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MIRADA AL PASADO – Gibraltar: un Regalo Real

 

 

In Memoriam

Compañero Carlos, fuiste la llama necesaria,

que aporto luz a este proyecto,

nos indicaste el camino que no dudes seguiremos…

El artículo de hoy viene inspirado en gran medida, por los versos de un poeta como tú el zamorano, León Felipe…

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A los españoles desgraciadamente, durante mucho tiempo nos vinieron «meciendo con cuentos». Uno de estos cuentos que nos han venido reiteradamente contando, es «el robo de Gibraltar», que no fue un robo sino un regalo como bien refleja el «Tratado de Paz», conocido como tratado de Utrecht. Este suceso es un vivo ejemplo, de como una mentira mil veces repetida puede convertirse en verdad.

La desconexión de España con el resto de países avanzados, procede de los siglos XVI y XIX principalmente. El absolutismo por un lado y por otro unas monarquías extranjeras, primero los Austrias y a continuación los Borbones franceses, con los pies y los bolsillos en España pero sus intereses muy lejos de ella. Una gran mayoría de españoles entre los cuales yo me encuentro, crecimos con la idea que Gibraltar había sido un robo a España por parte de Gran Bretaña. Sin embargo, repasando la historia, esa que para algunos no era interesante su conocimiento, vemos como una vez más asistimos a un discurso mezquino y mentiroso, lo cierto y si nos tomamos la molestia de leer el llamado tratado de Utrecht, veremos que fue un regalo que un rey Felipe V (primer Borbón de la dinastía) que tenía que haber velado por los intereses de los españoles obró a la ligera regalando a los ingleses este famoso peñón. Por cierto, en aquel momento como no tenía importancia estratégica, Gran Bretaña intentó su devolución a España, siendo rechazada tal propuesta por no encontrar utilidad alguna. La importancia estratégica, surge principalmente con la apertura del Canal de Suez, siendo a partir de este momento cuando comienza a encontrar un protagonismo que no ha dejado hasta el momento.

Durante periodos de crisis políticas, como fue durante las dictaduras y muy principalmente en el periodo franquista, Gibraltar fue usado y manoseado hasta la saciedad, sobre todo con el fin de despertar el sentimiento patrio, desviando la atención de los verdaderos problemas que el régimen militar estaba causando a la población. El primer intento de poner en manos españolas el poder, fue como hemos comentado en alguna ocasión, «el movimiento comunero» pero fue descabezado por Carlos I y V de Alemania, con la ayuda de la oligarquía española, esos a los que la «patria» se resume en su cartera.

El final de los Austrias:

Carlos II «el hechizado» este rey, es el más claro ejemplo de la decadencia de toda una dinastía. Este fue el último de los Habsburgo, su gobierno transcurrió con más pena que gloria, es cierto que el imperio ya no era lo que fue en tiempos de Carlos I y Felipe II, pero todavía tenia posesiones en el sur de los actuales EEUU, Chile y Argentina.

A su falta de capacidad, se sumó un país que durante décadas se venía sangrando, a consecuencia de sucesivas guerras y una muy mala administración. Con un ejército cargado excesivamente de mandos, descompensado por la escasa dotación y preparación de la tropa, fue la causa principal de las repetidas derrotas ante la Francia de Luis XIV, que disfrutaba de una consolidada hegemonía en Europa.

Ante este estado de cosas, sucedieron la firma de los diversos tratados de paz, que en la práctica fueron el reconocimiento de sendas derrotas, como sucedió con la firma del Tratado de los Pirineos de 1659, permitiendo un trazado de fronteras, que en la practica permitió la partición de pueblos hasta entonces unidos, como es el caso del País Vasco, Navarra, Aragón y Cataluña, con las lamentables consecuencias posteriores para la convivencia.

Como comentaba cada negociación de paz en la práctica fueron simplemente reconocimientos de sendas derrotas, con la consiguiente pérdida de un nuevo territorio, quedando de relieve ante Europa la debilidad de un estado que agonizaba.

La debilidad física de Carlos II, sobrevino por la práctica habitual de enlaces consanguíneos entre los miembros de los Habsburgo. Esta práctica llevó a una degeneración progresiva, siendo su máximo exponente este personaje enfermizo. Fueron infinidad los intentos por lograr descendencia, en vista que no había forma de alcanzar el éxito, la iglesia tomó cartas en el asunto, la inquisición llevó a la práctica rituales macabros con el fin de que pudiera engendrar a un heredero, (entre dichos rituales estuvo el practicar sexo con el cadáver de una mujer en pleno altar mayor). Como es conocido, ninguna de estas prácticas alcanzó los objetivos deseados.

La vida de este monarca fue la de un enfermo crónico desde su nacimiento, sufriendo un sinfín de enfermedades, como raquitismo, hemorragias constantes y continuos estados febriles. Sus primeros y torpes pasos, sucedieron cuando contaba con cinco años.

A la muerte de su padre Felipe IV en 1665, su madre María de Austria asumió la regencia, si bien en la práctica el regente era el jesuita alemán Johan Everard Nithard, un personaje puritano y siniestro, que a pesar del inmenso poder acumulado, carecía de conocimiento sobre la cultura y la sociedad española. (Una vez más España quedaba huérfana ante la dejadez real y el beneplácito de los oligarcas).

