre cristianos y musulmanes), la  imprescindible alimentación, sin olvidar la desigualdad de los siglos XIV y XV, también de los siguientes, pero sin duda estos en particular.

Arca de las tres llaves

Antecedentes:

Los Pósitos tienen su antecedente musulmán; con los Alholíes, Cillas y Alhóndigas, otros centros fueron las Cambras y Vínculos, estos últimos compartieron presencia con los Pósitos en el Reino de Navarra.

Las instituciones de abastecimiento y crédito agrícola; recibieron en Castilla la denominación de Pósitos agrícolas, estos nacieron durante la Baja Edad Media, siglos XIV y XV, con una orientación municipal, pía-benéfica o ambas.

El termino Pósito procede del vocablo latino positus; que significa depósito o establecimiento, en los comienzos se utilizó el término depósito, así aparece en la Real Provisión de la Reina Isabel I de Castilla del 11 de agosto de 1502, mediante la cual se autoriza a la ciudad de Málaga a hacer ordenanzas para establecer un “depósito” de trigo, “para que la çibdad faga ordenanças sobrel depósito”.

A partir del siglo XVI se fueron generalizando otras denominaciones; algunas procedentes de la cultura musulmana, entre ellas las anteriormente citadas como, Cambas, Alholíes públicos, Cillas y vínculos, el 1591 Felipe II dicto una Ordenanza General de los Vínculos, estos alcanzaron gran notoriedad en el Reino de Navarra, lo cual se refleja en la toponimia de los territorios que pertenecieron a esta corona, como es el caso de la actual Rioja.

Los Pósitos alcanzaron su mayor esplendor; en las postrimerías de la caída del Reino Nazarí de Granada y las consecuencias que esta situación genero con posterioridad.

Pero tenemos que hacer referencia; a los orígenes de las hambrunas de la época y a la fuerte demanda de alimentación; entre las más relevantes tenemos la decadencia de la agricultura, como primera consecuencia tras la expulsión de los judíos por los Reyes Católicos en el año 1492, y la otra gran circunstancia, fue el desplazamiento forzado de los moriscos, por orden de Felipe II, tras la guerra de las Alpujarras. Lo que genero una situación añadida, a la que ya venían sufriendo, las poblaciones receptoras de estos nuevos vecinos, como fue el caso de la Mancha.

La implantación de los Pósitos en Andalucía:

En Andalucía este sistema de almacenamiento de trigo; fue implantado con cierta rapidez, la formula fue primero establecer unas normas, para a continuación buscar unos espacios adecuados, esto no siempre fue fácil, ya que estos locales requerían ciertas condiciones para conservar el trigo, unos suelos elevados para preservar el grano de la humedad, pero al mismo tiempo una mínima ventilación, otro de los grandes problemas, era que no todos los edificios, estaban preparados para soportar los enormes pesos, del almacenamiento de trigo.

Durante el siglo XV años 1460-1470; aparecen las primeras referencias sobre la constitución del primer Pósito en Andalucía, ubicándose en la ciudad de Córdoba, unos años más tarde en 1478-1568, se dictan las Ordenanzas Municipales del Consejo de Sevilla, relacionadas con el régimen y gobierno de la alhóndiga del pan. En el año 1494 se crea el Pósito de Jaén y algunos años más tarde, serian las ciudades de Úbeda y Baeza en los años 1500-1510, las que contarían con su Pósito propio.

Con relación al Pósito de Alcalá la Real; tenemos documentos que nos hablan sobre el funcionamiento del citado Pósito del año 1511. En el año 1523 es cuando se instala el Pósito de Sanlúcar de Barrameda.

Del pósito de Carmona; los datos más antiguos que se tienen, constan del año 1525, un año más tarde se implanta el Pósito en Motril. En el año 1533, es cuando se crean los Pósitos del Condado de Niebla.

Según seguimos avanzando, sobre la cronología de la expansión de los Pósitos por Andalucía, vemos la aparición del Pósito de Utrera en el año 1534.

En el año 1569 se conforma el Pósito de Porcuna, vemos como la proliferación de estos establecimientos públicos, van avanzando a medida que las necesidades, fueron más acuciantes entre la población, pero también para cubrir las expectativas de la Corona castellana, que unas veces por erróneas medidas políticas y otras por escasez de cereales, se vió obligada, a desempeñar la labor de corta fuegos, ante posibles rebeliones internas, que pudieran ocasionar graves altercados.

La Pragmática de Felipe II:

En el año 1584 el rey Felipe II; dicta la que se conoce como “La Pragmática de Felipe II”, se trata de la primera normativa real sobre los Pósitos; en dicha normativa se regulaba desde el gobierno, los tributos hasta la forma de custodiar los documentos del Pósito, sin olvidar los fines de dicha institución.

Esta pragmática estableció que el dinero se guardase en un arca de tres llaves y el trigo en una panera de dos, independizando sus cuentas de las del ayuntamiento, sobre todo con la intención de evitar el clientelismo vecinal, que pudiera ser ocasionado por relaciones de familiaridad o amistad.

En dicha orden legal; se decía como debía ser la junta de gobierno de los Pósitos, una junta que debería estar formada por; el alcalde un regidor y el mayordomo, (cada unos de estos tres miembros, sería poseedor de una de las llaves del arca antes citada), el Escribano Municipal era quien tomaba fe de todas las decisiones. Esta junta como encargo principal, debía establecer las medidas de reparto del grano y control del dinero, entre los vecinos más pobres.

También debía rendir cuentas con carácter anual; así como tomar medidas oportunas con el fin de evitar corruptelas y abusos. La junta gozaba de autonomía para prestar determinadas cantidades, a los labradores siempre con el compromiso de su devolución, una vez finalizada la campaña y recogida la cosecha. En el caso de incumplimiento por parte de los deudores; estos podían ser sancionados con penas hasta de cárcel, privándoles en un futuro a poder acceder a obtener nuevos préstamos.

Si echamos una mirada al pasado; podemos decir sin lugar a dudas que esta ley de Felipe II, fue una de las más justas y solidarias, de todas las que conocemos, procedentes de diferentes reyes de la larga Edad Media. Es habitual que siempre las leyes; sobre todo en estos siglos pasados, que fueran hechas a medida de los intereses de la oligarquía en el poder, sin embargo si no fuera por el tiempo en que fue dictada, podríamos calificarla de una ley moderna, cuyo espíritu traspasa los tiempos sin perder su fondo de justicia social.

Pósito de Caniles (Granada)

Características arquitectónicas de los Pósitos:

Los Pósitos no fueron meros almacenes; requerían de unas condiciones muy especiales, dado que el bien que guardaban era un tanto delicado, requiriendo de una buena ventilación, aislado de la humedad, estos requisitos eran tenidos muy en cuenta a la hora de los nuevos emplazamientos.

Otra de las características era el estilo; por lo general este dependía del regidor, que con el fin de aportar cierta relevancia al lugar, solía empeñar toda su voluntad en conseguir, la colaboración de un buen maestro de obra, que cumpliera con las expectativas de notoriedad deseadas.

Un ejemplo de este tipo de construcciones; lamentablemente en la mayoría de los casos desaparecidas, cuando no abandonadas, es el de Campo de Criptana, un Pósito totalmente rehabilitado y recuperado como centro cultural, donde se presentan diversas exposiciones, conferencias y actos de todo tipo relacionados con la cultura. Pero volviendo a su importancia como ejemplo de funcionalidad; diremos que se trata de una sencilla construcción, de piedra de mampostería y sillar de recios muros y con algunas pequeñas ventanas superiores, que cumplían las funciones de ventilación. En cuanto a las características técnicas; requeridas para la buena conservación del trigo, consta de un doble suelo con el propósito de buscar un perfecto aislamiento.

 Este Pósito fue referente para otros como el de Guadalajara, debido a sus características, estructurales y de aislamiento, el requisito más importante en la conservación del trigo.

De este edificio; destaca a simple vista su fachada; cuya portada con un sencillo arco de medio punto adovelado, coronado por una decoración heráldica, que incluye las armas reales, flanqueadas por los escudos de la Orden de Santiago, bajo cuya jurisdicción estuvo la villa.

 Como curiosidad podemos decir; que dentro del amplio catalogo de Pósitos que un día poblaron nuestra península, el de la ciudad de Zamora guarda similitud con este criptanense, hasta el punto que muchos estudiosos lo califican de omonimos.

Pósito de Campo de Criptana, (autor, José Vicente Méndez)

Conclusiones:

A lo largo del presente capitulo; hemos tenido la oportunidad de comprobar, como en situaciones de crisis acuciantes, se puede abordar de forma correcta los problemas que favorezcan a una amplia mayoría, sin dejar en manos de especuladores, problemas tan importantes como la alimentación básica de todo un pueblo. Pero también comprobar cómo cada momento; tiene su alimento base en los hogares, en tiempos que pudiéramos llamar precolombinos y posteriormente, sin duda lo fue el pan, hasta el punto que muchos de los Pósitos, perdidos por la geografía española, hoy no conservan este nombre pero si el de la casa del pan, por haber compatibilizado, tanto la gestión del trigo, como la venta del pan.

Pósito de Olivares (Sevilla)

Para darnos cuenta de la importancia de un alimento; solo tenemos que echar una ojeada a nuestro alrededor, veremos que el pan es protagonista desde la religión hasta el refranero popular, refranes como: “Este niño vino con un pan bajo el brazo”, “con tú pan te lo comas”, “a falta de pan buenas son tortas” y así podríamos extendernos de forma indefinida, demostrando que la filosofía popular, esa que  etnólogos y antropólogos tratan  en sus trabajos de investigación, desde que se tiene constancia de la capacidad del ser humano, para transformar las primeras harinas en hogazas, el pan no ha dejado de ser protagonista y los tahoneros los profesionales más nobles de la tierra. Pero el recetario de cocina; no sería el mismo sin la presencia del pan, dentro de los platos tradicionales, alguien podría hacer unas migas sin el pan, en el plano de las sopas, unas rebanadas de pan en un caldo de cocido, pero que decir de esa sopa tan popularizada, como es la sopa castellana, que en muchos lugares se conoce como sopas de ajo. El pan ha venido siendo tan recurrente; que en las tareas del campo, todo trabajador y su navaja podía ser junto al pan, el complemento para no hacer necesario la cuchara, recuerdo a los gañanes manchegos, en torno a una sartén sostenida por unas trébedes, y a su alrededor la cuadrilla, cada uno de ellos en una mano el pan y en la otra la navaja de Albacete, y dando cuenta de unas gachas, un manjar a base de harina del almortas. Afortunadamente hoy; el pan continua más vivo que nunca, como lo demuestran el gran número de estos negocios, por eso desde aquí quiero dedicar este articulo a este noble oficio…

José María Escribano Muñoz

I CERTAMEN DE ARTÍCULOS Y POESÍA PERIÓDICO DIGITAL GRANADA COSTA

Cada tres meses se entregarán dos premios: uno concedido en la vertiente de textos y otro para los poemas

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