Al cumplir los catorce años, Carlos II tomó posesión del trono de España. La situación del país fue de mal en peor, alcanzando cotas de pobreza entre el pueblo muy preocupantes. Transcurrido un año de reinado, la Hacienda Pública obligó al Estado a llevar a cabo una suspensión de pagos.

Su primer matrimonio fue con María Luisa de Orleans, sobrina de Luis XIV «el Rey Sol», esta joven de 17 años murió sin darle descendencia.

Sin dejarle guardar luto por su esposa, a los catorce días le obligaron a un segundo matrimonio, en esta ocasión con Mariana de Neoburgo.

El 1 de noviembre de 1700, Carlos II murió a los 39 años, en su testamento nombró a Felipe de Anjou como heredero. Pero las potencias europeas, como Inglaterra y Austria no aceptaban tal decisión, sobre todo porque no querían que Felipe se convirtiese en rey de España y Francia, peligrando así el control hegemónico de ambos países.

Coronación de Felipe V

Coronación de Felipe V

La Guerra de Sucesión:

Con la muerte de Carlos II de España, la dinastía de los austrias quedaba sin representación la Casa de los Habsburgo, hecho que desencadenó una lucha entre las principales potencias europeas, por controlar el trono de España, lo que se conoce como «Guerra de Sucesión».

La principal consecuencia fue la instauración de la dinastía borbónica, sucediendo de esta forma los franceses a los austrias, este primer rey Borbón fue Felipe V, entre sus actuaciones más relevantes se encuentra la firma del Tratado de Paz.

El Tratado de Paz, más conocido como Tratado de Utrecht, cuyo original se guarda en la Biblioteca Nacional de Madrid.

Sería muy enriquecedor que los españoles conocieran su texto, sobre todo para que no «nos den gato por liebre» como se suele decir de forma coloquial.

Dicho tratado tiene fecha de 1713 y fue publicado en 1714, como nos muestra su portada. En él, Felipe V cede a Gran Bretaña «la plena y entera propiedad de la ciudad y castillos de Gibraltar, para que la tenga y goce con entero derecho y para siempre».

En este mismo tratado como única contrapartida, «figura como España se reservaba una primera opción de recompra».Tratado de Utrecht

Tratado de Utrecht

Los intentos de recuperar soberanía:

En la historia de España se cuenta, con numerosos intentos con el fin de recuperar la soberanía, todos ellos acallados con la colaboración de un grupito de españoles para los que la cartera pesaba más que esa bandera en la se envuelven a menudo.

Entre estos numerosos intentos, el más conocido sin olvidar a los otros por su importancia, tenemos el «Movimiento Comunero», un intento de poner en manos de los españoles el poder de su patria, es cierto que hoy el 23 de abril, se celebra en la Comunidad de Castilla-León, sin duda una efemérides desvirtuada como ocurre con el 2 de mayo. (Pero son las consecuencias de reescribir la historia).

Retorciendo la verdad:

Durante mucho tiempo, se nos vino presentando como robo lo que en realidad fue una negligencia y un mal uso de una parte de la soberanía, por un nefasto gobernante.

En tiempos de crisis políticas, el sentimiento nacionalista español se ha venido utilizando con intereses espurios. Un ejemplo claro lo tenemos en tiempos de dictadura, con la última durante el periodo franquista, se utilizó de forma muy explícita, sobre todo en momentos de crisis del régimen militar, con el fin de distraer la atención de los verdaderos problemas.

La utilización torticera de Gibraltar por parte de Franco, esta situación la expone con meridiana claridad el historiador linéense, José Beneroso Santos en su libro «Franco en Gibraltar, marzo 1935». En esta obra se arroja luz sobre el protagonismo de Gibraltar durante la guerra golpista contra el régimen democrático de La II República. Leyendo la obra de Beneroso, se muestran los estrechos lazos entre la oligarquía económica española y la gibraltareña, poniendo de manifiesto el pacto fundamental contra el gobierno de la Segunda República.

En esta conspiración coincidían diferentes intereses, en el plano militar, político y económico principalmente, convirtiendo a Gran Bretaña colaboradora esencial de los militares rebeldes, teniendo en Gibraltar una base de primer orden.

La visita del general Franco al peñón, esto se llevó a cabo un 8 de marzo de 1935 con el fin de obtener los apoyos necesarios para el golpe de estado y en caso de fracaso de la operación encontrar refugio. El urdidor de esta visita, fue el potentado económico Juan March, llave necesaria para entrevistarse con los oligarcas ingleses, encontrando las puertas abiertas cuando se trasladó con el coronel Luis Martin-Pinillos y otros conspiradores.

De este lado el empresario balear, dueño de importantes propiedades y valedor de Franco, tras la frontera el principal interlocutor, era el gobernador Charles Carrington, a su vez representante de los grandes comerciantes gibraltareños. De este encuentro surgió el contacto con Lionel Imossi, que más tarde se convertiría en colaborador de los servicios de inteligencia del bando golpista. Imossi fue el encargado de obtener el apoyo de las grandes petroleras para el abastecimiento de los rebeldes así como de la entrega de grandes cantidades de dinero a fondo perdido, al mismo tiempo que negaba el suministro al gobierno español.

Con todos estos antecedentes, y la perspectiva que nos aporta la distancia, resulta grotesco los actos propagandísticos del régimen golpista, sirviéndose de la censura para calar en las masas el sentimiento nacionalista, como una ofensa contra el pueblo español, cuando en realidad el verdadero traidor lo teníamos entre nosotros, cuando él y los suyos se repartían el botín.

El Cierre de la Verja 1969

El Cierre de la Verja 1969

La fiscalidad irregular:

De todos es conocido como esta situación de frontera ha venido siendo aprovechado como paraíso fiscal para cierta oligarquía, pero también para el ejercicio de contrabando a distintos niveles, con las diversas ofertas de mercancías que a este lado no eran frecuentes y también sirviéndose de la diferencia de precios hasta que Gran Bretaña entro en el Mercado Común.

Es posible que, con la salida de Gran Bretaña de Europa, esta situación sufra cambios pero la práctica nos demostrará el sentido de los mismos. Pero como suele ocurrir desgraciadamente, las separaciones no contribuyen a nada bueno, siempre es más fácil afrontar retos unidos que por separado, el famoso dicho «la unión hace la fuerza» es una verdad aplastante en este tipo de circunstancias. De momento, hoy la situación es diferente, sobre todo gracias a la facilidad que aporta la libre circulación de personas, muchas familias viven de su trabajo en ambos lados de la frontera. Siendo muchos los habitantes de la Línea, que pasan diariamente a realizar su trabajo, pero también tenemos muchos comercios del lado español que se mantienen gracias a la clientela gibraltareña. La esperanza de futuro pasa por allanar las diferencias, sobre todo en el ámbito cultural, cuando escuchamos a un «llanito» hablar en inglés, vemos como su acento andaluz les delata que son habitantes de la misma naturaleza que cualquier otro gaditano.

El aislamiento nunca será la solución, el tiempo nos demostró que cerrar fronteras obtiene un efecto contrario para establecer lazos de hermandad, siendo estos los únicos que algún día logren una unidad entre los habitantes de uno y otro lado de la verja. En estos momentos, gracias a estos pocos años de apertura, ya tenemos matrimonios mixtos que establecen las bases de ese futuro de unión, la comarca del Campo de Gibraltar, necesita que se cumplan las promesas tantas veces anunciadas por las diferentes administraciones, de una industrialización sostenible y capaz de aportar puestos de trabajo para sus habitantes. Sobre todo para mejorar la calidad de vida, y el bienestar de sus habitantes haciendo de una zona necesitada de reactivación económica que fluya una próspera vida para aportar riqueza a Andalucía, España y Europa que tanto lo necesitan.

Mapa de la Comarca de Gibraltar

Mapa de la Comarca de Gibraltar

Conclusiones:

Lamentablemente es triste comprobar, como con frecuencia asistimos a la tergiversación del relato histórico. Siempre se dijo que la historia fue escrita por los vencedores, pero esto no es del todo cierto, más bien los encargados de reescribirla siempre fueron los beneficiarios de los diferentes sucesos de nuestro pasado, creando de esta forma lo que se ha venido llamando el relato oficial de los hechos. En el caso que nos ocupa, vemos como lo que fue un regalo impresentable, con el transcurrir de los años, lo vinieron presentando durante generaciones como un robo, creando un relato oficial que no se corresponde con la verdad. Es cierto que con el tratado en la mano, son múltiples las violaciones que Gran Bretaña ha venido realizando, pero no es menos cierto que siempre fueron acuerdos entre bambalinas, lo que se conoce como «mirar para otro lado» de forma consentida por los dirigentes de turno, sobre todo con el beneplácito de militares, los mismos que se arrogaron el derecho divino de «la patria», esos mismos que incitaban a gritar al pueblo ¡Gibraltar español! mientras que ante la ocupación de territorio miraban para otro lado, con el beneplácito internacional, excusándose en la ilegalidad del régimen golpista.

Tenemos varios mitos históricos, los cuales se vinieron utilizando como revulsivo para despertar el fervor patrio, sirviéndose de la ignorancia del pueblo. Entre los ejemplos más destacados, tenemos la invasión francesa cuyos principales artífices fueron Carlos IV y su hijo Fernando VII y el otro es el que ha protagonizado el presente artículo Felipe V, los tres de la dinastía borbónica actitudes que muestran un total desprecio por el país al que el destino les concedió el derecho de gobernar. Desgraciadamente para España, no abundan los reyes que hayan mostrado interés por el arte y la cultura en general, profundizando en la ignorancia del pueblo, conscientes que es más fácil controlar a un pueblo ignorante, que a otro formado intelectualmente. Con el conocimiento de la historia, logramos ser mejores ciudadanos, el saber de dónde venimos y lo que fuimos nos sirve para reconocernos en el presente.

 

Autor: José María Escribano Muñoz

Hendaya-Francia

Playa San Cristobal

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